Capítulo 29: el Pilar del Cerezo

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¿Sigo leyendo o vamos a la versión de Azumi? Preguntaste estirándote y todos se quedan callados.

Yo digo que leamos como Azumi lo vió todo... Porque Rengoku-san ya nos dijo que sobrevivieron y lo que había soñado cuando ese demonio los durmió. ¿No creen? Decía Tanjiro y asientes.

Yo opino lo mismo. Dijo Kanao.

Lees una parte del libro en lo que decidían y sonríes al saber que ambos salieron bien de la batalla y que después de aquello, al parecer todo estuvo bien.

Kyōjurō toma el diario de Azumi y pasa sus dedos por la pasta de éste.

Los hizo ella... Ella podía hacer esto... Todos lo veían curiosos.

¿Cómo lo sabes, Kyōjurō? Preguntó Shinobu y éste alzó la mirada.

Mi abuelita decía que estos libros los hacia ella. Todos lo que ella usaba, hacia unos cerezos en las pastas... A los dos les encantaba ver los cerezos.

Abre el libro y busca la página.

Pov Kyōjurō

Era Taisho

No he dormido bien desde hace tiempo... Siempre es el mismo sueño.

Kyōjurō incado en el suelo mal herido, su sonrisa tratando de calmar al chico de la cicatriz y a mí... Pero siempre siento o mejor dicho, sé que hay alguien más allí.

Siempre es lo mismo, un tren, el sol saliendo por el horizonte... Amo su sonrisa, lo juro, pero esa sonrisa en específico me da pavor... De alguna manera sé que es la última... Y me aterra.

Cada misión a la que él va, es cuestión de querer dividirme en dos para cumplir con mi deber y estar a su lado pase lo que pase... Pero, el sueño de anoche fue más aterrador de lo normal.

Al dejar caer mi katana, sentí pesados mis pies y por más que corría a dónde estaba, jamás lo alcanzaba y el chico de la cicatriz gritaba con rabia y tristeza. Sus gritos, a pesar de no escucharlos, me dolían... Era dolor en su máxima expresión.

Espero y sea solo eso, un mal sueño.

Azumi.

Cambio de página.

Era Taisho

No he escrito en mucho tiempo por miedo a recordar todo aquello...

Cuando estaba a punto de ir a descansar después de mis misiones, decidí no cambiar siquiera mi uniforme y me encaminé a entrenar a los chicos como cada día desde que llegaron.

Él está allí... Tanjiro... Es el joven de la cicatriz de mis sueños... Deseaba cada día que no mencionaran trenes ni nada de eso, pero no todo tiene que marchar conforme a tus deseos, ¿No es así?

Un día, cuando iba a entrenar a los chicos, escuché que los habían enviado a una misión de un tren. Sin pensarlo los dejé en la finca y me dirigí a la casa de Oyakata-sama.

Al principio me estaba preguntando si era una exageración mía o si tenía que ir, pero como siempre, Oyakata-sama es comprensivo y me permitió ir a la estación de trenes.

Suspiraba, llevaba mis codos y hombros hacia atrás para que mi espalda se relajara y seguí leyendo después.

Fuí lo más rápido que mis piernas me dejaron y cuando llegué a la estación, esos tres estaban discutiendo como siempre: Tanjiro los calmaba, Zenitsu provocando a Inosuke y viceversa.

En Mi Otra Vida(Kyojuro X Lectora) 1ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora