Capítulo 38: Camino

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El joven y la nueva encargada del área de enfermería de la escuela, se miraban fijamente y ella termina sonriendo.

Después de todo este tiempo, ¿Sigues aquí?

Yushiro asintió y se sonrojó le dije que la quería mucho... Y más por haber salvado mi vida. Jamás me he arrepentido de aceptar su oferta de hacerme demonio, Tamayo-sama...

Yushiro Tamayo iba a abrazarlo, cuando sonó la campana de finalización del receso.

Debo ir a trabajar, si gustas, puedes venir conmigo.

Yushiro asiente y camina a lado de ella.

Tanjiro iba detrás de ellos, cuando de repente se desvanece y Giyuu lo alcanzaba a agarrar antes de pegarse contra el suelo.

¡Tanjiro! Corres a dónde estaban ambos y Tamayo regresa sobre sus pasos y se agacha para revisar su estado.

L-lo siento.... Me sentí mal de repente... Vi a una mujer de kimono morado y a un joven con una yukata blanca... Se veía igual a ustedes dos...

No te preocupes decías mientras tomabas sus manos y Tamayo asentía sin quitarles la vista.

Regresaron después de todo, pero ellos solo los cuidan. En situaciones críticas, donde tenga que ver su integridad como tal o quieren mostrarles algo, les muestran que hacer.

Mmmm, de hecho dice Kyōjurō pensativo hace unos días, Akaza nos atacó y Azumi nos protegió.

No seas tonto decía Yushiro exaltado Azumi-chan no vendría por tonterías. Ese demonio solo es un chiste truena la boca y lo miras con lágrimas en los ojos.

Dile eso a mi papá que está en la tumba familiar, tonto. Te levantas, extiendes tu mano a Tanjiro, la sostiene y se levanta con tu ayuda.

Lo siento... No lo....

Está bien, no lo sabías, Yushiro-san. Y si, ella viene seguido... Es como tener un ángel guardián o algo así. De hecho, cuando pasó lo de papá, estaba allí... Está aquí... Y le agradezco el cuidarnos, pero por el momento estoy herida no físicamente, si no anímicamente... Pero me levanto por ellos ves a tus amigos y sonríes, Kyōjurō toma tu mano y le sonríes.

Ya lo sé, no tienen que sermonearme Yushiro rasca su cabeza molesto.

Todos reían y se apresuraban a ir a clases.

El resto del día estuvo tranquilo. Tus clases iban bien, y estabas agradecida que después de aquel golpe, sigas estando presente para recordar a los que ya no están.

Saliendo de la escuela, todos se fueron a sus casas y Senjuro y Kyōjurō caminaban a los lados mientras platicaban.

¿Creen que éste año hagan un viaje a las casas antiguas en vacaciones de invierno? Dijo Senjurō pensativo.

No lo sé... Más por lo que pasó en el festival... Kyōjurō te mira y tú lo ves con una gran sonrisa.

Tranquilos... Además tomas los brazos de ambos y sonríes los tengo a ambos, ¿O no?

Ambos chicos asienten y caminan los tres juntos tratando de seguirse el paso.

Al llegar a tu casa, tus abuelitos estaban afuera sentados en unas sillas del restaurante.

Tú los viste con una gran sonrisa y les hablaste, haciendo que ambos los vieran y sonrieran.

¿Si hicieron sus maletas? Preguntaste dejando a ambos chicos y sacando el teléfono inmediatamente.

En Mi Otra Vida(Kyojuro X Lectora) 1ª ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora