C I N C U E N T A Y O C H O

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Fiel a su palabra, Yukhei no se había contactado en casi una semana. Ni siquiera un mensaje para avisar de su llegada, absolutamente... nada.

Me enteré de su arribo a China por las noticias, el nuevo grupo del que iba a ser parte ya era noticia en Corea, todos estaban intrigados por el grupo nuevo de SM, un grupo que prometía ser diferente a los demás.

Por un lado me sentía feliz, aliviada incluso, por todo el recibimiento que ya tenía. Por otro lado, una nube negra se había asentado sobre mi los días después de la partida de mi mejor amigo.
La ausencia de Yukhei me había golpeado más fuerte de lo que esperaba, me sentía triste, sola, apenas salía del gran departamento, solamente salía de mi refugio para las prácticas en SM, que habían servido como una distracción de todo lo que pasaba por mi cabeza.

Una de las cosas que más rondaban por mi mente, era Baekhyun.

No volví a llamarlo, ni la primera vez que llamo aquel día de la partida de Yukhei, ni las otras veces que volvió a llamar.
No sabía por qué, no se sentía correcto evitarlo, pero ahora no me sentía bien como para hablar con el, sabía que teníamos que hablar después de lo ocurrido en aquella tienda, pero no estaba lista, no por ahora.

Mientras tanto, quería dedicarme a otras cosas, a mi baile, a mis metas. Tenía que volver a armar una coreografía si queria postularme a la academia NYU, tenía que concentrarme.

Con eso en mente, tomo la mochila de una de las sillas de la cocina, me meto una manzana en la boca y salgo del departamento.

El clima de Seúl estaba bastante cálido últimamente, lo que permitía usar prendas más sueltas, una pequeña felicidad en todo el caos.
Salgo a pie hacia la puerta de la lujosa villa en la que he estado viviendo estos meses, no hay ni una persona a la vista, y no me sorprende en lo absoluto.
Al principio había temido que la gente que vivía cerca de nosotros pudiera decir algo de mi, de mi relación con Baekhyun y al principio me parecía extraño que Baekhyun hubiera tomado la osada decisión de llevarme a vivir con el, luego lo entendí.

UN Village no era solo una zona exclusiva, era LA zona exclusiva, si un día alguien me hubiera dicho que ver a actores, actrices, famosos chaebols y muchas más personas importantes iba a ser mi pan de cada día, no lo hubiera creído, me hubiera reído incluso.
Pero aquí estoy, viviendo entre estrellas... siendo novia de una.

Nadie se interesaba demasiado en los asuntos de los demás, y ni hablar de la seguridad de la villa. Aveces creía que UN Village podía llegar a ser la zona más segura de todo Seúl.

No había cámaras, sin paparazzis, nadie que mirara más de lo necesario. Era perfecto para las estrellas, para que pudieran tener algo de privacidad.
Para mí, era un constante recuerdo de lo que ahora era mi vida, secretos, y más secretos. Siempre escondida bajo una sombra.

Es por todas estas cosas que cuando veo una camioneta gris impresionante en la entrada de la villa, siento como un hilillo de pánico sube por mis venas hasta dejarme completamente inmóvil en dónde estoy. Nunca había visto ese auto.

Me acerco un poco para tratar de ver quién está dentro del auto, pero ahí es cuando noto que tiene las ventanas polarizadas. No debería sorprenderme dado el tipo de personas que viven aquí, pero por algún extraño motivo no puedo evitar tener un mal presentimiento acerca de la identidad del nuevo integrante de esta exclusiva villa.

Observó con cuidado como el guardia se asoma a hablar con quién sea que esté dentro del auto, estoy demasiado lejos como para escuchar algo pero si logro ver cómo el conductor baja la ventana del auto, y todo parece suceder en cámara lenta.

Al principio no lo reconozco, lleva puesto una gorra negra que cubre casi por completo la parte superior de su cara. Es cuando el misterioso hombre le dice algo al guardia y se inlina levemente fuera de la ventana, que lo veo.

Chanyeol.

El mismísimo Park Chanyeol estaba entrando a la villa en dónde vivía. Mi villa.

Mi vista sigue fija en el intercambio de palabras que tienen el guardia y Chanyeol. No es hasta que la ventanilla del auto vuelve a subirse y el auto entra en movimiento que me doy cuenta que estoy en medio de la calle, inmóvil.

La enorme camioneta vuelve a detenerse, a unos pocos metros de mi y ahora el – no tan desconocido conductor – se baja y camina unos pasos hasta estar frente a mi.

— Así que aquí es donde te tenía escondida.

Odio que Chanyeol sea tan alto, odio al universo por hacerme tan baja en comparación con el. Odio que tengo que levantar ligeramente la cabeza para mirarlo a los ojos.

No puedes desafiar a alguien si lo miras desde abajo.

— ¿A quien "tienen" escondida?.— Aunque intento contenerme, sueno enojada.

No podía evitarlo, y no era todo mi culpa. Está extraña relación de odio que había adquirido con uno de los mejores amigos de mi ahora novio, no la había decidido yo.

¡Ni siquiera la había empezado yo!

Chanyeol parecía tener algo contra mi desde el primer momento que me vio, y eso me molestaba más de lo que jamás admitiría en voz alta.
Simplemente no podía soportar que otra persona más me tratara como se le diera la gana sin que yo reaccionara.

Oh no, esa Sun hee había muerto hace mucho.

Así que aquí estoy, en medio de la entrada de la lujosa villa en dónde vivo, tratando de lucir intimidante contra un hombre que media,por lo menos, 20 centímetros más que yo.

— Nunca hubiera pensado que te traería a este lugar.— Chanyeol se quita la gorra que lleva y pasa las manos por su pelo.— Quiero ver su reacción cuando sepa que te encontré.

Una sonrisa burlona cuelga de sus labios y debo aclarar que nunca he sido una persona violenta, pero ahora el único pensamiento que pasa por mi cabeza es cuánto me gustaria borrarle la sonrisa de un buen golpe.

Han sido malos días, me recuerdo a mi misma, está no eres tú, solo... han sido malos días.

Respiro una, dos veces antes de decir algo.

— Primero: No soy alguna clase de mascota que Baekhyun puede "tener escondida".— Doy un paso hacia el, para tratar de imponer algo de respeto.— Y segundo: Por más que disfrute tener conversaciones como está contigo todo el tiempo, tengo cosas que hacer. Así que si me permites.— Lo señaló y hago un gesto con la mano indicando que se mueva.

No lo hace.

Giro los ojos y con una sonrisa igual a la suya, paso junto a el rumbo a la salida.

Solo estoy a unos pasos de salir de la villa, cuando lo escucho.

Primero escucho su risa.

Respira, me digo, déjalo reír. Si tenemos suerte no lo veremos hasta la próxima reunión que haya con los amigos de Baek.

Pero luego suelta la última noticia que le hacía falta a la lista de "malas noticias" que había recibido esta semana.

— Oh si yo también disfruto de estas conversaciones.— Vuelve a reír, y me obligó a seguir caminando. Unos pasos más y estoy fuera.— Vas a estar muy contenta al saber que las podremos tener más seguido, vecina.

Y me detengo o no se si la tierra lo hace, solo se que es imposible, no, más que imposible, que Park Chanyeol no solo viva en esta villa, sino que además, ¡Sea mi vecino!

TUYA 《Baekhyun》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora