T R E I N T A Y N U E V E

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Suelto un quejido cuando siento como todos mis músculos se estiran a su máximo límite.
El nuevo instructor vuelve a contar desde uno y la serie de estiramientos comienza otra vez.

Miro con cara de sufrimiento a Suk y este solo se ríe de mí mientras ejecuta los ejercicios como si nada.

Suspiro y cuento hasta 4, podía hacerlo, solo era un leve cansancio muscular, nada más.
¡Tu puedes Sun hee!

Después de lo que me parece una aterna sesión de estiramientos el instructor al fin nos deja libres.

El nuevo instructor habia salido de la nada y en 4 horas nos habia hecho sudar lo que sudabamos en un mes.
Y todos hacian lo que decia el "Señor Choi" sin rechistar, por dos razones.

Primero, nadie sabía - a excepción de Mina y de mí- porque Jiwoon habia dejado de venir la última semana.

Y segundo, a diferencia de nuestro joven y buen parecido ex instructor, el señor Choi era un hombre robusto, alto, de expresión dura y las únicas palabras que salían de sus delgados labios eran órdenes.

Asi que, si, estabamos aterrados.

Kwan y Suk se me acercan apenas sale nuestro nuevo instructor, yo me dejo caer en el suelo de espaldas tratando de buscar una postura que no sea tan dolorosa.

- Te ves horrible.- Suelta Suk mientras ambos se sientan a mi lado.

- Gracias.- Digo revolcando los ojos.- En 4 horas hicimos ejercicios que correspondían a los 6 meses que estamos aqui ¿Y esperas que me vea mejor que esto?.- Señalo mi aspecto desastroso.- Hay que ser realistas Suk.

Kwan asiente y Suk lo mira furioso, y asi sin más empiezan otra de sus muchas discusiones sin sentido.

Me quedo mirando las luces del techo, pensando en lo que acabo de decir.
Aunque era verdad, también habia otra razón por la que me encontraba tan cansada.

Después de aquel día en el que accedí a vivir con Baekhyun, todo empezó a pasar muy rápido.
Al día siguiente ya me encontraba guardando mis cosas en cajas, un poco después ya tenía el camión de mudanzas contratado y todo lo habia tenido que hacer sola.

A pesar de que sabía que Baekhyun se moría por ayudar en el proceso de mudanza, su agenda se lo ponía imposible. Eso y el hecho de que no podía ir y venir con mis cosas con tantas cámaras detrás de él las 24 horas del día.

Asi que en un ataque de emoción, decidí hacer todo sola. Y lo habia logrado bastante bien hasta entonces, ya tenia mi ropa en el nuevo departamento, las cosas extra me las traerían esta misma tarde y como no tenía que llevar ningún mueble, ya quedaba poco por hacer.

Y aunque no era mucho, todo el proceso me habia dejado más que agotada.

Pero no me estaba quejando, no podía hacerlo cuando podía pasar todas las noches entre sus brazos.

Podía pasarme la tarde entera abriendo y ordenando cajas, porque sabia que cuando la noche cayera, el llegaría.

Incluso habiamos construido una pequeña rutina: yo preparaba la cena y el siempre llegaba con un postre exquisito como premio a mi arduo trabajo.
Y ya entrada la noche, ambos nos metiamos entre las sábanas a hablar de nuestro día, de cómo decorariamos el departamento y sobre todo, nos quedabamos ahi enredados el uno con el otro, disfrutando al máximo la cercanía de nuestros cuerpos.

Kwan me toca el hombro para indicarme que es hora de irnos, doy un vistazo a la sala vacía y sonrío. Por pensar en mi nueva aventura no me habia dado cuenta en absoluto de que solo quedabamos nosotros tres en la sala de práctica.

TUYA 《Baekhyun》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora