CAPITULO 14

367 36 2
                                    

Gabriela

Me estaba aprontando para la cita con Adrián, mientras de reojo observaba lo pensativo que se encontraba Chan, no quería hacerme ideas erróneas pero sabía que dentro de esa cabezota planeaba algo ¿Qué? Ni dios podría saberlo y sabía que tampoco me lo diría así que preferí dejar de quemar mis neuronas y salir una vez que me encontraba lista.  

Unos minutos después estaba parada fuera de la cafetería admirando el paisaje y cuando digo el paisaje me refería al pedazo de hombre que se encontraba dentro con una camisa azul marino, unos baqueros rajados en las rodillas de color negro y un aura que decía "viólame cariño". Sacudí la cabeza para tratar todos esos pensamientos pervertidos de mi mente, algo que fue imposible en el momento que sus ojos se posaron en mí y una sonrisa de esas matadoras llego a mi visión, volví a mi adolescencia cuando mi pobre corazon comenzó a latir desenfrenadamente.  

Después de esos segundos de divagación obligue a mi cuerpo a moverme hacia el de forma automática, su mirada recorrió todo mi cuerpo con malicia -Tenme un poco de piedad - Pensé para mí misma - 

-Te vez hermosa- Listo me entrego, hazme tuya, sonreí mientras esos pensamientos cursaban en mi mente-

-Lo sé - Dije mientras me sentaba disimulando todo lo que lograba despertarme este hombre solo con su presencia-  

Después de ese saludo, disfrutamos de algunos aperitivos y una larga charla, era muy fácil hablar con él me sentía demasiado cómoda a su lado y sabía que era malo ya que me quedaban pocos días en esta isla por lo tanto solo podría disfrutar el momento.  

Salimos de la cafetería y nos dirigimos a la playa, no pronunciábamos palabra en todo el camino aunque las miradas sobraban.    

- Estas muy callado - Su mano tomo la mía y me llevo a la orilla , nos sentamos en la arena-

-Solo estoy disfrutando de tu compañía -Una risa tonta se pozo en mis labios rápidamente sacudí la cabeza para alejar ideas erróneas de mi- 

-Ya veo tipo novios ¿No?-

-Y cuál es el problema - Su mano recorrió mi espalda hasta sujetarme de las caderas y atraerme hacia el -Por lo poco que te conozco parece no gustarte la idea ¿Me equivoco acaso?- 

- No es lo mío- Aparte la mirada de, el un poco avergonzada- Y antes que preguntes o me juzgues te diré que aunque tu seas una excepción no te hagas ilusiones- 

-Valla tu sí que eres sincera... me gusta - 

-¿Así, que tanto?- 

-En mi vida como en mi trabajo la sinceridad es algo que no se ve a menudo o mejor dicho nunca se ve. Siempre hay alguien a tus espaldas esperando que cometas un error para apuñalarte y respeto a tu pregunta me encanta - Su mano tomo mi rostro y su boca tomo la mía, me deje llevar en un beso que se podía decir que no era de lujuria de esos que estoy acostumbrada sino de algo más cariño ¿tal vez?-  

Cuando nos separamos solo unos centímetros por falta de aire no podía abrir los ojos ni creer lo que estaba haciendo. Las palabras no podían salir de mis labios, era definitivo este hombre me iba a quitar muchas horas de sueño.

- Hablas como si trabajaras para la  yakuza- Me miro con una mirada extraña y luego sonrió de costado con diversión -

-Si fuera ese el hecho tu ya serias completamente mía, por si no lo sabes ellos tienen unas costumbres medievales- 

-A si haber cuenta- Le seguí el juego-

-Cuando a una de las cabezas de los clanes le gusta una mujer, simplemente la toman como esposa o concubina, nada puede evitarlo- Fruncí las cejas por lo extraño de la conversación- 

- Valla pareces ser entendido en el tema- 

-Ni tanto solo me gusta muchos las películas asiáticas - carcajee- 

-Parece que no recuerdas que tengo un amigo que proviene de esas culturas cavernícolas-

-Hablando de eso, cuéntame de el - Lo mire con un poco de recelo y él lo noto - Solo tengo curiosidad de cómo se conocieron-

-Nos conocimos en la primeria, luego él tuvo que viajar a los Estados unidos por asuntos familiares y nos encontramos en la universidad, aunque en los años que no estuvimos juntos siempre nos mantuvimos en contacto. La verdad es que Chan no tiene familia directa solo un tío por parte de padre y una tia abuela por parte de su madre por esa razon siempre convivio más con mi familia que con la suya- 

-¿Y donde nació? -

-Tengo entendido que en Estados Unidos, pero su primeros años estuvo en Correa con su tia abuela, luego en Uruguay , después  volvió a los Estados Unidos a los quince y volvió a los dieciocho-

-Una vida muy agitada para su corta edad- 

-Tal vez y tu-

-De la madre Rusia-

-¿Eres ruso? Pero no tienes ... , no es que allá conocido a muchos rusos en mi vida pero tu hablas con ningún tipo de acento significativo ¿No se supone que los rusos tienen un tono de voz altanero?-  

-¿Altanero?- Dijo en tono fingido ofensivo-

-Bueno los Rusos son conocidos como soberbios, altaneros ¿Cómo decirlo? Arrogantes-

-Creo que al único ruso que conoces a Putin- comenzó a reírse con ganas-

-Lo siento, creo que tienes razon en ello-

Y así seguimos hablando por mucho tiempo más, nos mantuvimos abrazados la mayor parte del tiempo, él me contaba de sus hermanos de corazon y yo de mi madre y hermana. Algunos besos entre charlas y risas no faltaron era aterradora en la forma que hacía que confiara en él o por lo menos así me sentía . 

Cuando el sol comenzó a esconderse mi celular me recordó que fuera de la burbuja que aviamos creado en estas horas, tenía una vida. Casi de inmediato su celular también lo alertaba que era requerido por el mundo, nos separamos de mala gana  y atendimos las molestas llamadas. 

-¿Gabi? - 

-Si Chan, quien más - Mire a Adrián que escuchaba a la otra persona del otro lado de su teléfono pero su atención estaba puesta en mi todo el tiempo- 

-¿Estas con él? Si es así solo escucha-

-Dime- 

-Tienes que venir ya, es urgente -

-Ok entiendo, en veinte llego- Corte y mire a Adrián que ya había terminado de hablar también-

-Creo que se nos terminó la paz, me surgieron algunos contratiempos que debo solucionar-

-Si yo también, vamos -No quise dar más explicaciones ni hacer preguntas ya que su semblante se veía tenso, solo caminamos-   

EL Diario de AnalíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora