EL Diario de Analía

CAPITULO 29

Adrián

Mi querido hermano se encontraba en un mal estado el muy jodido no soportaba mis palizas, después de darme las explicaciones  pertinentes sobre la chiquilla que tuvo que internar en el manicomio me enfurecí. Se comportaba como un niño, en vez de matarla y desaparecerla el idiota prefirió mover todos mis contactos para encerarla allí, gastando recursos innecesarios.    

Terry que se encontraba sentado sobre una mesa fumando tranquilamente, no me dejaba un segundo solo con Leon. Sabía que se mantenía ahí para que no se me fuera la mano y terminara matándolo.   

-Hermano solo déjame arreglar este problema- Bueno el bastardo había recuperado la conciencia nuevamente - Borrare toda evidencia lo juro - Su voz angustiada me daba más ganas de seguir golpeándolo-Lo juro-

-Bien ¿Qué es lo que harás? Piensa rápido ya que si no lo haces empezare a golpearte en el rostro que es el único lugar de tu estúpido cuerpo que permanece sano-  

-Yo.. yo - Me acerque para volver a golpearlo, solo por su voz con duda-Eres un  Volkov - Tome su cabello con fuerza y levante mi puño para deformarle esa linda cara- Nosotros no dudamos - 

-!!La matare lo hare pasar por un suicidio¡¡- Grito desesperado pero fue tarde mi puño impacto contra su ojo derecho-

-Parece que funcionas mejor bajo presión- Me aleje de el- Quiero un trabajo limpio sin cabos sueltos, espero que te allá  quedo claro- 

-Si hermano- Susurro entre quejidos-

-Terry, encárgate que lo lleven a su habitación y llama a un médico para revisarlo- Mi amigo solo asintió- Te espero en la oficina en cuanto termines - Sali del lugar sin mirarlo-

Mi humor no mejoraba y el motivo seguía siendo esa mujer de ojos verdes que me había hechizado en Creta. No había una sola noche en la que no la soñara, necesitaba encontrarla costara lo que costara. En estos días no hemos encontrado mucha más información, por extraño que fuese ni siquiera tenía su dirección en su país natal Uruguay, dos de mis hombres  llegaban hoy al país para buscar a su familia, ella siempre se mantenía en contacto con su madre según sus palabras y ese sería el medio más seguro para ubicarla.       

Lamentaba no haberla interrogada más sobre ese tema, si lo hubiera hecho ya la hubiera encontrado a mi parecer. De su amigo tampoco tenía información pero sospechaba que ese tal cuervo que me envió la amenaza tenía que ver con él. Todos habían escuchado hablar del cuervo era conocido en el bajo mundo por ser un sicario muy competente, siempre  cumplía sus trabajos y se destacaba en prolijidad, muchos decían saber que sus contactos eran excepcionalmente amplios y sus costos excesivos. Para mi mala suerte nadie conocía su rostro  el se manejaba con total cautela y recibía sus trabajos al igual que su paga por medios electrónicos.     

-Señor - Uno de mis hombres se acercó a la puerta  sacándome de mi pensamientos- 

-¿Que se te ofrece?- El hombre parecía un poco descompuesto. Terry entraba a la oficina evaluando al hombre-  

-Llegó un paquete para usted, como se nos ha ordenado  lo impresionamos antes de entrarlo a la casa- 

-Y imagino que el contenido no eran flores por su expresión- 

-No señor es una cabeza - Terry lo miro atónico y yo buscaba una señal de broma que sabía que era imposible en algunos de mis hombres- Decapitada y hay una nota -

-Lleva el paquete al patio trasero- Me levante de la silla dándole una mirada inexpresiva a Terry que en algún momento se había servido un trago del bar y mentiría si digiera que yo no lo necesitaba también, pero no era el momento. 

Cuando llegue al lugar, cuatro hombres se encontraban alrededor de la caja mirándola como si fuera lo más repugnante que hayan visto en toda sus vida.

-Sáquenla de la caja- Los hombres se miraron para ver quien sería el valiente sin encontrar una respuesta- Salgan de mi camino idiotas - Los cuatro se apartaron sin dudarlo-   

Saque la cabeza de la caja para encontrarme con Héctor Ramos, uno de los pocos investigadores que acetaron el caso de búsqueda de Gabriela, maldición.  

-Terry ¿El medico aun esta con Leon?- 

-Si ¿Quieres que lo traiga? - Solo asentí mientras tome la nota que venía con la caja, envuelta cuidadosamente en un sobre de nailon que imaginó que era para no ensuciarse con sangre-

Leí cada palabra con furia " Parece no haber entendido mi advertencia pero esta vez seré muy claro. Deje de buscar a quien no le busca o la próxima cabeza que le mande podría ser de su hermano o alguno de sus amigos, aunque una cabellera roja quedaría muy bien dentro de la caja, no me costaría mucho darme una vuelta por Rusia"  

Atte. El cuervo

-!!Hijo de puta¡¡- Detrás de mí se encontraba Terry y el médico, le di la nota a mi amigo y tome al médico del brazo no muy amablemente- !!Necesitó saber cuánto lleva de muerto, ahora¡¡-Mis modales se habían ido al carajo-  

El medico fue rápido en evaluar la cabeza y hasta saco un termómetro de su valija para tomarle la temperatura. Terry había desaparecido de mi vista pero sabía que era un hecho que debe estar llamando a Federico para tomar precauciones por Lucia. La amenaza era bastante directa respecto a ella.  

-Como máximo entre ocho y diez horas- Balbució el medico con un temor latente- 

- Eso significa que lo mataron en Roma o cercanías- Terry volvía con teléfono en mano- Puede irse Dr. pase por mi oficina a cobrar y ustedes- Señale a mis hombres - Desásganse de la cabeza -

Con esas palabras camine junto al médico mientras por el rabillo del ojo pude ver como Terry se alejaba con el teléfono en su oído. Me quede perdido en mis pensamientos luego de despachar al médico. Cuando mi amigo por fin llego ya había pasado una hora.  

-Hay que reforzar la seguridades de las casas de rusia y que suspendan cualquier entrega que solo se limiten a las expresas-

-Ya está hecho - No me asombró para nada su actitud - Mientras tanto estuve averiguando de los servicios prestados por el tal cuervo ¿Y a que no sabes quién contrata de sus servicios a menudo?- 

-¿Vas a jugar a las adivinanzas ahora?- Lo mire molesto-

-Los Conde y para tu suerte se dónde está Aldo en este momento-

-Bien vamos entonces-