CAPITULO 25

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Gabriela

Cuando llegue al final de la escalera pude notar como uno de sus guardias me estaba siguiendo, eso me alarma. Realmente era tan loco como para no resistir un rechazo, pues ya había intentado drogarme por supuesto que esta desquiciado. Me mescle ente la gente para intentar perder al mastodonte, a mi favor tenía que mi estatura no era gran cosa en cambio el sobresalía una cabeza por encima de las personas era fácil para mi verle.   

Un gritillo ahogado se me escapo de los labios cuando me sujetaron de la mano y me arrastraron a una zona oscura del lugar donde varias parejas se comían a besos y algo más. Eduardo me tenía presionada contra la pared, su pierna se introdujo dentro de las mías dejándonos en una posición más que comprometida. 

-Quieta- Susurro en mi oído- Esconde tu cabeza en mi pecho, el bastardo movilizo a todos sus guardias para buscarte-  

Sus manos sujetaban mis caderas con firmeza, mientras su olor a madera estaba haciendo estragos en mi cuerpo, maldecí en muchos idiomas diferentes- No es el momento de pensar cosas chanchas- pensé-  Y como si un rayo cruzara en mi cabeza, la sensación de las manos de Adrián ese dios ruso volvieron a mi mente. No había pensado en el por todo lo que había pasado con mi hermana pero en el momento que otro hombre se me acerco  tan íntimamente por alguna extraña razon el volvió a mí.        

Maldición, lo deje plantado y para colmo perdí mi celular con su número. No volvería a verlo y por razones que no tenía lógica caí en la realidad provocándome un sabor amargo en la boca del estómago. 

-Vamos no es el momento para esto ahorita- Pensé antes de levantar la cabeza del pecho de mi guardián-

- Debemos dejar la camioneta por un rato, hay dos de sus guardas en el estacionamiento- Suspiro - No hay duda que le gustaste, así que lo que voy a hacer es sacarte de aquí y luego vendré solo por el coche- asentí aun pegada a su pecho - 

Miro disimuladamente para todos lados y luego sin previo aviso me arrastro hacia el interior de un pasillo que llevaba a los baños. Seguimos de largo, un hombre de seguridad  del local se encontraba frente a la puerta con un letrero de "EXIT".

-Oye hermano- El hombre con una actitud seria miro a Eduardo con sospechas- Nos podrías dejar salir por aquí-

-Esta salida es solo de emergencia, vallan a ser sus cosas a otro sitio- 

-De hombre a hombre, necesito un favor- Eduardo le extendió unos billetes y el tipo solo los miro sin intención de tomarlos- Resulto que esta zorra que tengo aquí, no me dijo que era casada y su marido esta adentro con varios tipos, si no la saco abran problemas innecesarios ahórranos el mal rato - El hombre me hecho una mirada, tomo el dinero y nos dejó salir-

-Largo y la próxima asegúrate de que no sea casada- Salimos sin mirar atrás-

El fondo del lugar era un callejón que salía a la vuelta del local, Eduardo se sacó la chaqueta y me la coloco enzima. A dos cuadras entramos a una pequeña cafetería de esas que tienen servicio de veinticuatro horas.   

-Espérame aquí iré por la camioneta- Suspire y asentí -

Aproveche para pedir un café y unas masitas mi ansiedad por lo que había pasado me dio hambre y como decía mi madre "nunca dejas pasar la oportunidad de buena comida" . Así que después de las masitas seguí con un trozo de pastel y bueno la tarta de manzana también había que probarla.  

-Parece que los nervios no te han quitado el hambre- Eduardo se sentaba frente a mi mientras yo devoraba el ultimo pedazo de tarta- 

-Jamás, es todo lo contrario me da un apetito feroz- Su carcajada hizo eco en el lugar- ¿Todo bien?-

-Si aun te buscan, no se veía muy contento tu enamorado- Sonrió burlesco- Eres muy inteligente estuve a punto de ir hacia ti cuando te pusieron ese vaso en frente - Hice un gesto con la mano restándole importancia y tome el menú para ver que más podía probar-

-¿Tú quieres algo?  Yo quiero pastel de limón y  un batido de fresa-

-Parece que iba enserio lo del apetito feroz, solo pídelo para llevar estamos muy cerca del bar todavía y es mejor salir del radar de estos tipos- 

-Ok entonces agregare algunas cosas más- 

Y así fue como me compre dos bolsas de postres bajo la atónita mirada de mi acompañante, en mi defensa era para compartir con Chan.

 Mientras conducía hacia la casa, fuimos poniéndonos de acuerdo para la cuartada que le diríamos a Chan ya que se suponía que solo teníamos que vigilar sus movimientos y aprender su rutinas. Pero como parece que Eduardo y yo tenemos el mismo instinto para hacer lo contrario de lo que nos piden, apenas quedamos solos planeamos ir un poco más lejos.  No sabía hasta donde pensaba llegar pero quería interactuar con estos hijos de putas lo suficiente como para cagarles un poquito la vida, solo un poquito ya que era suficientemente realista para saber que yo no estoy a la altura de mafiosos peligrosos como se supone que eran ellos.  

Cuando llegamos a casa nos encontramos con la sorpresa de un auto blanco estacionado al frente de la estrada principal, por alguna razon pude ver el cuerpo de mi acompañante tensarse y rápidamente apago las luces del vehículo sin apagar el motor. 

-Gabi, te quedas en la camioneta y si por alguna razon no salgo en quince minutos- Metió la mano bajo el asiento sacando para mi sorpresa un arma- Te piras - Me entrego una llaves y marco una dirección en el GPS del vehículo- Te dejo las llaves de mi casa y la dirección de mi - Y sin más me dejo así con el corazon en la boca y la sensación de que mi vida ahora parecía una película de acción- 

Grande fue mi sorpresa al ver que antes de que Eduardo llegara a la puerta Chan salía con un hombre  en su hombro inconsciente. Como si no fuera nada de otro mundo ellos hablaban mientras caminaban en dirección del auto blanco y metían al sujeto en el baúl de él. 

Me baje y emprendí camino a esos dos con más curiosidad que miedo, pero fui interceptada por Chan con mucha tranquilidad. 

-Pero qué diablos - Dije mientras veía a Eduardo subir al vehículo blanco y salir de la propiedad-

-Solo un ladrón , Eduardo lo llevara a las autoridades-

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