CAPITULO 40

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Narra Analía

Devia irme, solo quería salir corriendo. Anoche me entere en el club del juego que Aldo y Leon hacían con las chicas como yo. Una de sus últimas víctimas se acercó a mí y me redacto como esos dos engañaban a las chicas en un tipo de juego como el policía malo y el policía bueno, solo que en este casa era el chico bueno y el chico malo era una apuesta asquerosa en sí. Uno de ellos se emparejaba con la chica mientras el otro la trataba de llevar a la cama supuestamente a espaldas del otro, el que perdía pagaba los gastos de las semana del otro. 

Apenas lo supe salí del club exclusivamente a vomitar todo lo que había ingerido, me sentía repugnante, sucia y estúpida.

Pero no pensé en las consecuencias cuando me dirigí a la zona vip e hice un escándalo gritando y tirando todo a mi alrededor solo para terminar humillada en el suelo bañada de alcohol. Con gente que nunca había visto filmándome, mientras esos dos solo decían más insultos y ofensas a mi persona. Los guardias me lanzaron fuera del lugar como si fuera basura y así me sentía. Pero al salir, como si no hubiese hecho ya bastantes tonterías me desquite con el auto deportivo de Leon, arrojándole una piedra que adornaba un cantero de lindas flores en el para brizas, rompí los focos y lo raye todo lo que pude.   

Cuando llegue a mi apartamento recibí miradas de desprecio del portero y sus ayudantes, como era común. Me bañe y solo quería cerrar los ojos y olvidarme de todo, mañana llamaría a mi hermana para irme con ella a Creta.

Entre sueños escuche mi celular sonar y ni siquiera abrí los ojos solo estire mi mano y lo tome de la mesa de luz. Atendí la llamada sin pensar quien podría ser hasta que escuche la voz furiosa del otro lado de la linia no me moví.  

"!!Pedazo de perra hija de puta vas a pagar muy caro lo que le hiciste a mi coche zorra maldita¡¡"

Corte tan rápido como pude y me golpe la frente con la palma de la mano al analizar bien lo que había hecho la noche anterior. Las cámaras del club, pensé aterrorizada. Como un rayo me levante de la cama y saque mi maleta, debía irme si llaman a la policía estaba perdida ese auto valía más que mi vida ¿Como aria para pagar los daños? No podía, solo debó llegar con Gabi ella sabrá que hacer ella me entenderá.  

Saque toda mi ropa del closet y comencé a empacar todo con la adrenalina a mil, recordé que mi diario estaba escondido detrás de tocadora  solo por las visitas clandestinas de Leon, nunca me gusto dejar a la vista, pero fui detenida por los golpes brutales en la puerta que fueron acompañados por el sonido de ser abierta.   

Corrí a la puerta de mi cuarto para ponerle la tranca. Todo mi cuerpo temblaba estaba segura que la puerta de entrada estaba con llave ¿Cómo era posible que alguien hubiera entrado? A menos que fuera el portero, pero toda mis esperanzas se fueran al diablo cuando las voces de los intrusos se hicieron oír fuera de mi cuarto.

"¿Dónde te escondes zorrita?"-Ese era Leon 

"Vamos lindura sal y da la cara te has portado muy mal"- Ahora se escuchó a Aldo

Mi cuerpo temblaba, seguramente ese viejo agrio del portero les dio las llaves de mi apartamento por unos dólares. Tenía miedo y entre en pánico cuando vi la manija de la puerta moverse, tome el teléfono y solo pensé en mi hermana en este momento.  

-"Te juro que te dejare peor que mi auto puta"- La puerta fue abierta de una patada

  Los dos me miraban con una sonrisa macabra, el primer golpe fue en mi estomago hecho por Leon. Fui levantada del piso de los pelos y arrojada sobre la cama en donde estaban mis valijas que poco después estaban desparramadas por el suelo.                            

Mi celular sonaba con el ritmo de música  de claro de luna que era el ratone que tenía la llamada de Gabi, Aldo lo tomo y corto para luego teclear algo en él. Fue lo único que pude ver por qué enseguida el dolor atravesó mi cuerpo en una ráfaga, Leon se había quitado el cinturón y me estaba azotando con él mientras me insultaba. Una y otra vez sentí el ardor en mi cuerpo mientras las lágrimas descendían por mi rostro que por instinto eran cubierto por mis brazos.  

Roge y suplique para que parara pero nada sirvió, todo lo contrario mientras Leon me golpeaba vi a Aldo apoyado en la pared tocándose por encima del pantalón y por un momento deje de sentir los golpes para pensar si realmente él podía estar excitándose con tal bajeza.  

Sentí como las manos de Leon sacaban mis ropas y entre en desesperación, lo primero que pensé fue en gritar pero mi boca fue sellada con un trozo de tela. Note como el rajaba mis sabanas y las ataba a el respaldo de la cama en donde fui colocada después. Fui violada por Leon de una manera brutal mientras me repetía lo patética y puta que era. Poco después se unió Aldo para ese momento ya no gritaba, ni lloraba solo los deje hacer y me concentre en algún punto de la habitación.     

Aldo estaba tan concentrado en mi trasero que ni siquiera debió darse cuenta que estaba sangrando o simple mente no le importo. En cambio Leon no me dejaba de lastimar con su manos, dándome fuertes cachetadas en los pechos y cara. 

Cuando terminaron conmigo solo me desataron sin dejar de reírse de mí, el único que hablo fue Leon antes de escupirme. 

-Te tendremos de zorra hasta que pagues los daños de mi auto o nos aburras y te matemos-

-Traeremos algunos amigos también 

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Cuando termine el relato mire a mi hermana frente a mi parada, si la mirada de esos hombres daba miedo la de mi hermana era terrorífica. Podía notar la oscuridad en sus ojos pero lo que me dejo casi atónica fue la pregunta que me hizo después.  

-¿Como era el auto que destrozaste?-

-No se la marca pero es un auto de colección- 

-Hum-Fue lo único que contesto-

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