Gabriela
No sabía cuánto tiempo había pasado desde la agradable práctica con Adrián, pero cuando me di cuenta Aldo estaba parado frente a mí con el rostro inexpresivo, parecía estar evaluándome. No mostré ninguna ración, solo me quede viéndolo al igual que el a mí.
-Sabes, mi gustos para las mujer siempre fue el mismo, inocentes, sumisas y por qué no admitir un poco estúpidas- Se recostó con pereza en el tocador para luego cruzarse de brazo - Pero luego apareciste tu intrépida, atrevida y retadora. Me volviste loco desde el principio, aun no me creo que seas hermana de Analía ¿Como dos personas que llevan la misma sangre son tan diferentes?- Me trague un insulto-
Se acercó a mí con paso seguro, tomo mi mentón para que lo mirara- ¿Sabes lo que va pasar esta noche verdad?- Su mano me acaricio el cuello hasta llegar a mi nuca y en ese momento me sujeto del cabello con brusquedad- Despréndeme el pantalón- Mi mente gritaba que me defendiera pero no lograría nada si llamaba la atención del guardia que debe estar de seguro cuidando mi puerta. Así que con manos temblorosas comencé a desprender su pantalón.
-Arrodíllate - Tironeo de mi cabello hacia abajo con fuerza- Obedece, abre la boca - No podía soportarlo y mi cuerpo comenzó a temblar inconscientemente- No tiembles bonita, no lo hiciste mientras torturaste a Leon, no lo aras ahora. Chupa-
Su asqueroso miembro entro en mi cavidad bocal, por suerte no era de un tamaño exageradamente grande como el de Eduardo o Adrián. Trate de manejar la situación lo mejor posible.
-Tu boca es el maldito infierno - Gemía como un cerdo inmundo-Descúbrete los pechos- Apenas lo hice saco su miembro de mi boca y esparció su esperma en ellos para luego refregarme su porquería por los labios-
No espere a que me digiera más nada, me levante y corri al baño a limpiarme con desesperación, si tenía alguna duda en apuñalarlo había quedado en el pasado. Mire mi reflejo en el espejo y enjuague mi boca con todos los productos de enjuague bocal que encontré. Maldición tenía que salir del baño para seguirle el juego a este imbécil, pero mis manos estaban aferradas al lavado con tanta energía que no podía soltarme. Parecía que mi cuerpo se negaba a volver a esa habitación mientras mi mente pedía ir a matar al bastardo. Dos golpes en la puerta y una risa se escucharon.
-Vamos bonita, sal ya- Suspire dando un vistazo a la imagen del espejo por última vez- No creo que quieras que yo entre por ti-
Apenas salí, me tomo por las caderas y camino hacia la cama dándome besos en el cuello intentando besar mi boca, cosa que evite moviendo mi cabeza hacia el lado contrario. Ahora entendía mejor el hecho de que las trabajadoras sexuales evitaran besar en la boca a su clientes por alguna razon sentí esa necesidad de ponerle ese límite.
Apenas mis pantorrillas tocaron el borde de la cama me obligue mentalmente a lograr la posición correcta para completar mi cometido, así que me deje caer en la cama y me arrastre hacia la cabecera. El maldito no perdía oportunidad y bajo a mis piernas para repartir besos por dentro de mi muslo - Carajo, no podía simplemente dedicarse a follar y listo - Pensé tratando de no perder la calma.-
Incline la cabeza para atrás y cerré los ojos - Solo un poco más - Volví a pensar, pero él se levantó sentándose a mi lado con tranquilidad.
-¿Sabes ? No te mentí cuando te ofrecí mi ayuda. - Esto era genial ahora se le ocurría hablar como si nada-
- Pensé que solo venias a follar y luego te largarias- Bufe irritada-
-Tenemos toda la noche, el trato termina mañana a las ocho de la mañana - Me senté en la cama quedando apoyada en la cabecera de la cama-
-¿Entonces que pretendes que charlemos como buenos amigos? Tengo que recordarte lo que tú y tu amiguito le hicieron a mi hermana, tal vez prefieres hablar de lo que le vas a hacer a mi amigo. Respondiendo a tus dudas no, no quiero tu ayuda porque tú y mi querido marido son iguales, las misma escorias con diferentes nacionalidades- Pude apreciar una chispa de frenesí en sus ojos-
-Eres única- Se monto sobre mi bajando la parte superior de mi ropa con hábil movimiento- Vamos pídeme que te saque de aquí - Tomo mi pezón con su boca, realmente por algún motivo enfermo el parecía querer que yo le pidiera ayuda y luego como un relámpago lo recordé. Él se éxito cuando mi hermano suplico y rogo que ya no la lastimaran, el no actúa mientras ella no lo hizo ¿Un fetiche tal vez? Probemos, pase mi mano por su cabello hasta tomar su nuca -
-¿Y tú puedes ayudarme ? - Mi tono de voz se convierto en un suplicante con una pisca de sensual-
-Solo pídelo y te sacare aquí- Bingo, lo tenía -
- Ayúdame Aldo- Solo eso alcanzo para que sus besos se convirtieran en mordiscos y sus caricias en agarres bruscos, se separó por un segundo para arrancarse la remera y lanzarla por algún lugar de la habitación- Por favor- Gemí falsamente, mientras sonreía internamente tenía que felicitarme por ser tan certera en mis suposiciones- Te lo ruego -
Esas últimas palabras se convirtieron el detonante que esperaba, se posiciono sobre mi buscando mi boca y esta vez lo deje. Mientras tanto yo buscaba con mi mano la daga que mantenía escondida entre el cochón y madera de la cama.
Cuando por fin parecía haber llegado a ella la sujete con fuerza en mi mano, mientras una de sus manos se colaba atreves de la tela a mi parte más íntima. En ese preciso momento levante el arma y se la cave en el costado. El solo gimió por la sorpresa y el dolor tal vez -
-Hija de puta- Y me di cuenta que había fallado, porque según Soledad ese golpe era mortal no le daría tiempo a racionar, en cambio el logro pararse e intentar llegar a la puerta haciendo presión en la herida-
Aprete la daga nuevamente en mi mano y camine decidida hacia él. Él se giró y me golpeo ferozmente lográndome mandar a suelo. Aprovecho mi descuido para tomar la daga y abalanzarse sobre mí.
No sé en qué momento vi a alguien detrás de él, pero fue tomado de los cabellos con ferocidad, tomo su mano por detrás y le clavo la daga bajo su mentón con violencia hacia arriba matándolo al instante. Cuando el cuerpo callo con un sonido sordo al suelo pude ver a la persona que acababa de salvarme la vida pero no podía reaccionar.
-Te dejo sola unas semanas y tu vida se vuelve un caos- Comencé a reír mientras las lágrimas caían por mi rostro sin parar-
-Eduardo, porque rayos tardaste tanto-
-Lo siento cachorra no fue fácil llegar hasta aquí sin matar a algunos gorilas-
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EL Diario de Analía
Romance¿ Que serias capaz de hacer por tu hermana ? Pues Gabriela seria capas de todo por ella, nadie lastima a su hermana y sale de rosas, pero cuidado si levantas una venganza contra los príncipes de las mafias más peligrosas en el mundo.