CAPITULO 18

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Gabriela

Todo pasaba en cámara lenta, Chan la tomo en sus brazos y la dejo en la cama envolviéndola en una gruesa frazada, mientras yo solo podía verlo sin decir o hacer nada.

-Gabi mírame - Retire la vista de mi hermana y lo mire- Esta viva ok, necesito que te tranquilices y te concentres - Busca un bolso o mochila, pon algunas mudas de ropa y busca sus documentos-  Yo solo podía asentir - Cuando termines ve con Eduardo abajo y espera la ambulancia -   

-Pero... -

- Pero nada Gabriela, no  puedes hacerte cargo en este momento - La voz de mi amigo era imponente y segura- Yo lo are por ti - 

Suspire ruidosamente y obedecí sin más, sabía que tenía razon yo me encontraba en una especie de trance que no me permitía asimilar lo que estaba ocurriendo frente a mí en este momento.

Termine de armar una mochila  con todo lo necesario. Me agache para levantar unos documentos del suelo pensando que podrían  llegar a ser útiles pero antes de tomarlos pude divisar que detrás del escritorio había  un libro o mejor dicho ese libro porque  yo conocería esa tapa  verde en cualquier lado,  fui yo quien se lo regalo ." El diario de Analía"  estaba casi escondido detrás del mueble, lo tome sin dudar y lo guarde en la mochila.   

Ese libro era para ella más valioso que cualquier cosa, no estaba hay por nada pero la pregunta era ¿Por qué estaba escondido? ¿O más bien de quien lo escondía? Agregaba más preguntas que respuestas,  mi cabeza quería estallar. Di una última mirada a mi hermana pequeña y baje para encontrarme con Eduardo que estaba fumando apoyado en la camioneta.

Su sonrisa desapareció cuando me vi y yo solo avance hacia él y le saque el cigarro de las manos.

-¿Que sucedió allá arriba? - 

-La ambulancia ya viene- su boca hizo un ruido extraño pero no lo mire solo seguí  pitando el cigarro con desesperación y mirando el suelo-

-¿La encontraron? ¿Está bien?- Sabía que estaba enfrente de mi podía ver sus zapatos- 

-Yo no... no se-

- ¿Pero esta con Chan?-

-No se- Sentí su mano levantar mi barbilla-

-Escúchame cachorra - Su voz tenía otro tono y sus ojos negros conectaron con los míos- Estas en estado de shock, tienes que calmarte - Mi respiración era acelerada y recién lo estaba notando- Tranquila deja de llorar,  todo va a estar bien - Sus brazos me envolvieron- 

Cuando me soltó, limpio mis lagrimas que ni yo sabía que habían salido con la manga de su suéter. El sonido de la ambulancia resonando fuerte a nuestras  espaldas  atrajo nuestra atención.

Eduardo no me dejo guiarlos en cambio solo me sentó en el asiento del acompañante, me dio su caja de cigarros y el subió.

Asimilar, asimilar era lo que no podía. Mis pensamientos no podían fijarse en una sola pregunta ¿Qué paso?¿ En qué momento permití que algo como esto le sucediera en mi hermana ? ¿Por qué no me llamo? ¿Cómo se lo diré a mama ? . Todo rondaba en mi cabeza mientras la camilla que llevaba a mi hermana salía del edificio camino a la ambulancia y solo pude ver a Chan subir en ella mientras Eduardo llegaba y encendía la camioneta.   

-¿Como esta? -

-Estas volviendo cachorra, me alegro - suspiro - Su estado no es bueno, pero por lo que pude escuchar no está en peligro de muerte,  vamos al hospital -

Eduardo conducía sin decir palabra mientras yo solo miraba al frente. Cuando llegamos al lugar me arrastro directamente a la emergencia sin dudarlo lo seguí, igualmente no tenía ninguna opción de no hacerlo ya que tenía su mano entrelazada con la mía con fuerza.  

Chan estaba sentado en una silla frente a una gran puerta de cristal con el ceño fruncido, parecía estar pensando con demasiada intensidad en la situación ya que ni siquiera noto nuestra presencia.   

Me senté a su lado mientras Eduardo se mantenía de pie - Lo siento- Dije en voz baja mientras el paso su brazo por mis hombros y me miro con ternura-

-¿Por qué?- 

-No pude hacer nada y tú te tuviste que encargar de todo solo- Solo me sonrió-

-No puedes pedir perdón por eso, se te presento una situación difícil y es algo común paralizarse  o no poder pensar con claridad- Termino dándome un beso en mi cabello y yo solo pude abalanzarme como una cría y abrazarlo-  

-No sé qué me paso - Estaba avergonzada- 

- Ya no le des más vueltas, ahora solo debemos esperar que nos dicen los médicos - suspire ruidosamente, las imágenes de los golpes en el cuerpo de Analía se reproducían en mi mente sin parar-

- ¿Sabes que fue lo que le pasa? - El negó-  

-El medico que la reviso dentro del apartamento solo menciono deshidratación, contusiones y principio de hipotermia-  

-Mierda ¿Tendría que llamar a mama?-

-No todavía, esperemos que no den los detalles de la situación-

- Voy a ir por café ¿Alguien quiere algo?- Eduardo hablo pero parecía que era más para darnos espacio que como si en verdad lo quisiera-

Chan les pidió que nos trajera a los dos y se retiró, antes de que volviera un médico salió  para informarnos de toda la situación.  

Aunque lo escuchaba juro que no lo entendía o mejor dicho no lo creía. Según el Analía llevaba tres días con esos golpes y cortes "autoinfligidos" dijo el muy cabrón, que no descartaban un intento de suicidio por «voluntary stopping of eating and drinking», Nos explicó que se le decía así cuando una persona intenta morir de hambre.

Mire a mis acompañantes que lo miraban igual que yo, seamos algo lógicos una persona que se quiere suicidar ¿Por qué carajos se cortaría la cara? ¿Y los golpes en su cuerpo? Y no hablemos esas marcas rojas en la espalda, no era posible que ella se las allá echo.   

Mi hermana era de las personas que se cortaba un dedo y llamaba una ambulancia para luego llorar como una madalena. 

-Lo que usted intenta decirme es ¿Qué mi hermana se hizo todo eso sola para intentar suicidarse?- Si el hombre me conociera sabría que mi tono era de una absoluta de burla, pero como no lo hacía siguió hablando.

-La depresión tiene muchas facetas bla bla bla- Eso fue lo único que escuche...... 

EL Diario de AnalíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora