CAPITULO 23

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Gabriela 

No estaba muy segura si estaba en la pequeña casa en donde me hospedaba o en el centro secreto de la las fuerzas especiales. Frente a mí se encontraba una mesa con los planos del psiquiátrico donde tenían a mi hermana. En la otra pequeña mesa se encontraba Eduardo muy concentrado en una computadora que tenía una impresora conectada, mientras tanto Chan leía los papeles que salían de ella. 

¿Cómo llegamos a esto? Ni la menor idea, cuando salí de la habitación esto ya estaba armado y no me atrevía a decir una palabra al respecto, solo observaba atentamente cada movimiento que lo chicos hacían.  

-Bueno, esto es lo que tenemos Aldo Conte, tercer hijo de la familia Conte  estudio contaduría de empresas en la universidad italiana, tiene dos hermanos mayores, su madre fue asesinada en un atentado. Su padre sigue a la cabeza de la familia y su hermano Dállelo es el siguiente para tomar el poder. Tiene el perfil de un tipo  calmado y distante. Trabaja actualmente en una empresa petrolera de su familia. Su única amistad cercana es Leon  Vólkov, suelen presentarse siempre en público juntos.    

- Leon Vólkov, segundo hijo de  los Vólkov, realmente solo es un bastardo ya que es hijo de una de las tantas amantes de la cabeza de la familia. Los Vólkov son las cabezas de la mafias Rusas, dominan gran parte de Europa, aunque tienen poco ingresos en américa, tienen algunas pequeñas conexiones. Estudio en Londres administración de empresas. El esta bajo el mando de su  único hermano mayor, no trabaja. Los padres están muertos.  A diferencia de su amigo parece ser un tipo impulsivo y  arrogante, aunque su familia parece cubrir todas sus fechorías nada escapa a los rumores de su persona. Hace algún tiempo estuvo implicado en un ataque a una jovencita polaca, no llego a mayores la chica retiro la denuncia y desapareció. El parece ser el punto débil de este dúo- Termino de hablar Eduardo -           

Yo seguía escuchando atentamente cada palabra que salía de sus labios y solo podía pensar como la inocente de mi hermana había caído en las garras de estos dos personajes. La impresora comenzó a imprimir y Chan tomo los papeles 

- Gabi, tenemos la lista de los pacientes de psiquiátrico, necesito que pongas en los planos cada lugar exacto en donde se encuentra cada uno, recesión, baños, todo. Debemos conocer el lugar de memoria- Tome los papeles de su mano y me sorprendí al ver lo detallado de la información, sin dudarlo comencé a trabajar mientras ellos seguían en lo suyo.

Después de un par de horas podía sentir que me sentía como un agente secreto, la organización de estos chicos era de más  meticulosa, cada detalle lo remarcaban una y otra vez. 

Chan se dirigiría esta noche a sobornar a un enfermero del hospital, según el necesitaban por lo menos dos personas adentro. Mientras tanto Eduardo y yo iríamos a un bar muy conocido en  Roma en donde solían reunirse los dos príncipes de mafia para buscar a sus víctimas o como ellos pensaban niñas ingenuas. Y adivinen quien iba a ser esa niña ingenua, por supuesto que Chan no lo sabía, esto era entre yo y Eduardo.  

Cuando la noche callo y Chan salió. Me fui a preparar, Eduardo llego con una bolsa en las manos, grande fue mi sorpresa al encontrar un hermoso vestido negro con un escote discreto pero con la espalda descubierta. 

Me lo pobre y para qué negarlo me veía de infarto, quien diría que el Sr sonrisas tendría tan buen gusto, aunque no me veía como una inocente criatura. Sali rumbo a buscar a mi nuevo mejor amigo y lo encontré sentado en el comedor, por un momento lo desconocí . El chico colorido que conocí estos últimos días ya no estaba, en cambio en su lugar estaba un chico vestido de negro con anillos en los dedos ese largo pelo suelto y una mirada oscura penetrante, realmente verlo así me hizo sentir intimidada.    

-¿Quién eres y que has hecho con el señor sonrisas?- Sonrió sin dejar de escanearme de arriba abajo-

- Solo me vestí para la ocasión, no me dejarían entrar a un lugar tan exclusivo si fuera vestido como normalmente lo hago-  

-Ya veo - Resulto que el maldito era atractivo después de todo-

-El vestido te queda perfecto - No podía evitar que mi autoestima se elevara a las nubes con esa mirada que me echaba-

-Lo sé, pero no me veo como una inocente flor y se supone que debería verme inocente ¿no?- 

-No precisamente, no es por ofenderte pero tú no te verías inocente ni vestida de monja - Entre cerré mis ojos con evidente enojo y él se acercó a mi como un felino, quedando a pocos centímetros frente a mi- No te enejes cachorra pero todo tu desprende un aura de sensualidad y estos tipos son cazadores, usaremos otra técnica-   

-¿Técnica? ¿Qué tramas sonrisita?- 

-Te convertiré en la cazadora- Esta vez fui yo la que sonrió, me acerqué a su oído- 

-Es un poco tarde para eso, ese es mi juego preferido - susurre seductoramente, sus manos se movieron a mis caderas y me aleje sonriendo ampliamente por mi logro- ¿Nos vamos?- 

- Tu vas a lograr que el jefazo me mate - Lo mire, aun se encontraba parado en donde lo deje con los ojos cerrados y las manos estiradas como sujetando mi cintura-  

Sali primero y me subí en la camioneta, poco después Eduardo subió con una carpeta en mano  y arranco el vehículo. 

-En la carpeta hay fotos de los dos hombres, Chan me comento que tienes una vista fotográfica ¿Es verdad?-

-No es tan así, solo es buena memoria - Abrí la carpeta y le eche un vistazo a las fotos Aldo parecía un chico común mientras Leon en cambio me parecía algo familiar- 

-¿Acaso te gusta el?- chasquee la lengua -

-Claro que no solo que se me hizo familiar - Guarde la foto sin decir más del tema-

- Ya estamos llegando, roguemos a todos los santos que el jefazo no se entere de esto o estoy muerto -

-Tranquilo, no tomaremos riesgos innecesarios. Solo me acercare un poco a los hijos de puta para ver con mis propios ojos al enemigo-  

-Solo un poco ¿ok?- Asentí, aunque realmente quería saber hasta donde podría llegar con ellos-  

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