CAPITULO 31

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Gabriela

-Él es el hermano mayor de Leon - Me quede congelada- Salgamos de aquí te contare todo pero no olvides que no vino solo - 

-Vamos - Hora era yo quien lo arrestaba, mientras más rápido saliéramos, más rápido tendría respuestas-

Llegamos al estacionamiento pero grande fue mi sorpresa al ver a Terry ahí parado, su mirada de sospecha se movía entre Eduardo y yo, solo paro por un segundo para ver nuestras manos unidas. Todo paso muy rápido Terry llevo sus manos a su espalda y Eduardo reaccionó igual de rápido. El primero en disparar fue Terry mientras nosotros nos cubrimos con un auto, segundo después Eduardo respondía los disparos.      

-Gabi llama Chan - Marque el numero con manos temblorosas- Pon el alta voz- Se escucho un "hola y que mierda" Calculo que escucho los disparos- 

-Jefazo ¿Cuánto tardas en llegar al club country?-

-Estoy en camino ¿Cuál es la situación?-Se escuchaban bocinazos, por lo que oigo estaba rompiendo algunas reglas de tránsito-  

-Adrián Vólkov-

-Protege a Gabi si quieres seguir respirando- La amenaza no dejo espacio para replicas- 

-Bajen el arma en menos de diez minutos la policía estará aquí- Terry hablo fuerte y claro-  

-Nosotros no empezamos el tiroteo amigo y la verdad no soy una persona muy habladora tampoco, que te parece si nos dejamos de estupideces y vas a auxiliar a tu jefe no lo deje de la mejor manera - El gruñido se escuchó claramente, sin duda Eduardo sabia como hacer enojar a la gente- 

-Vamos dame a la chica y lo dejamos por la paz- Mis ojos se abrieron, ¿Yo porque a mí?-

-Lo siento chico pero tenemos planes y no te la puedo dejar- Eduardo me guiño un ojo con chulería-

-Tendré que ir por ella entonces- 

-Solo inténtalo..- No pudo terminar de hablar ya que un auto estaba entrando a toda marcha al estacionamiento.

Chan baja del auto con arma en mano y comienza a disparar mientras yo fui tomada por Eduardo y arrastrada hacia la camioneta.  

-Mantén la cabeza abajo cachorra si la quieres conservar- El arranco el auto y yo entre en pánico-

-No podes dejar a Chan ahí- Salimos del estacionamiento- 

-Tranquila Cachorra el saldrá después de nosotros- Y a pocas cuadras nos cruzamos con tres patrullas policiales que iban a toda velocidad y sirena prendida-  

Eduardo se concentró en su teléfono luego de haber sonado mientras seguía manejando a quien sabe dónde. Mientras yo solo pensaba y digería todo lo sucedido y las preguntas llovieron en mi mente. ¿Por qué me quería a mí?¿Sabrán que Analía es mi hermana y por eso me quieren sacar del medio? Hay Chan tiene muchas explicaciones que darme.    

-Desde aquí puedo ver el humo salir de tus orejas ya deja de pensar, el jefazo ya salió del lugar y está bien- Suspiro- Se que tienes muchas preguntas pero yo no debo darte las respuestas- Ahora fui yo quien bufe - Iremos a mi casa, el jefazo va a deshacerse del auto y luego va a llevar sus cosas a mi domicilio.- 

-Espero que tengas mucho alcohol en tu casa- Una risa burlona se deja ver en sus labios- ¿Qué? Solo necesitó un trago- 

-Ja, ja , lo siento cualquier chiquilla de tu edad estaría como mínimo en un ataque de llanto, pero tu no. Tú quieres un trago- Sacudía la cabeza en negativa mientras reía-

-¿Que esperas ? Me acabo de enterar que me acosté con el jefe de la mafia rusa que aparte es uno de los responsables que mi hermana este encerrada en psiquiátrico y para colmo me querían llevar, como mínimo debería estar en un bar poniéndome azul de la borrachera-

-Por eso digo una persona común estaría camino al aeropuerto pensando en comprar un boleto al Congo como mínimo- Me cruce de brazos con notable enojo- No te enojes cachorra tu personalidad me encanta eres fuera de lo común, por esa razon te daré el gusto-

Poco después nos encontrábamos en una licorería con las manos llenas de botellas si alguien viera mi gran sonrisa no diría que acabo de salir de un tiroteo. Dejamos la camioneta en un estacionamiento privado y nos montamos a un taxi.  

La verdad me encontraba un poco sorprendida nos bajamos en un barrio industrial con pinta de estar abandonado desde hacía mucho tiempo, solo podía ver fábricas y galpones   y ni una sola casa. Algunos vagaban por los lugares pero era mínima la presencia humana, llegamos a un edificio no muy diferente a los demás. Eduardo abrió una gran reja para ingresar y la duda se instaló en mí. 

-No esta tan mal como parece -

-Aja-Lo seguí sin querer pensar mucho más el tema- 

Lo que parecía un ascensor se abrió enfrente de nosotros y fue en ese momento que note las cámaras de seguridad y el tablero táctil que no iba para nada con el lugar. El ingreso una clave que por lo menos tenía veinte dígitos y su huella digital, Bien me sentí como si estuviera entrando a las oficinas secretas del FBI. Solo subimos dos pisos pero cuando la puerta se abrió mi mandíbula toco el piso literal.

Computadoras, muchas pantallas que por lo visto mostraban todo los alrededores. Los muebles eran de lujo el cuero, resaltaba todo era de más lujoso. 

-Te lo dije, nunca juzgues un libro por su portada- Arrogante pensé- Al fondo - Señalo - Tienes una habitación con baño, puedes usar mi ropa mientras llega Chan toma lo que necesites - Asentí aun alucinando por el lugar- Pero acmé un favor ponte algo que tape tu cuello será mejor que el no vea los dedos marcados -Por inercia lleve la mano a mi cuello y recordé la mirada de demonio de Adrián, un escalofrió me recorrió la columna vertebral. Cuando me di cuenta los brazos de Eduardo me rodeaban protectoramente, suspire cansada.  

-Ve preparando las bebidas enseguida vengo- Sali rumbo a la habitación.

Su habitación no era diferente al resto del lugar, todo era gris o negro pero seguía teniendo un estilo exquisito. No encontré otros colores entre su ropa, así que tome un bóxer y una playera larga y me metí a bañarme .  

Cuando salí tome la primera botella a la vista y me desparrame bajo su atenta mirada en un cómodo sillón de cuero. Estaba lista para olvidarme del mundo e ahogarme en alcohol.

EL Diario de AnalíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora