CAPITULO 46

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- Tu padre - 

Un enojo recorrió mi cuerpo y toda esa alegría que corría por mis venas  se convirtió en tención, lo mire por unos segundos más antes de escupir todo lo que pensaba sobre esta escoria que me miraba inmovible.   

-Padre? En serio te consideras un padre? .. .. Tu eres el enemigo no un padre... Eres una escoria ..  .. - Su rostro hizo una pequeña mueca de disgusto - Dime donde estabas cuando yo necesite un padre, no te atrevas a decir que lo eres- Intente levantarme volviendo a fallar y el Sr padre intento ayudarme pero apenas su mano se movió hacia mi le di un manotazo- Un padre no le hace a su hijo lo que tú le hiciste a mi hermano, no droga y secuestra a su hija.....  Esa palabra te queda grande Hugo Sosa-  

-Si te dieras cuenta lo parecida que eres a mí . Te he observado desde que volaste del nido, eres igual de aguerrida, astuta e imprudente que yo - Sonrió con autosuficiencia- Chan nunca tuvo esas características de mí, todo lo contrario es un buen soldado pero su corazon lo traiciona -     

- Solo te preguntare dos cosas y luego puedes irte al infierno ¿Dónde está mi hermano y mi amigo? ¿Y qué mierda quieres de mi o de nosotros?- 

-Me olvide de recalcar que eres muy directa también -  Su mirada se volvió astuta y  lamentaba distinguir eso visto que esa misma personalidad destacaba en mi- Negocio con Adrián Volkon, él te quiere como su mujer y yo como mi aliada- 

- Interesante, vendiste a tu hija, la verdad no me sorprende- Mis palabras cargaban asco - Habla claro Sosa ¿Qué es lo que quieres? ¿Y que gano yo ayudándote?

-Te lo dije piensas igual que yo, no hay duda que mi sangre corre por tus venas-

-Deberías preocuparte entonces - Afirme- 

- No mientras tenga a Chan y a Eduardo en mi poder- Sonrió con arrogancia, pobre idiota -  

- Ten cuidado Sosa, tu podrás tener mucho dinero y poder, pero yo puedo ser una verdadera hija de puta si se meten con lo mío -  

-Lo sé, te veo y me veo a mí mismo treinta años atrás. Te ofrezco un trato justo solo debes meterte al ruso en el bolsillo o mejor dicho en tus bragas y yo mantengo a esos dos con vida-  

-¿Qué es exactamente lo que necesitas? Espionaje, información ¿O qué? Se preciso- 

-Estoy ampliando mis horizontes, Europa es un mercado millonario pero es difícil ingresar a él, en cambio siendo el suegro del cabecilla de todos me abrirá muchas puertas-   

- ¿Y que me asegura a mí que estarán a salvo si te ayudo?-

-Deveras confiar en mi - 

-Quiero verlos - Dije sin titubeos -

- Puedo hacer eso por ti, pero tendrás que dejar que te ayude no puedes ni siquiera mantenerte en pie- Seré los ojos y estire la mano - 

Me levanto del suelo y me sujeto de la cintura, apenas sentía mis extremidades. El golpeó la puerta y enseguida se abrió mostrando dos hombres fuertemente armados. Caminamos por un pasillo que estaba iluminado por pequeños focos que parecían de barco y fue entonces que note que no era solo la droga en mi sistema que hacía que me mareara un poco como si no estuviera en tierra firme, estaba en un maldito barco. Era lo que me faltaba.  

Nos detuvimos enfrente de una puerta metálica, no quería demostrar mi ansiedad frente a este bastardo pero me era difícil.  

-Te daré diez minutos ya que el ruso está por llegar- Parece que las buenas noticias no acababan- Rolón ayúdala a entrar no creo que ellos estén muy feliz de verme-

El nombrado me sujeto con fuerza mientras me ingresaba a el pequeño cuarto, dos pares de ojos se posaron en mi los podía leer con tanta claridad, preocupación era lo que más resaltaba, pero también había sorpresa de verme allí.  

-¿Qué haces aquí? ¿Qué te hicieron?- Mire al hombre a mi lado y como si entendiera mi mirada me sentó en una silla para luego retirarse- Gabi háblame -

Solo lo mire a ambos estaban encadenados al suelo, golpeados y sucios.

- Tengo poco tiempo- 

-¿Que pasa Gabi dinos algo?- Chan se escuchaba desesperado-  

-Estoy bien Chan solo estoy drogada y respeto a que hago aquí Sosa, me atrapo luego que ustedes. Necesitaba verlos, nuestro querido padre me vendió al ruso pero no se detiene ahí, él quiere que yo lo ayude con él a cambio de mantenerlos vivos- Eduardo enloqueció, con enfuerzo me levante y fui hacia el para encerrarlo en mis brazos. Tuve que ser sujetada para no volver a caer en el piso-  Todo estará bien chicos, saldremos de esta-

- Debes escapar - Susurro Chan - Olvídate de nosotros Gabi solo debes salir apenas se te presente la posibilidad-      

-No me jodas Chan, tú y yo sabemos que no tendría oportunidad sola-Los tres nos quedamos en el suelo como niños - Ilumínenme si me equivoco, si necesitará un aliado quien seria mejor  opción el ruso que se derrite por mi aparentemente o el padre sádico que me vende y aparte me quiere utilizar a su veneficio-Susurre-  

- Con el ruso tendríamos oportunidad de deshacernos de Sosa- Hablo Eduardo llevándose una mirada de reproche de parte de Chan, pero no era por Sosa sino por darme ideas a mi- No me mires así Chan sabes que tengo razon, un enemigo menos de que preocuparnos-

-Eso pensé también -  Lo pensé pero lo dije en voz alta - 

-No, no te puedes meter en medio de esto. No lo permitiré- Concluyo- 

-Chan se realista por favor no tenemos opciones - Coloque mis manos en su rostro, una a cada lado- Confía en mi - El me miro con ojos vidriosos sabía que le dolía- 

-Si te sucediera algo ...-

-No va a pasar, déjamelo a mi - 

La puerta se abrió ruidosamente, era hora de despedirme. Cerré los ojos con impotencia y resinación ahora todo dependía de mí. Cuando el hombre iba a sujetarme mis chicos se tensaron, pestañe con tranquilidad y les sonreí logrando que no hicieran nada estúpido.   

Apenas la puerta se cerró detrás de mi sentí un pinchazo en mi cuello y otra vez la querida oscuridad me poseyó.

EL Diario de AnalíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora