THE ALPHA CLUB |Omegaverse Woosan, Seongjoong, Jongsang|

∆Domingo Agrio∆

Pronto sería navidad pero junto a esto San estaba de nuevo estresado por cuestiones de la escuela, justo cuando el Omega pensó que era libre de trabajos y podía sentarse a ser un vago, una de las críticas literarias que tuvo que hacer fue regresada con unas notas realmente negativas, cosa extraña para Choi San que era un apasionado a la lectura así que llevaba sus últimos dos días revisando casa recoveco del trabajo, además de haberse releído el libro en búsqueda de los errores que le habían encontrado, incluso Wooyoung se estaba preocupando por su ritmo de estudio pero San tenía algo más que la nota herida, tenía el orgullo herido.
Era sábado y Wooyoung se despertó para ir a trabajar, se arregló y para cuando salió de si vestier ya San estaba haciendo la cama.

-Buenos días bebé - Wooyoung se acercó al Omega que estaba extendiendo el edredón por la cama y le enderezó para darle un beso de buenos días.

-Ya tengo la cafetera puesta- San dijo aún siendo abrazado por el alfa mientras miraba directamente a sus ojos logrando que esté sonriera.

-Iré a ponerle cuidado- Wooyoung se alejo después de besar la frente del Omega y dale un pequeño golpe en la cadera.

Mientras estaba en la cocina revisando si teléfono San entro y comenzó a buscar en la alacena.

-¿Quieres desayunar?- Wooyoung asintio.

-Hoy ví en mi agenda que terminó temprano, ¿Quieres que traiga algo para la cena?- Wooyoung pregunto y el Omega le miro con intensión y una sonrisa que bien conocía -Ok, traeré pollo ¿Mitad picante y mitad rebosado?-

-Sip- San se volteo para continuar revolviendo en el bowl el huevo con algo de cebollín.

Unos minutos después desayunaron juntos, cuando Wooyoung fue a lavar los platos ya San estaba sacando para la mesa su libro y computadora portátil para continuar con su trabajo ya que era el último día de plazo.

-Me iré Sannie - San al escuchar al alfa se puso de pie y fue a abrazarle mientras Wooyoung también le tomaba por la cintura y lo presionaba contra su pecho oliendo su delicado aroma.

-Llamame...- San miro al alfa y le sonrió para unir sus labios cortamente.

-Lo haré cariño - el alfa puso sus zapatos y dejo un último beso antes de ahora sí, irse a trabajar.

(...)

El día pasaba lento para el alfa en la oficina leyendo y releyendo contratos de exportaciones y ventas locales, diseños de empaques, revisión de las muestras que llegaban de los laboratorios, todo.
Cuando fue la hora del almuerzo se dió cuenta que no se había cruzado con Hongjoong todo el día y muy extrañado le llamo.

-¿Hongjoong?- cuando contesto noto que hongjoong estaba hablando con unas secretarias.

-Hyung, ¿Que sucede?- Wooyoung levantó una de sus cejas confundido.

-¿Porque no estás almorzando?- Hongjoong se quedó en silencio-¿Que?-

-Se te ha olvidado, ¿Verdad?- Wooyoung frunció el seño.

-¿Que cosa?-

-El cóctel con los Osaki-. Wooyoung abrió sus ojos de par en par.

-¿Es hoy?, En mi agenda no tengo nada - Hongjoong suspiro.

-¡Wooyoung!, Por supuesto que es hoy, ¿No te dije que apuntarlas?+ Wooyoung quiso clavar su cabeza en la mesa, eso explicaba porque salía temprano.

-¿A qué horas comienza?-

-La cena a las 7, el cóctel a las 9:30 y la idea es estar antes en la charla con el señor Osaki shino- Wooyoung maldijo en su cabeza.

-Tendre que volver a casa a cambiarme entonces... Ah- recordó la promesa del pollo para el Omega y le escribió a su asistente que encargará uno para pasarlo a recoger a las cuatro que iba de regreso a casa para ponerse digno para el evento.
La tarde solo subía en niveles de estrés en el alfa que decidió que dejaría ir si sanidad mental la lectura de contratos para el lunes y se estiró viendo por la ventana de su oficina, el pensaban llegar y acurrucarse con su Omega, comer, ver una película y quizás con algo de suerte, terminar de liberar sus tensiones del día con el Omega gimiendo bajo su cuerpo, pero sus planes habían Sido derrumbados y ahora tenía que ir a una de esas fiestas que tan importantes eran para los japoneses, sabía que negarse a ir era dañar la relación con ese gran comprador así que no era opción.
A las cuatro de la tarde fue a recoger el pollo al sitio y condujo hasta su casa, cuando llegó San se había quedado dormido sobre su libro y su corazón le pidió que por favor de quedará con su omega, pero sabía que San no le gustaba que dejara de lado sus obligaciones, cuando cerró la puerta y la bolsa con la comida sonó el Omega se levantó confundido, sus lentes torcidos y la carita algo marcada para el borde del folio del libro.