◇Demasiado Lejos◇

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Después del viaje las próximas dos semanas de todos fueron relativamente normales, más eso no significaba que fueran tranquilas.

La universidad había agarrado muy fuera de guardia a San y aunque en definitiva Wooyoung no lo había apuntado a ninguna clase de cálculo, con las clases correspondientes tenía más que suficiente para estresarse, el lobo de plata se la pasaba gestionando, diseñando y organizando campañas con ayuda de su Omega algunas veces ya que aunque este amaba dormir no parecía que le molestaba trasnochar pasando el tiempos en el estudio con el mayor dándole ideas y ayudándole en el proceso creativo aunque al otro día se iba casi arrastrando del sueño hasta el estacionamiento/sótano para que les llevasen a él y al Omega de menos estatura a estudiar cualquiera de los dos alfas que tuviese más flexibilidad en su tiempo.

(...)

Entre tanto estrés Jongho y Wooyoung habían además estado lidiando con investigadores privados y un juicio y donde habían dado pruebas y habían
sido testigos y víctimas de los actos de los Suxine, parecía ser un no fin porque cuando uno caía en la cárcel otro grupo aparecía haciendo de las suyas en otro lugar de la ciudad llegando al punto de presentarse ataques incluso dentro de instituciones educativas de secundaria y universitarias contra Omegas y alfas porque ya habían tocado la parte más maleable de la sociedad dando sus creencias a los más jóvenes que eran fácilmente influenciables por cualquiera con el mínimo poder del discurso y ellos siendo tocados como primera víctimas se negaban a que eso continuara así, porque era sin fundamento alguno lo que proclamaban y aún así no les importaba dañar a los demás.

Pero con eso no se dieron cuenta que una vez más esa célula estaba buscando atacar uno de los puntos más sensibles para todos.

Era una mañana donde por fin el frío estaba dejando de ser tan inclemente y el Omega con sus ocho meses de gestación había hecho una pequeña escapada a media mañana para conseguir un snack del cuál se había antojado desde la noche anterior y no podía evitar que su boca se hiciese agua cada que pensaba en comerlo así que decidió salir ya que no eran ni cinco minutos caminando hasta la tienda de conveniencia, se dió una ducha y se puso su ropa, aún algo abrigado y se preparó para salir.

Iba tranquilo apreciando el sol que golpeaba su rostro y el silencio de las calles permitía que se escuchara algún pájaro que estaba posado en los tejados ya que a esa hora de la mañana no muchas personas pasaban por el lugar, la mayoría estaba en su vida productiva. Solo los señores mayores ya jubilados tenían la ventaja de estar por ahí pasando con tranquilidad la mañana sin mucho porque preocuparse. Compró lo que quería con algunas cosas extras para intentar hacerle un almuerzo al mayor aunque por si las moscas llevaba un paquete de dumplings pre-cocidos porque su habilidad tampoco se podía considerar excepcional, cuando salió y giró en la esquina para volver a la casa, por la puerta de atrás del combini que era el lugar donde surtían mercancía escuchó un gato maullar y no pudo evitar mirar que sucedía, le vio cómo salía de alguna de las cajas puestas para reciclaje corriendo y se confundió un poco pero cuando iba a caminar de nuevo se chocó de frente y sintió como su cuello era presionado con fuerza, no tuvo momento de asimilar que pasaba cuando sintió como su cabeza impactaba contra el muro trasero del combini consiguiendo que un pitido resonará en su cabeza por la fuerza del golpe, frente a él había alguien con su rostro tapado por una mascarilla, tenía un gorro cubriendo su cabeza con unas gafas de pasta negra, que lo que hacía, lo hacía con tal ímpetu que temblaba y las venas de su cuello se veían resaltar, sintió las manos ejercer mucha más presión y en cuestión de segundos quemaban sus pulmones intentando obtener aire, las lágrimas caían y su cara estaba roja, se quería defender pero no quería separar las manos de su abdomen porque tenía miedo que le hicieran algo a los bebés y prefería protegerlos a ellos a cualquier costo, cuando sintió el frío en sus extremidades, sus labios igualmente fríos ya sin oxígeno alguno, sus ojos se cerraron al punto del desmayo y todo comenzó a hacerse lejano fue soltado quizás por que habían creído que habían terminado con su trabajo pero cuando se desmoronó en el suelo comenzó a obtener aire con la mayor urgencia que alguna vez sintió en su vida, con eso alertando a los tipos- Que se dió cuenta que eran dos sujetos- que ya estaban parados ya en la salida del callejón dispuestos a irse, estos se dieron la vuelta, solo pudo recoger sus rodillas y abrazar sus piernas por debajo de sus muslos a la par que bajaba su cabeza entre sus rodillas antes de sentir como patadas llegaban a su costado, aún sin recuperarse del todo sus intentos de gritos eran inútiles, solo se escuchaba un quedo alarido de dolor, no iba a salir de ahí de esa manera. Solo tenía una cosa en mente y eran sus bebés, su brazo derecho dolía al igual que sus costillas y sintió como su cabello era jalado con fuerza para que sacase su cabeza de entre sus rodillas pero se negaba a dejarse separar ya que quedarían expuestos sus bebés, comenzó a llorar sintiendo mucho dolor en su cuerpo, su hombro se desplazó de su lugar por una patada que le dieron y solo se dejó caer hacia el frente aún negado a dejar que algo malo pasara, el dolor comenzaba a quemar su brazo podía decir fácilmente que estaba roto y aunque fueron menos de tres minutos de paliza una vez más estaba a punto de perder la consciencia, pidió perdón a Jongho en su mente y cuando ya estaba todo en blanco y dejó de sentir golpes pensó que ya se había desmayado hasta que sintió una mano más delicada en su espalda algo desesperada intentando que reaccionara, pero su cuerpo había sucumbido al dolor en este punto.

THE ALPHA CLUB |Omegaverse Woosan, Seongjoong, Jongsang| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora