San estaba en la madrugada sin poder dormir "maldito jetlag". A su lado Wooyoung que estaba mas acostumbrado estaba como roca, profundo e incluso Se escuchaba un ligero roncar de vez en cuando, Wooyoung abrasaba una almohada porque San había reemplazado su lugar con esta para permitir que su alfa siguiera con su sueño porque tendrían en la mañana varias reuniones, y si; tendrían porque Wooyoung le iba a llevar para que, como le había dicho previamente, no se quedase solo en el hotel y en verdad se sentía incluso honrado de que le pudiese acompañar aunque entendiese nada y menos de nada, una vez más giró en la cama intentando obligarse a dormir, estaba de frente a Wooyoung y le intento quitar la almohada para una vez más ponerse en su lugar pero el alfa la tenía muy agarrada y San solo pudo soltar una maldición porque ahora estaba sin sueño y con frío y Wooyoung en un estado muy profundo como para tener el corazón de despertarlo.
(...)
Al final durmió, no sabe ni como pero le despertó la alarma del alfa que iniciaba su día, San se sentó en el borde de la cama y apagó el teléfono de Wooyoung para comenzar a sacudirle.
-Despierta- San daba golpecitos por encima del alfa que rápidamente abrió sus ojos y se estiró con pereza -Buenos días Wooyoung-
-Buenos días, pequeño ¿Que tal la noche?- San suspiro pero no quería que el alfa se estresara por el.
-Bien, con algo de frío- Wooyoung paso su brazo por la cintura de San y se movió para reposar su rostro en su espalda.
-Hubieras subido la temperatura del cuarto- Wooyoung levantó el pijama de San y dejo un beso en su espalda baja.
-No, está bien. Luego te pones a sudar en la noche y en realidad es más fácil pasar el frío que el calor- Wooyoung decidió sentarse antes de que volviera a dormirse po le andar distraído en el suave aroma de San.
-Hoy te pones una de mis sudaderas antes de dormir, las pijas sin algo delgadas, bebé- San asintio y miro a Wooyoung unos segundos en silencio -Si quieres un beso de buenos días solo pídelo-
-Jung Wooyoung...- wooyoung sonrio haciéndo perder sus dos ojos y se dobló para alcanzar los labios de un ahora muy enfadado, mejor dicho, avergonzada omega.
-Esa tensión de tu mirada es innecesaria, hoy eres el señor Jung, no tienes que pedir permiso para comportarte como tal- San volteo los ojos.
-¿Y mi anillo?, no voy a cambiar mi apellido si no hay anillo en mi mano Jung Wooyoung- San molesto al alfa.
-La próxima vez que coma una gomita de aro ácida te doy el anillo, de momento será mirar dónde hay una tienda de donas cerca...- ambos sonrieron con la estupidez dicha pero gracias a eso la mañana comenzaba de manera amena.(...)
En otro lugar del mundo era más allá de medio día, pero eso no detenía a Jongho a que encontrara la manera de pasarlo con su omega, Javi estado toda la mañana dejando listas las pruebas y su equipo se había quedado con el director de laboratorio vigilando, precisando, tomando valores y todo lo necesario y ahora el llegaba con un pastel de notas y vainilla para su omega que no le esperaba a esa hora en casa.
Subió con tranquilidad e ingreso la contraseña de acceso, se extraño porque gano mucho silencio en casa y Yeosang no estaba pintando en la sala como era de costumbre. Dejo el pastel en la mesa de la entrada y se quito los zapatos para ingresar a buscar al omega, miro en su estudio y no estaba, en el cuarto de los bebés tampoco así que se encaminó sigilosamente a el cuarto que compartían y vio a Yeosang acostado en la cama, estaba mirándose con detenimiento en el espejo que estaba ubicado a un lado de esta, pasaba su mano, tarareaba alguna canción y se miraba de varios ángulos mientras se movía por la cama.-Hola...- Jongho hablo y el omega dejó salir un potente grito
-¡Jongho, te he dicho que no me asustes!- el alfa entro en el cuarto mientras reía -¡No es gracioso!-
ESTÁS LEYENDO
THE ALPHA CLUB |Omegaverse Woosan, Seongjoong, Jongsang|
RomanceEl club alfa Compuesto por los verdaderos alfas, respetados, temidos y de buenas familias. Sus instintos fuertes luchan por ser contenidos y una vez desatados no hay marcha atrás. Su ambición es tan grande como el deseó de su criatura interior, y e...