◇Restando Días◇

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Cuando la semana se dividió en dos oficialmente ingresaba a su octavo mes. En el pequeño calendario donde marcaba sus semanas ya cada vez se disminuía el lugar para tachar y las "x" de varios colores recorrían cada fila del blanco papel, para San tener las cuentas tan precisas del momento en el que concibió solo le hacía parecer más larga la espera, pero no le importaba esperar pacientemente su llegada. Con el último trimestre notaba grandes cambios en cada semana que pasaba, nunca pensó en una semana pasar de que su bebé se moviera sin generar mucho malestar, a en plena calle verse obligado a dejar de caminar y respirar agitado porque ahora sentía una grande presión encajada en sus costillas por los movimientos del bebé inquieto llamando la atención de varias personas que se alertaron con miedo de que algo le estuviera sucediendo.

Desde ese día oficialmente se le prohibió salir solo, tanto por recomendación médica como por parte del Alfa que sintió frío en el cuello cuando le contó tranquilo la anécdota de su mañana como si no fuese la gran cosa.

(...)

-Hijo, ¿Cómo te sientes?— San había sido dejado esa mañana con la madre del Alfa en la casa de su infancia porque ella se había ofrecido a hacerle compañía, además quería compartir con el novio de su hijo y su futuro nieto.

-Estoy bien, un poco cansado pero supongo que es normal— La mujer mayor sonrió asintiendo.

-Por supuesto que es normal, incluso sí tu bebé se ve pequeño sigues cargando un cuerpo entero dentro de tí-La madre del Alfa estaba sentada a un lado del Omega más joven mientras pelaba fruta para darle.

-Últimamente no puedo dormir tampoco bien, eso se debe sumar a como me siento- San hablaba cómodo con la compañía de su suegra.

-¿Te duele la espalda?- Cuando San asintió solo vio a la madre del Alfa ponerse de pie e ir a buscar algo al interior de la casa, se demoró unos segundos y regresó con un rollo de tela color azul claro.

-Wooyoung era un bebé gigante, cuando nació casi pesaba cuatro kilos así que mi abdomen era demasiado protuberante y yo tampoco soy la mujer más grande del mundo- La madre de Wooyoung sonrió mientras negaba― pero en una de esas mi esposo como seguía trabajando y me vio tan mal al estar sola en casa con tantos dolores comenzó a investigar con conocidos y encontró que hay una técnica para distribuir mejor el peso y realmente ayuda a tu espalda.

-Si, quisiera probar algo para el dolor. Mi marco es algo pequeño y aún tengo problemas para subir de peso así que no me he podido fortalecer mucho— San miraba a la mujer desenrollar la larga tela y se quedó con ella extendida en las manos.

-Creo que ya hoy en día venden un cinturón ya hecho, pero cuando Woonie era bebé no, así que solo tengo la tela que yo usé, puedo ponértela y voy a alguna tienda de implementos de fisioterapia para conseguirte ya algo mejor- San negó rápidamente.

-Está bien con la tela, es una reliquia. Tiene un valor aún más grande-

-Lo sé, te va servir más a tí que aquí guardada. No es como que vaya a tener más hijos, quizás ustedes algún día sí y de cada experiencia aprendes un poco más- La madre del Alfa miró al Omega que extendió su mano para recibir la tela pero negó― ¿Te molestaría quitarte la camiseta? Sí es así, está bien ponértela por encima de ropa, no creo que haya problema.

San dudó unos segundos pero luego cedió pensando que igual tenía confianza con la madre del contrario y podía entender por lo que pasaba, cuando se quitó su prenda azul grisáceo las cálidas manos de la mujer cruzaron la tela por su espalda hasta su abdomen bajo tensionando luego de esta, de ahí subió por sus costados hasta girar en su espalda media y terminar ajustando el soporte a la altura del comienzo de sus costillas sintiendo rápidamente el alivio con la nueva acomodación de su abdomen.

THE ALPHA CLUB |Omegaverse Woosan, Seongjoong, Jongsang| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora