Después de ese día las cosas siguieron su rumbo habitual, los besitos entre Jimin y Jungkook se volvieron habituales antes de dormir, si antes Jimin besaba su nariz ahora había bajado a su boca, eran inocentes toponcitos que les entibiaban sus corazones, claro que Yoongi no sabía nada de esto, era un pequeño secretillo entre ambos.
Esa noche salieron como lo hacían siempre, rebuscando comida y tesoros entre la basura, pero a diferencia de otros días se alejaron un poco más hacia una gasolinera que tenía un pequeño almacén con cosas básicas para ofrecer a los automovilistas.
Jimin quedó encandilado con el cartel de neón que prendía y apagaba en intervalos sus luces.
- ¡ Es hermoso Atún!- exclamó Jimin dando saltitos de entusiasmo.
- ¡Bah!, ¿nunca habías visto uno?- se burló Yoongi.
Jungkook lo amonestó con la mirada.
- Sí Humamin, es muy lindo- le respondió Jungkook colocándose a su lado para mirar las luces parpadeantes.
- Bueno, bueno, sí, muy bonito, pero mejor hagamos lo que vinimos a hacer- dijo Yoongi- hay mucho humano cerca y no me gusta.
Jungkook asintió jalando a Jimin que seguía ensimismado mirando el cartel.
Se fueron hacia el costado donde estaban los contenedores de basura y empezaron a registrarlos, las luces de un automóvil los alumbró unos segundos haciendo que se girarán a mirarlo.
Era un auto negro muy lujoso que se había detenido para abastecerse de gasolina, un hombre mayor se apeó y mientras le llenaban el estanque se dirigió hacia el almacén ingresando a su interior.
Yoongi y Jungkook perdieron el interés y siguieron en lo suyo, pero Jimin seguía mirando el automóvil, era tan bello y grande que sin darse cuenta empezó a caminar hacia el.
Cuando estuvo al lado del vehículo pasó sus deditos por la suave superficie del carro y puso su carita pegada a la ventana para husmear en su interior.
Estaba tan concentrado que no vio al hombre salir del almacén y tampoco cuando se acercó a él, sólo sintió unos fuertes dedos como garras apretando su brazo.
- ¿ Qué pretendes ladronzuelo?, ¿ querías robarme?- el hombre le habló con dureza y desprecio.
- ¡ Ay, me duele señor!- gimió Jimin- no soy ningún ladrón, sólo miraba su automóvil.
- ¿ Y quieres qué te crea?- el hombre lo zarandeó con brusquedad sin soltarlo.
A los gritos de Jimin Jungkook y Yoongi llegaron corriendo, al ver la situación se asustaron.
- ¡ Suéltelo!, ¡le está haciendo daño!- gritó Jungkook desesperado al ver a Jimin llorando.
- ¿ Son tus cómplices? ¿ ah?- el hombre los miró a ambos- se ve lo vagabundos que son, pero nadie me roba a mí.
- ¿ Nos está tratando de ladrones?- gritó Yoongi- ¡ viejo desgraciado ni siquiera nos conoces!
- No hace falta, con sólo mirarlos me basta- el hombre se ponía cada vez más furioso y apretaba sin piedad el brazo de Jimin.
- ¡ Suéltelo!- gritó Jungkook otra vez.
El dueño del almacén se apareció por la puerta.
- ¿ Quiere que llame a la policía señor?- le gritó desde la entrada.
- No. Lo arreglaré por mi cuenta- respondió el hombre- les enseñaré a no meterse con lo ajeno.
El dueño del almacén se encogió de hombros y volvió a entrar.