*DEDICADO AL GATO PULGOSO 😆
Nadie supo lo que realmente pasó con Yoongi y Tae después de que lo fuera a ver a su habitación, eso era algo que Yoongi no contaría aunque lo torturaran y Tae sólo se lo contó a Jimin quien le guardó el secreto.
Cuando Hana le hizo ver lo cobarde que era, Yoongi recapacitó, no crean que había sido herido por algún otro Omega o algo parecido, simplemente nunca conoció alguien que lo amara a él, solo a él, por eso ese repentino interés de Tae hacia él lo tomó por sorpresa y reaccionó de la única forma que siempre lo hacía, apartándolo lejos, claro que no pensó en lo persistente y tenaz que era el Omega. ¿ podía ser posible que después de dos años demostrándole que no estaba interesado, aún siguiera buscándolo? , definitivamente a ese gato se le debían haber aflojado los tornillos, no había otra explicación.
Cuando entró a la habitación de Tae, cosa que no había hecho nunca desde que vivía en la mansión, se quedó con la boca abierta, era como haber entrado a un mundo rosa y delicado.
Tae estaba hecho un ovillo en el centro de su cama con el edredón rosa de pequeñas florecitas estampadas enrollado alrededor de su cuerpecito, múltiples cojines de apariencia suave y esponjosa rodeándolo por todos lados como una pequeña fortaleza y tenía en sus manos una polera arrugada pegada a su mejilla.
¡ Mierda, esa era su polera favorita, la que se le había perdido!
Tae apenas si lo miró, con sus ojitos rojos e hinchados y se ovilló aún más dándole la espalda.
Yoongi no sabía de que iba todo eso, pero le dolió verlo así. Se acercó a la cama todo nervioso apretándose la colita entre sus manos.
- Tae...
Tae lo miró y se tapó la cara con la polera suspirando.
- Tae, vengo a darte una disculpa por lo de hoy- susurró Yoongi y trató de acercarse un poquito, pero Tae le mostró los dientes de forma feroz, así que se quedó donde estaba.
- Es mentira que te encuentro feo...
Tae levantó una ceja como dudando de la veracidad de lo que decía.
- Tampoco es cierto que no te soporto...
Tae se sentó en la cama, bueno en el revoltijo que era y sólo lo miró poniendo a Yoongi más nervioso, Tae seguía molesto.
-Y, mentí cuando dije que olías mal...la verdad ni siquiera se cual es tu olor...
Tae se puso a llorar y llorar y llorar.
A Yoongi la verdad no le importó si Tae lo rasguñaba o lo mordía, se acercó y se sentó a su lado abrazándolo por primera vez.
Después de unos minutos Tae se calmó y restregó su naricita por el brazo de Yoongi, que estaba tan poco acostumbrado a las muestras de afecto que casi sale arrancando nuevamente, pero cuando vio los ojitos brillantes y la sonrisa cuadrada más bonita, ¡diablos!, se quedó tieso en el lugar.
- Mi gato está enojado y triste, me duele mucho aquí- Tae le tomó la mano y se la llevó a su pechito- mi gato no te cree...
Lo que le faltaba, la única vez que estaba siendo sincero y no le creían.
- Soy un gato odioso, gruñón, comilón, pero no soy mentiroso...¿ puedes creerme?¿ puedes decirle a tu gato que no voy a lastimarte nunca más?
Tae asintió con su cabecita y de un tirón lo metió al centro de su revoltijo y se trepó sobre sus piernas abrazándolo.
Después de la impresión, de casi morir por no respirar, Yoongi empezó a relajarse, no era tan malo como había pensado, un sentimiento de calidez lo empezó a envolver.
- ¿ Soy bonito entonces?- le preguntó Tae mirándolo con sus ojitos brillando.
- Sí...eres el gato más bonito que conozco- le respondió Yoongi avergonzado y tímido.
Tae sonrió mucho más grande ahora.
- ¿ No soy una molestia?- siguió Tae pasando sus deditos por la chaleco de Yoongi como dibujando con ellos.
- No. En realidad cuando estabas cerca me ponía nervioso y no sabía cómo reaccionar, así que corría- le respondió Yoongi coloradito.
- ¿ Seremos novios ahora?- le preguntó Tae moviendo sus pestañas soñadoramente.
- ¿ Porqué?, no logró entender que me vez...soy un gato ordinario, con modales horribles...
Tae le puso su manito en la boca para callarlo.
- No digas eso copito, mi gato te eligió apenas te vio, debe ser un poquito masoquista- Tae le sonrió- eres lindo y a nosotros nos encantas.
- De verdad eres extraño Tae, casi un extraterrestre, habiendo tanto gato elegiste al peor de todos- le dijo Yoongi rascándose la cabeza- de verdad que no lo entiendo.
- No tienes que entender, sólo se trata de sentir, eres mi otra mitad, ¿ seremos novios?- volvió a preguntarle.
Yoongi suspiró derrotado, no había escapatoria, ese Omega no soltaba el hueso, persistente cómo perro, bueno gato mejor dicho.
- Mmmm...tal vez...quizás...¡ mierda Tae no sé!- Yoongi se sentía acorralado y ese sentimiento no le agradaba, ahora mismo sólo quería correr lejos y esconderse para que nadie lo encontrara.
¿ Qué era ese olor?¿ de dónde venía?¿ era Tae oliendo a...¡mandarina!?
Ahora si que estaba frito...el olor lo inundaba todo metiéndose a raudales por su nariz, eso era jugar sucio.
- Tae...¿ qué....qué es ese olor?- tartamudeo Yoongi a punto de desmayarse.
- Es mi olor copito, ¿ no...no te gusta?- Tae empezó a hacer un puchero y sus ojitos a llenarse de agua.
- ¡Porqué tenías que oler a mandarinas!¡ no es justo!¡ ahora nunca podré rechazarte!¡mi gato esta vuelto loco!- gritó desesperado Yoongi.
Tae no sabía cómo interpretarlo, ¿ lo estaba aceptando o rechazando?
- ¿Es un sí...o un no?- preguntó Tae temeroso, no podía leer al gato.
- Mi parte racional me dice que corra lo más lejos posible, pero mi gato...mi gato no quiere moverse- Yoongi lo miró y por primera vez se dejó llevar por lo que sentía- supongo que es un sí...
El grito de felicidad que dio Tae casi lo dejó pegado al techo, pero lo que hizo después le dejó los huesos derretidos.
Tae lo besó, una, dos, tres, cuatro y Yoongi ya no supo de nada más que del Omega y de su intoxicante olor a mandarinas.
Había perdido, de ser un gato libre había pasado a ser un gato sometido.