Jimin dejó a Jungkook en su oficina trabajando y volvió a la mansión. Tenía un lío en la cabeza. Todavía sentía su cuerpo hormigueando y su corazón acelerado.
Era la primera vez que las sensaciones físicas entre ellos eran tan intensas. Sentía un anhelo en su interior qué no comprendía muy bien, quería algo con desesperación y no sabía qué, era como si con su juego inocente hubiera abierto la caja de pandora y ahora no sabía cómo cerrarla.
No hallaba con quién desahogarse, Moon tenía su propio problema ahora, no podía ser tan egoísta y recargarla con los suyos. Yoongi era un descarado y no creía en el amor, y decirle a Nam-joon le daba un poquito de vergüenza.
Iba caminando sumido en sus pensamientos, cuando pasó por un estante enorme de doble puerta cerca de la biblioteca y escuchó unos murmullos y sollozos dentro, qué lo hicieron detenerse.
Con cuidado abrió una de las puertas y se encontró con Tae sentado dentro de él llorando mientras comía de un pote de helado apoyado entre sus piernas.
- ¿Te pasa algo?- le pregunto Jimin preocupado.
Tae lo miró con sus ojitos llenos de lágrimas y se llevó otra cucharada de helado a la boca.
- ¿Quieres pasar y sentarte conmigo?, no quiero que nadie me vea llorar- le dijo Tae puchereando.
Jimin asintió y se introdujo en el armario, sentándose frente a él quedando rodilla con rodilla, luego cerró la puerta quedando ambos en la penumbra del interior del mueble.
- ¿Ahora me dirás qué te pasa?- le preguntó Jimin.
- Yoongi...él me dijo qué era feo y que olía mal, qué no me soportaba y que por favor lo dejara tranquilo...incluso me empujó- Tae volvió a sollozar.
- Lo siento- le dijo Jimin sin saber qué más decirle- ¿te gusta mucho el gato pulgoso?
- Sí. Desde que lo vi, mi gato y yo supimos que era el indicado. Pero...pero el nos rechaza- Tae suspiró derrotado- durante dos años lo he seguido sin descanso, pensando qué tarde o temprano se daría cuenta de cuánto lo amo, ni siquiera sus constantes desaires lograron desanimarme... pero hoy me lastimó mucho jimin y mi gato está triste.
Jimin sintió como se llevaba otra cucharada de helado a la boca mientras sorbeteaba su nariz.
- Yoongi es un caso especial. No quiero justificar lo que te hizo, pero ese gato testarudo no quiere saber nada del amor ni de gatos omegas. Yo creo que en el fondo tiene miedo de querer a alguien y salir lastimado.
- ¡Pero yo no quiero lastimarlo!- exclamó Tae muy triste- es él que me lastima a mí y a mi gato.
- ¿No puedes buscar otro gato que te quiera y corresponda a tus sentimientos?- le preguntó Jimin.
- No, Jimin, las cosas no funcionan así para los híbridos. Mí gato lo eligió a él y no puedo hacer nada para remediar eso.
- Es muy lindo lo que dices Tae- le dijo Jimin enternecido.
- Lo tuyo con atún también es especial, aunque seas humano- le dijo Tae.
- Sí ,lo sé, pero tengo tantas dudas. Yo no soy un híbrido y desconozco cómo funcionará este lazo que hay entre Atún y yo- reconoció Jimin.
- Puedes preguntarle a Atún- le dijo Tae.
- Me da vergüenza, y creo que el tampoco sabe mucho al respecto.
- Entonces pregúntame a mí- le ofreció Tae.
Jimin lo pensó un instante. Tae le inspiraba confianza y era híbrido y también más o menos de su edad.