Fueron tres días intensos, donde se amaron sin vergüenza, no quedó trozo de piel sin recorrer ni besar.
El domingo por la noche el celo llegó a su fin, apareciendo Jungkook, sus ojitos de color negro lo delataron, su gato dormía profundamente agotado y satisfecho.
Jimin lo miró con ojos soñadores dándole un piquito de bienvenida.
- Mmmm...bienvenido amor- su voz sonaba demasiado complacida.
Jungkook miró el cuerpo desnudo de Jimin enredado con el suyo, su tibieza lo tenía cubierto de pies a cabeza. Le sonrió arrugando su naricita y mostrándole sus dientecitos.
- ¿ Ahora te pones tímido?- Jimin le pellizco la nariz riéndose al verlo sonrojarse- ¡ eres adorable!
- ¿No...no te hice daño?- le preguntó Jungkook mirándolo un poquito avergonzado, porque recordaba perfectamente lo que habían hecho.
- Nop- le respondió Jimin recostándose sobre su pecho suspirando con deleite- al contrario...me hiciste ver las estrellas, la luna y todo el firmamento...
Jungkook sonrió y sus hombros se escogieron halagado.
- ¡Jimin!- Jungkook lo miró asustado- ¡ Sí lo hice!
- ¿Qué?- preguntó Jimin también asustándose.
- ¡Mira todos los moretones y mordidas que tiene tu cuerpito!- su voz subió unos decibeles mirando horrorizado lo que le había hecho.
- Tranquilo- Jimin tomó su carita para que lo mirará a los ojos- todo está bien...son heridas de guerra, estoy orgulloso de tenerlas...yo...yo también te dejé algunos recuerditos...- Jimin sonrió con picardía señalándolo.
Jungkook se miró. Definitivamente ambos estaban hechos un desastre. Tenía rasguños en las piernas, brazos y quien sabe donde más, era lo que alcanzaba a ver.
- ¡Hicimos un desmadre Humamin!- exclamó Jungkook y al escuchar la carcajada de Jimin también se largó a reír abrazándolo con ternura.
Sí, lo había hecho, habían dado el paso, ahora eran uno en cuerpo y alma, podía sentirlo fuerte dentro de sí, como si un cordel invisible los conectara.
- ¿Estás contento Atún?- Jimin depositó un besito en su hombro desnudo.
- Como ni te imaginas...
- Puedo sentirte Atún, mucho más fuerte ahora...
Jungkook observó la marca de sus dientes en el hueco del cuello un poquito inflamada y se acercó para atenderla, aunque Jimin no se quejara sabía que debía dolerle un poco, su lengua y saliva lo ayudarían, así que lo hizo hasta que quedó de un suave color rosado.
- ¿Mejor?- le preguntó Jungkook con ternura, ahora dándole delicados besitos en la zona.
- Mmmm..- Jimin suspiró- sí, se siente bien.
- Debió doler- empezó Jungkook y Jimin lo calló con un beso largó y dulce, desinhibido y tímido a la vez.
- No duele Atún, nada de lo que hicimos me causó dolor o incomodidad, ya sabes cuánto deseaba esto.
- Yo también, esta vez sí recuerdo Jimin, claro que relegado a un segundo plano, mi gato tomó el control, bueno no puedo quejarme- sonrió más relajado.
- ¿Tú gato, eh?- Jimin levantó una ceja- creo que ahora tú deberías, digo yo, para emparejar las cosas...
Jungkook echó su cabecita hacia atrás en una carcajada, Humamin siempre sería un delicioso descarado.