Seis meses después las tres parejas se casaron en una boda triple. No había ninguna razón para esperar más tiempo para unirse en el sagrado vínculo, todos estaban más que dispuestos a compartir sus vidas para siempre.
Jimin, Tae y Moon se vistieron de blanco con unas sencillas coronitas de flores sobre sus cabezas. Jungkook, Yoongi y Nam-joon de trajes negros.
Fue una ceremonia hermosa, llena de magia, donde para cualquiera que observará podía ver a simple vista como se amaban.
Yoongi lloró a moco tendido cuando Tae le dio el "Sí, aceptó" , quien lo diría conociendo al gato pulgoso.
Moon irradiaba felicidad, casi resplandecía cuando Nam por fin se convirtió en su esposo, su sueño hecho completamente realidad.
Jimin y Jungkook derramaron silenciosas lagrimitas de felicidad al mirarse el uno al otro, como siempre sumidos en su propia burbuja.
Hana los miraba a todos con infinita ternura, eran sus hijos, todos ellos sin excepción, y se sentía bendecida al poder ser parte de esa felicidad.
La tres parejitas se fueron de luna de miel a los EEUU, era el sueño de Jimin que Jungkook conociera los lugares que le había mostrado sólo en fotografías.
De regreso, más unidos que nunca, decidieron su futuro.
Jimin no tenía interés en la cadena hotelera que había heredado junto a Moon, así que el sólo se quedó con el treinta por ciento de las acciones y el cincuenta por ciento restante se las traspasó a Nam-joon para que se hiciera cargo como dueño mayoritario.
Respecto a donde vivirían, ninguno de ellos quería alejarse de Hana, para todos la mansión era el primer hogar que conocían, así que Hana les propuso dividir la mansión, que era enorme, en tres estancias individuales, para que tuvieran privacidad, donde cada pareja formaría su hogar pero seguirían compartiendo igual que antes sin alejarse de Hana.
Jimin siguió trabajando codo a codo con Jungkook, Tae y Yoongi también siguieron en la empresa, sólo Nam-joon y Moon tomaron rumbo diferente para hacerse cargo de la empresa hotelera.
La mansión de Goon fue donada para albergar niños huérfanos, con sus risas y alegría borrarían los malos recuerdos de ese lugar, Moon se encargó personalmente de eso, quería niños que tuvieran una oportunidad de ser felices y convertirse en seres de bien.
Al poco tiempo de regresar de la luna de miel hubo novedades con Tae y Moon...estaban esperando su primer hijo.
Todo era felicidad, Jimin miraba como se preparaban para recibir a sus bebés, él era feliz por Moon y Tae, pero en el fondo sentía tristeza.
- ¿Qué pasa bebé?- le preguntó Jungkook una noche, podía sentir la pena de Jimin, sus ojitos no brillaban igual.
- ¿Atún?¿ de verdad no te importa que no pueda darte hijos?- Jimin susurró bajito apretando sus piernitas a su pecho.