Capítulo 11

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Narra Oliver

Cuando llegamos a casa, armamos el árbol de Navidad. Se nos fue un buen tiempo poniéndole la decoración.

── Llegó la parte más importante, poner la estrella.

── Quiero ponerla yo ──Pedí. Me miró divertido── Deja de burlarte.

── No me estoy burlando ──Me pasó la estrella. Iba a coger una silla para poder subirme── Súbete en mis hombros ──Se puso de cuclillas.

── ¿Podrás conmigo?

── Por supuesto, estás flaco.

Lo empujé un poco por la cabeza. Pasé mis piernas por sus hombros, cuando me ofreció las manos para sujetarme, le dí la estrella y agarré ambas manos. Se puso de pié lentamente y se acercó al árbol. Ahora yo llegaba casi al techo. Cogí la estrella cuando me la pasó y la coloqué.

── Precioso.

── Sí, la verdad es que ha quedado precioso.

── No, me refiero a que te ves precioso mirando el árbol con admiración ──Con mis mejillas rojas, bajé la vista para verlo, él tenía la cabeza levantada mirándome con una sonrisa── Mmm, te ves más precioso y tierno así, con las mejillas coloradas.

Fruncí el ceño.

── Bájame maldito pervertido.

Se rió.

── Si me das un beso.

Abrí los ojos como platos.

── ¿Qué?

── Has oído bien gatito, te bajo si me das un beso.

── Sigue soñando.

── Entonces me temo que nos quedaremos así.

── Me da igual, eres tú el que me está cargando.

── A mí también me da igual, porque no pesas ──Cerré los ojos y suspiré. Pegué un grito de susto y me sujeté a su cabeza cuando se movió bruscamente, pero ese desgraciado me había sujetado bien por los muslos. Se rió.

── ¡Desgraciado! ──Grité con el corazón acelerado── No me hace gracia ──Habían pasado unos minutos y seguíamos igual. Solo que ahora él se había puesto de frente hacia la televisión para entretenerse.
Acaricié mi barriga a la vez que me quejaba.

── ¿Qué pasa? ──Lo miré, tenía la cabeza levantada otra vez para poder verme.

── Tengo hambre.

── ¿Qué quieres cenar?

Dejé de mirarlo. Pero enseguida clavé mi mirada asesina en él cuando me dió una palmada fuerte en uno de mis muslos y luego lo apretó ligeramente.

── Dime qué quieres cenar, prometo complacerte.

── En ese caso, me apetece cenar pizza.

Arqueó una ceja.

── ¿En serio?

Hice pucheros y asentí.

── La pediré porque te ves muy tierno.

── Esta vez no diré nada porque gracias a eso he conseguido lo que quería ──Él se rió, sonreí. Se acercó al sofá y se sentó, yo me bajé de sus hombros y me dejé caer a su lado. Lo observé mientras buscaba algo en su móvil. Ya que le gusta tanto molestarme, yo también me aprovecharé de él cada vez que quiera algo. Ahora como había conseguido la pizza, decidí dejar mis piernas encima de las suyas y miré hacia la televisión, sentí su mirada puesta en mí durante un buen rato, luego continuó lo que hacía. Llamó a la pizzería. Luego de que yo dijese de qué quería la pizza, me miró mientras acariciaba una de mis piernas. En realidad ese gesto no me molestó, yo tenía puesto un vaquero y no me molestaba para nada.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora