Capítulo 39

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Narra Oliver

Bajó por mi pecho desnudo hasta llegar al borde del pantalón de mi pijama, entonces me miró.

── ¿Estás seguro de esto? ──Sonreí y asentí varias veces.

── Sí.

Bajó mi pantalón junto con el boxer. Sentí mi cara arder cuando se quedó mirándome, así que me tapé la cara. Aparté un poco las manos cuando me besó estas.

── Me gusta lo que acabo de ver, así que no te avergüences.

Terminó de apartar mis manos y me besó. Mientras le seguía el beso, me relajé.
Separó su boca de la mía, empapó varios de sus dedos y volvió a besarme. Me curvé hacia arriba cuando sentí sus dedos en mi entrada.

── Es para dilatarte y yo poder entrar más fácil, así no te dolerá.

Mordí mi labio y asentí. Sentía un cosquilleo en mi bajo vientre.
Tomé mi erección y me masturbé.
Para cuando me corrí, ya mi entrada se encontraba súper dilatada, además, estaba relajado.
Alesandro se acomodó en medio de mis piernas, se puso un condón y me miró.

── Todavía estamos a tiempo de detenernos.

── No pienso hacerlo, estoy bien ──Tiré de él hacia mí, rodee su cuello y acaricié su nuca── Quiero continuar ──Sonrió.

── De acuerdo, pero si te hago daño, dímelo enseguida.

── Está bien.

Yo mismo tomé su miembro y lo puse en mi entrada, él sonrió.
Apoyó su frente en la mía y fue entrando.
Al principio sentía un cosquilleo, pero luego, según iba entrando más, sentía ardor.
Mordí mi labio y cerré los ojos.
Los abrí cuando él se detuvo.

── ¿Por qué te detienes?

── Es para que te vayas acostumbrando. Todavía falta la mitad ──Besó mi barbilla. Mientras besaba mi cuello lentamente, fue entrando, que me estuviera besando, me mantuvo distraído para no sentir dolor, aunque al final, cuando estuvo por completo dentro de mí, sí me dolió, lo que llevó a que arañase su espalda── Esperaré un momento y luego iré saliendo.

Asentí.

Cuando salió de mí, me sentí raro, era como si estuviera vacío.

── Vuelve a entrar.

── Sí, pero...──Lo interrumpí──:

── Entra ya, y esta vez más rápido.

Me hizo caso. Gemí fuerte porque me dolió un poco, pero fue un dolor placentero.
Con mis piernas en sus nalgas, lo hice moverse más rápido.

── Joder ──Gemí cuando me corrí una segunda vez.
Alesandro también lo había hecho, pero obviamente en su condón.
Se dejó caer a mi lado con la respiración agitada── Es lo mejor que me ha pasado en la vida ──Se rió al escucharme. Sonreí.

── Te gustará todavía más cuando lo hagamos más seguido.

── Ya lo estoy deseando ──Volvió a reírse.

── Bebé, sinceramente me alegra escuchar esto, tenía miedo de lastimarte y que al final no te gustara.

── Me has cuidado bien y me ha encantado.

── No te he cuidado bien, hice caso a lo que me pediste, por ir rápido ahora te dolerá cuando te sientes.

── Alesandro, yo mando, te pedí que fueras rápido y eso hiciste. Además, no seas tan exagerado, seguro que no es para tanto.

── Ya verás, luego no digas que no te lo advertí.

── Ajá.

── ¿Nos duchamos?

Asentí. En cuanto me senté, me dejé caer hacia atrás otra vez.

── ¿Qué? ──Preguntó ya de pié.

Mordí mi labio y suspiré.

── Sí que me duele al sentarme.

Me tomó en brazos y me puso de pié.

── ¿Qué más te duele?

── La cadera ──Me miré ahí. Normal que me duela, Alesandro me agarró con tanta fuerza cuando entraba y salía, que me había dejado las marcas de sus dedos.

── Lo siento.

Sonreí.

── Creo que cuando no me duela, seremos más salvajes todavía, no te disculpes ──Me puse de puntillas y le dí un beso rápido.
De camino hacia el baño, también me molestaba, pero poco.
Luego de ducharnos, nos vestimos otra vez con el pijama.
Quitó las sábanas de la cama y buscó unas limpias.

── No ──Me detuvo cuando lo iba a ayudar── Quédate quieto, te duele, yo la arreglaré.

Sonreí.

Luego de que la arregló, me tomó en brazos y me tumbó en la cama, tiré de él haciendo que se tumbara encima de mí y lo abracé por el cuello.

── Quédate así.

── Primero te buscaré una pastilla.

Me quejé pero dejé que se fuera a buscar la pastilla. Me la trajo con un vaso de agua.
Luego de que la tomé, se tumbó a mi lado y me abrazó.
Enterré mi mano en su pelo y lo acaricié.

── Lo siento por todas las marcas que te dejé, las verán las demás personas.

── No te preocupes por eso ──Dije sonriendo.
Me había dejado marcas por la mandíbula, el cuello y el pecho. Las del pecho obviamente no las vería nadie más que él.
Se apoyó en su codo para verme.

── Gracias por entregarte y confiar en mí.

── No podría hacerlo con otra persona, yo... te quiero Alesandro.

Se le formó una sonrisa preciosa. Dejé de mirarlo porque sentía mis mejillas arder. Me tomó de la barbilla, así que lo miré nuevamente. Se acercó a mi boca y rozó nuestros labios.

── Yo también te quiero, bebé ──Me besó.
Me abracé a él y profundicé el beso.

Desperté por la jodida alarma. No me apetecía levantarme, pero no tenía de otra. Además, la forma en que Alesandro me tenía abrazado a él dándome calor, me hizo plantearme varias veces si me quedaba en la cama con él. Pero no podía, llegaba siempre a la misma conclusión; tenía examen y no podía faltar.
Observé su rostro detenidamente.
Empecé besando su cuello, luego su mandíbula, barbilla y terminé en sus labios, donde dí un beso pequeño.

── No continúes, porque si lo haces no podré parar,y me temo que será más difícil que te sientes en clase hoy.

Me reí.
Él abrió los ojos y me besó la mejilla, la punta de la naríz y finalmente me dió un beso pequeño en los labios.

── Te llevaré a la universidad y luego regresaré a dormir, necesito dormir muchas horas seguidas.

── De acuerdo.

Me dejó en la universidad y regresó a casa.

── ¿Anoche hubo mambo? Tienes el cuello lleno de marcas ──Miré a Patrick de reojo y no dije nada── Espera, espera ──Me detuvo── ¿Ya lo hicieron, por fin?

Sentí mi cara arder. Miré a todas partes y luego asentí.

── ¡Oh por Dios! ¡Alesandro ya te rompió el culo! ──Gritó feliz. Abrí los ojos cómo platos y le pegué en el pecho.

── ¡Cállate! ──continué caminando.

── Sí, sí, perdóname ──llegó a mi lado y entrelazó nuestros brazos── Cuéntamelo todo.

Fruncí el ceño.

── Eres un guarro, ¿sabes? ──Pregunté sonriendo.

── Lo sé, pero es que yo no puedo vivir sin el chisme, te prometo que lo he intentado, pero es como una droga, siempre acaba consumiéndome y necesito saber todo.

Me reí y negué con la cabeza.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora