Narra Alesandro
Desperté porque escuché que tocaron el timbre, tenía turno de tarde, así que podía dormir más tiempo, pero igualmente bajé de la cama y salí para abrirle a Leti, Oliver ya lo había hecho. Me lo encontré en el pasillo. Pasó por mi lado para ir al baño sin ni siquiera mirarme.
── Oliver ──Tomé su mano y lo detuve── ¿Por qué me has estado evitando estos días? Si es por los besos, no lo volveré a hacer.
── Mi presencia aquí te molesta, quieres que me vaya a Alemania a casa de tus padres ──Su mirada estaba triste.
── Yo no te he pedido que te vayas.
── ¿Entonces a qué se refería tu madre?
── Es cierto que al principio, antes de que vinieras a vivir conmigo, yo le pedí que te llevara a vivir con ella, y luego, los siguientes días que todo fue un desastre, también, pero ya nos estamos adaptando el uno al otro, no me molestas y contigo aquí no me siento tan solo. Si tú te sientes cómodo aquí, no tienes que irte, podemos hablar con mi madre.
De repente su cara cambió a una más alegre.
── ¿De verdad? ¿Me lo prometes?
── De verdad, te lo prometo. No tienes que irte.
── Está bien, gracias.
── Los primeros días fui un insensible, tú lo estabas y lo estás pasando mal por la pérdida de tus padres. Yo debí tener más tacto a la hora de tratar contigo. Lo siento, ¿un abrazo? ──Me miró de arriba a abajo, yo estaba solo con un boxer. Sonreí── Te prometo que no haré nada, solo es un abrazo de amistad.
Me acerqué más a él, finalmente me abrazó. Yo acaricié su espalda.
── Cuando quieras hablar de cómo te sientes sobre lo de tus padres o sobre tu vida en general, estaré aquí para escucharte. Solo tienes diecinueve años y ya estás pasando por esto, estás pasando por una etapa muy dura.
Lo escuché sorber. Limpié sus mejillas cuando nos separamos.
── Te agradezco esto, de verdad. Me hacía falta escuchar algo así, ahora mismo no estoy en mi mejor momento. Se me está haciendo cuesta arriba estudiar porque no logro centrarme, no hago más que pensar en mis padres.
── Entiendo. Hoy tengo turno de tarde, regreso en la noche, cuando venga, te ayudaré a estudiar ¿de acuerdo? ──Asintió.
── Gracias.
── De nada. Ahora arréglate, te llevaré a la universidad.
Yo también me arreglé, desayunamos juntos y salimos.
Estuvimos hablando para conocernos mejor.
Me dijo que le gustan los helados de chocolate, las películas de terror e ir al cine. Que es muy cariñoso y que solo ha tenido dos novias.
Yo lo miraba de reojo con una sonrisa, mientras me contaba todo eso, él también sonreía. Verlo así de feliz, por alguna razón eso a mi corazón le gustaba.
Cuando llegamos a la universidad, se despidió de mí y se bajó. Entonces me dí cuenta de que dejó su abrigo en el asiento trasero, lo puso ahí antes de subirse al coche. Me bajé y lo cogí.── ¡Oliver! ──Se giró a verme, le mostré el abrigo. Se acercó. Lo pasé por detrás suyo para que metiera los brazos.
── Alesandro, puedo yo solo, te gusta hacerme pasar vergüenza ──Observé cómo varias personas nos miraban, entre ellos, hombres. No quería que miraran a Oliver, yo lo había visto primero.
── Me encantan la pareja que hacen ──Sonreí al escuchar a Patrick── Oliver es tan pequeño delante de ti, que lo hace ver muy tierno.
── Maldito estúpido ──Dijo Oliver molesto, que se iba a alejar corriendo hacia él, ya que Patrick como sabía lo que le esperaba, había decidido caminar hacia atrás para echarse a correr en cualquier momento.
── ¡Eh! ──Se detuvo a mirarme con el ceño fruncido, tiré de su abrigo, lo pegué a mí y le dí un beso pequeño. Me dió un puñetazo disimuladamente en la barriga, yo me quejé.
── Tu y yo hablaremos en casa ──Dijo con una sonrisa falsa.
── Lo sabía ──Dijo Patrick, sonreí más cuando Oliver fue corriendo hacia él. Miré a los hombres que nos habían estado mirando, algunos tenían el ceño fruncido y otros no tenían ninguna expresión. Yo quería que les quedara claro que estaba marcando territorio, si quieren culo que lo busquen por ahí, porque el culo de Oliver ya tiene dueño, y ese soy yo.
Me fui a trabajar antes de que Oliver llegara ya que tenía el turno de la tarde.
Narra Oliver
Yo miraba la hora una y otra vez, estaba desesperado por ver a Alesandro entrar por la puerta, hoy definitivamente sería su muerte por haberme besado otra vez. Estaba más que enojado. Por el beso que me dió hoy, los chicos que han estado interesados en mí, me han preguntado que si es mi novio, obviamente yo aproveché la oportunidad para decirles que sí y así librarme de ellos, porque ya me estaba sintiendo muy acosado.
Eran sobre las doce de la noche cuando escuché la cerradura de la puerta, me paré de inmediato y me crucé de brazos.── Alesandro ──Dije cuando pasó.
── Regáñame mañana, ahora mismo no tengo ganas de nada ──Dijo de camino a su habitación. Sonó muy raro.
Decidí irme a mi habitación y dejarlo en paz por hoy.
Me senté a estudiar, pero finalmente la intranquilidad de haberlo escuchado mal me ganó.
Toqué su puerta y luego la abrí, él estaba tumbado en la cama.── Alesandro...
── ¿Mmm?
── ¿Estás bien?
── Sí ──Su tono de voz me confirmó todo lo contrario. Así que me tomé el atrevimiento de entrar. Me puse delante suyo, cuando me miró, me preocupé.
── ¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras?
── Murió ──Esa simple palabra me puso los pelos de punta. Ya la había escuchado hace unas semanas, solo que en plural.
── ¿Quién murió?
Se sentó en el borde de la cama, me senté a su lado.
── La pequeña Riley ──Se le quebró la voz── Era mi paciente desde hace más de medio año. Su corazón no funcionaba bien. Hoy llegó al hospital un corazón, cuando le dije que la operaría, se puso muy feliz. Pero desgraciadamente su cuerpo negó el nuevo corazón y esa pobre niña de nueve años murió ──Rompió en un llanto. Yo lo miraba con los ojos llenos de lágrimas. Me acerqué más y lo abracé, él enseguida me abrazó fuerte── Decía que yo era su héroe.
Acaricié su espalda.
── Lo siento mucho. Estoy seguro de que si hubiese sido por ti, esa niña estaría viva, como también estoy seguro de que te agradece todo lo que has hecho por ella desde el cielo ──Se separó para verme.
── ¿Eso crees?
── Eso creo ──Acaricié su mejilla para limpiarla.
── Lo que más odio de mi trabajo es esto, las muertes y tener que comunicarlo a la familia.
── Es el ciclo de la vida, nacimos para morir, eso lo he aceptado hace unos días, ya no podía seguir llorando a mis padres. Tenemos que dejar descansar a los muertos, debemos recordarlos felices.
── En eso tienes razón.
── Date una ducha, calentaré tu cena y seguimos hablando si quieres.
Asintió.
Salí de su habitación.
Calenté su comida y la dejé en la mesa. Él vino al rato, con la parte baja de su pijama y el pelo mojado. Luego de que cenó, nos sentamos a hablar.
Hablamos de sus cosas y de las mías, terminamos desahogándonos, cosa que mi vino bien, y al parecer a él también.── Gracias, me ha venido bien hablar contigo.
── Gracias a ti también, yo me he desahogado ──Dije.
── Perdona que hoy no te haya ayudado a estudiar, prometo que mañana te ayudaré.
── No te preocupes ──Sonreí de lado.
── A dormir. Ambos tenemos que levantarnos temprano, yo tengo turno en la mañana.
Nos despedimos y cada uno se fue a su habitación.
ESTÁS LEYENDO
Aceptando lo que sentimos (Yaoi)
Romancesolo pasen a leerla y listo🤗🥰 Créditos reservados al dueño de la foto. Novela 100% mía, PROHIBIDA su copia.