Capítulo 64

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Narra Oliver

Mientras hacía la cena, ahora me encontraba más relajado. Oía a Isaak riendo con Alesandro.

── Cielo, voy a poner la mesa ──Me avisó la tía Caroline entrando a la cocina.

── De acuerdo, gracias.

Cuando nos dió la buena noticia de que nos quedaremos a Isaak, insistí en que se quedaran a cenar.
Una vez en la mesa, con Isaak en medio de Alesandro y de mí, lo observaba algunas veces por si necesitaba ayuda con el tenedor.

── ¿Y ese anillo? ──Sentí mis mejillas ponerse rojas.

── Ayer cumplimos tres años juntos, le pedí que se case conmigo, perdón que les diga ahora, es que el caso del niño nos tenía tensos.

Narra Alesandro

── ¿Se van a casar? ──Preguntó sonriendo.

── Sí mamá.

── Si ya te doman sin estar casado, espera y verás ──Se burló papá.

── Benjamín cállate ──Lo cortó mamá. Me reí.

── ¿Qué decías papá? Porque me parece que tú tampoco puedes opinar mucho.

── Serás...

Me reí todavía más y le saqué la lengua, justo como había hecho conmigo.

── Me alegro mucho por ustedes, de verdad.

── Gracias tía.

── Ahora bien, ¿cómo es que lo aguantas? Ten en cuenta que tendrás que soportarlo el resto de tu vida si se casan.

── ¡Mamá! ──Me quejé── Pero, ¿de qué parte estás?

── De la parte de Oliver, claramente, me da pena el pobre.

── ¿Y yo no doy pena? Vivo bajo su mandato.

── ¿Quieres tu anillo de vuelta? ──Me mostró su mano.

── ¡Por supuesto que no! Soy feliz con que mandes tú.

── Eso pensaba.

── ¿Ven lo que provocan? ──bajé a Isaak de su silla y me puse de pié.
Ayudé a recoger y puse un lavavajillas. Detuve lo que hacía cuando me abrazó por detrás.

── ¿Te has enojado?

Me giré a verlo.

── No.

── Bien. Así que eres un esclavo.

── Un esclavo, pero de tu amor.

── Te quejas porque mando.

── Y si no lo hicieras también me quejaría.

Nos quedamos mirando con una sonrisa.

── ¿Seguro que quieres casarte conmigo? Recuerda lo que dijo mamá, tendrás que soportarme por el resto de ──Me interrumpió con un beso. Lo pegué más a mí. Desde ayer no habíamos tenido este tipo de acercamientos.

── Estoy muy seguro ──habló agitado── Tu también me soportas a mí, sé que tampoco soy fácil.

── Lo siento por lo de anoche, no pudimos celebrar bien que te pidiera matrimonio.

Acarició mi nuca mientras mordía su labio.

── No tienes que disculparte, pero me lo debes.

── En cuanto duermas bien y comas, te quedarás con el cuerpo adolorido por todo lo que te haré.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora