Capítulo 19

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Narra Alesandro

Cuando llegué a casa, encontré a Patrick en el salón jugando un juego de mesa con Oliver.

── Hola. Feliz Año nuevo Patrick.

── Hola. Feliz Año nuevo igualmente.

── Tú comida está en el microondas ──Dijo Oliver.

── Vale.

Comí en la cocina. Fui hasta el salón y me puse detrás de Oliver, que estaba sentado.

── Estaba muy buena, gracias ──Despeiné su pelo.

── ¿A él no le haces nada? ──Preguntó Patrick. Fruncí el ceño sin entender── Cada ves que yo te hago así en el pelo me pegas, ahora estás sonriendo como un tonto.

Oliver le golpeó el brazo.

── Cállate ──Yo me reí. No podía ver la cara de Oliver, pero sabía que debía tener las mejillas rojas── Aquí no vuelves a poner un pié.

── Eso tiene que decidirlo Alesadro ──Se burló Patrick.

── Te equivocas ──Dije sonriendo── Ahora resulta que él manda más que yo aquí ──Abrió la boca con sorpresa.

── ¿De qué me perdí? ¿Ya son novios?

Yo volví a reírme mientras observaba como Oliver, que se había parado y le había dado la vuelta a la mesa para llegar hasta él, le pegaba y le soltaba algún que otro insulto mientras le llamaba boca suelta.

── ¡Alesandro has algo!

Me dió pena. Oliver acabaría con él en cualquier momento. Me acerqué y lo sujeté por la cintura pegando su espalda a mi pecho.

── Gatito, contrólate.

── ¡Ay que tierno! Incluso queda bien que te diga gatito.

── ¡Suéltame! ──Gritó Oliver.

── Tú solito lo has provocado ──Le dije a Patrick y solté a Oliver, Patrick se puso a correr por todo el salón. Negué sonriendo y me fui a mi habitación.
Luego de una ducha, me puse un chándal cómodo y regresé al salón.
Prácticamente se estaban deborando. Estaban tirados en la alfombra, Oliver tiraba de su pelo y Patrick lo estaba mordiendo── Ya basta a los dos ──Le quité a Patrick de encima y luego lo ayudé a ponerse de pié, tomé su brazo y miré la mordida. Tenía los dientes de Patrick marcados en su piel que se encontraba roja, lo miré a la cara, me miraba atentamente, tenía las mejillas rojas y la respiración agitada de haberlo perseguido por todo el salón.

── ¿Estás bien? Controla tu respiración ──Acaricié su mejilla. Él asintió.

── Ese estúpido me cansó ──Se quejó.

── Deberías preguntarme a mí si estoy bien, yo soy la víctima en esto, Oliver siempre me maltrata ──Dijo fingiendo que iba a llorar.

── Sí, claro, ahora yo soy el malo, tú siempre te buscas los golpes ──Me miró a mí── Desde que nos conocemos somos así, siempre nos estamos golpeando.

── Bueno, me tranquiliza ver que a fin de cuentas es un juego. Ahora bien, los quiero bien separados, uno en cada punta del sofá, yo estaré en medio.

── ¿Ves lo que provocas, tonto? ──Habló Patrick── Ahora por tu culpa Alesandro no me dejará volver.

── Yo ya te lo había prohibido, no necesito la aprobación de Alesandro ──Oliver le sacó la lengua. Lo miré atentamente mientras sonreía. Se veía muy tierno.

── ¿Y a ti te gusta este, en serio? ──Me preguntó Patrick señalando a Oliver con el dedo.

── ¡Es que yo a ti hoy te mato! ──Se lanzó hacia Patrick pero lo sujeté a tiempo.

── No sólo me gusta, me encanta ──Dije sonriendo.

── ¡A ti también te voy a matar por estúpido! ──Me pegó en el pecho.

── Encierra a tu fiera que ya me está dando miedo ──Se burló Patrick haciéndolo enojar más.
Me llevé a Oliver a mi habitación y cerré la puerta.

── Déjame salir, voy a matar a ese imbécil.

── No. Sólo lo hace para molestarte y te estás dejando llevar ──Cogí el borde de la sudadera que tenía puesta y la levanté.

── ¿Qué haces?

── Date una ducha y relájate un poco, tienes la cara roja y estás sudado, lo que es increíble porque hace frío ──Terminó por levantar los brazos. Le quité la sudadera dejándolo desnudo de cintura para arriba. Observé su cuerpo. Dormimos juntos pero no lo había visto sin camiseta desde aquella vez que lo pesé. 

── No me mires así, pervertido ──Me empujó. Negué con la cabeza.

── No es lo que piensas, estoy comprobando que las pastillas que ti resultaron bien. Has engordado y sinceramente ahora duermes mucho. Estás mucho mejor. Mañana antes de que desayunes te volveré a pesar y ya te diré si dejas o no las pastillas.

── Está bien.

── Dúchate.

── Pero yo me ducho siempre en el otro baño.

── Cariño, duermes en esta habitación conmigo, en la misma cama, puedes usar mi baño sin ningún problema ──Dejé la sudadera que le había quitado encima de la cama y fui hacia la puerta── Tómate el tiempo que quieras.

Salí y fui al salón.

── Sabes que lo molesto porque me gusta verlo enojado, ¿no?

Asentí sonriendo.

── Lo sé ──Me senté en el medio del sofá y encendí la televisión.

── ¿Te ha dicho si le gustas?

── No le gusto, me lo ha recalcado muchas veces.

── Pues yo sinceramente dudo mucho que no le gustes ──Lo miré── Desde que está aquí es una persona totalmente diferente. Cuando habla de ti sonríe como un tonto. La vez que te llevó la comida al hospital le pregunté que por qué lo hizo, dijo que estaba preocupado porque no habías comido y que no podía dejarte así. Sinceramente, yo creo que le gustas.

Sonreí.

── Si se entera de que me estás diciendo esto, te mata.

── Lo sé, pero lo hago porque creo que merece ser feliz. Lleva unos meses pasándolo mal. Primero por los cuernos que le puso la zorra esa, luego por la muerta de sus padres y finalmente con la universidad. Por suerte logró ponerse al día en la universidad y lo de sus padres lo ha ido aceptando. Pero en el amor le ha ido mal, y esto es diferente, lo que sea que tengan ustedes. Es una nueva experiencia para él, para conocerse mejor y ver si es capaz de dar un paso más allá y darse la oportunidad de amar algo totalmente diferente a lo que está acostumbrado. Sólo te pido que no le hagas daño.

── No sería capaz de hacerle daño, pero lastimosamente yo seré el que terminaré sufriendo porque verdaderamente él me gusta, Oliver me hace sentir muchas cosas que no sabría como explicar, por eso me da miedo, porque sé que en algún momento su rechazo me dolerá mucho.

── Espero que eso no pase, eres un buen tipo. Tengamos fé en que se dará cuenta de que él también siente algo por ti.

── Fé ──Susurré mientras miraba la televisión── Debo tener fé.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora