Capítulo 33

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Narra Alesandro

Sonreí por los besos que me estaba dando por toda la cara. Abrí un poco los ojos. Se encontraba tumbado encima de mí.

── Buenos días ──Me dijo sonriendo.

── Sí que son buenos ──Acaricié su mejilla── Si despertara así todos los días, sería el hombre más feliz de la tierra.

── Entonces te despertaré así todos los días.

── Quiero ver eso ──Dije sonriendo. Miré la mesa de noche, concretamente el reloj── Son las once, ¿por qué estás despierto a esta hora si los fines de semana te levantas sobre la hora de la comida? 

Se quitó de encima de mí y cogió una bandeja que se encontraba en la cama.

── He hecho el desayuno ──La dejó a mi lado. Miré la bandeja sorprendido y luego a él, que cogió una taza con café y me la pasó sonriendo.

── Sinceramente, nadie me había hecho algo así en la vida.

── A parte de tu ex, no habías tenido más novios, así que era imposible que te trajeran el desayuno a la cama.

── No es solo por el desayuno, me estás cuidando y mimando Oliver, te estás esforzando en serio.

── Eso es porque voy en serio, siempre cuidaré de ti, como tú cuidas de mí.

Nos quedamos mirando con una sonrisa hasta que apartó la cara hacia la bandeja y cogió su taza.

── ¿Eras así con la pesada de tu ex? ──Me miró.

── Sí, los fines de semana iba a su casa, le hacía el desayuno y se lo llevaba a la habitación. Se quejaba diciendo que la levantaba muy temprano y que me fuera a mi casa, ni siquiera tocaba el desayuno. Por eso he hecho el desayuno a esta hora, no quería molestarte.

Fruncí el ceño y dejé en mi taza en la mesa de noche.

── Ven aquí ──Se sentó en el borde de la cama, pegado a mí. Tomé su mano y la acaricié.

── Ella es una inútil que no supo cuidar y valorar lo que tenía. A mí nadie me había cuidado como lo haces tú, ni siquiera Arthur. Ahora mismo me siento como un rey ──Sonrió un poco── Yo valoro mucho que me hayas traído el desayuno, no me esperaba algo así y me encanta. Con todo lo que has estado haciendo estos días, el maravilloso día que pasamos ayer juntos y esto, está muy claro que vas en serio con esto y que verdaderamente te gusto.

── Corrección, me tienes babeando.

Me reí. Él sonrió con sus mejillas rosas.

── Bueno, te tengo babeando entonces ──Acaricié su mejilla── Tú me tienes loco, gatito, así que...──Me interrumpió.

── ¿Quieres ser mi novio? ──Abrí los ojos como platos al escucharlo. Él dejó de mirarme.

── ¡Oliver! ──Me miró algo asustado── ¡Te lo iba a pedir yo!

Su cara se relajó y sonrió.

── Tú me llevaste a un restaurante y me dijiste que me querías, como soy un tonto la cagué. Desde entonces, me he arrepentido de no haber correspondido a tus sentimientos. Quería pedírtelo, pero no sabía si seguías molesto conmigo.

── No estaba molesto contigo, estaba herido, pero molesto no.

Sonrió. Me acerqué y besé su frente, luego sus mejillas y bajé por su barbilla. Me detuvo separándome un poco.

── Alto ahí ──Fruncí el ceño── Cuando desperté ví todas las marcas que tengo en el cuello, ¡parece que me chupó un vampiro! Por Dios Santo, solo fueron unos besos y lo que te hice ──Sonreí por sus mejillas── Si me dejaste el cuello así por el momento que tuvimos anoche, no quiero ni imaginar cómo me dejaras cuando tengamos más intimidad.

── Cuando te folle ──Lo corregí. Abrió los ojos como platos y me golpeó el pecho. Me reí.

── No me hace gracia, pensar en que llegará ese momento me tiene tenso. Debe doler mucho.

Dejé de reírme.

── Bebé, no tienes porqué estar tenso solo por pensar en ello. Te aseguro que no es como lo estás imaginando. Si te fuera a hacer daño al hacerlo, ¿crees que igualmente intentaría hacerlo contigo? ──Negó con la cabeza── Exacto, no lo haría contigo si fuera a hacerte daño. Además, vamos poco a poco porque eres nuevo en esto, lo haremos cuando tú estés listo y quieras ──Sonrió.

── Gracias. Que lo hayamos hablado me ha relajado, la verdad.

── Bien, eso es lo importante. Y sobre las marcas de tu cuello, es para que sepan que ya estás con alguien, ahora tienes novio.

Sonrió luego de mirar mi cuello.

── Yo te he hecho dos, pero quedarán tapados con tu camisa. Trabajas en un hospital y no creo que de buena impresión que vayas por ahí con el cuello lleno de marcas ──Me reí. Él sonrió más.

── Estás en lo cierto. Yo no volveré a llenarte el cuello así por la misma razón. Pero sí otras partes de tu cuerpo.

Dejó de mirarme avergonzado y cogió su taza nuevamente.

── Mejor cállate y desayuna.

Sonreí.

── Voy a estudiar, mañana tengo exámen ──Cogió la bandeja cuando terminamos.

── Está bien.

Yo me quedé en la cama un rato con el móvil comprobando los turnos que me tocarían para la semana. Al día siguiente tenía turno de día. Lo agradecía, porque cuando lo tengo de noche, llego bastante cansado a casa.
Me dí una ducha y me puse una sudadera negra y un pantalón de chándal gris.
Oliver también se había duchado. Tenía el pelo mojado, una sudadera mía y pantalón de dormir con arbolitos de Navidad. Sonreí mientras lo miraba. Estaba concentrado subrayando cosas en su libro.

── Eres muy guapo ──Me miró inmediatamente con una sonrisa.

── Tú lo eres más.

Negué con la cabeza a la vez que me acercaba a él.

── Tú, a parte de ser guapo, eres muy tierno ──Me agaché hasta su boca y lo besé. Cuando nos separamos, se quedó mirándome con una sonrisa── Bueno, creo que lo mejor será no acercarme a ti cuando estás estudiando.

── ¿Por qué? ──Se quejó e hizo un puchero.

── Gatito, te desconcentras, y no quiero eso. No quiero que por mi culpa suspendas ──Acaricié su mejilla── Haré la comida, ¿qué te apetece?

Luego de que acordamos lo que haría de comer, lo dejé solo y me fui a la cocina. De vez en cuando yo asomaba la cabeza para verlo y sonreía como un tonto. Sin duda, me tiene completamente enamorado.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora