Capítulo 17

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Narra Oliver

De cena de Navidad, comimos lo que trajeron el catering que Alesandro contrató. Obviamente la señora Leti no se podía encargar porque estamos en Navidad y ella tiene su propia familia. Así que Alesandro le dió unos días de vacaciones.
Comimos unos platos deliciosos mientras hablábamos. Como yo ya estaba a gusto participé en la charla que estaban teniendo.

── Les doy las gracias por encargarse de mí ──Los tres me miraron── Ni siquiera tendrían porqué, yo soy mayor de edad y se supone que yo mismo tendría que buscarme la vida.

── Te conocemos desde pequeño, para Benjamín y para mí siempre has sido como un sobrino. Yo quería a tu madre como una hermana, por lo tanto, eres parte de la familia. Que seas mayor no quiere decir que te dejaremos a tu suerte.

── Exacto ──Dijo Alesandro── Esta es tu casa y somos tu familia ──Como yo estaba sentado a su lado, despeinó mi pelo. Sonreí.

── Me alegra mucho ver que se llevan bien ──Dijo papá── ¿Necesitas que te ingrese dinero para los gastos de Oliver?

── No papá, sabes que esta casa es mía y yo solo me tengo que encargar de pagar facturas, la compra y de pagarle a la señora Leti. Le compré ropa a Oliver y coge dinero siempre que necesita. Cobro bastante bien, puedo hacerme cargo suyo sin ningún problema.

── Bien.

Sonreí. Justamente me encontraba estrenando ropa de la que me había comprado.
Pasamos al salón. Donde sus padres nos dieron unos regalos, luego él le dio unos regalos a sus padres y por último me dió una caja a mí.
Eran unos zapatos preciosos.

── Muchas gracias por todos los regalos, pero yo...no compré nada para ninguno ──Dije avergonzado.

── Cielo, no te preocupes por eso ──Habló la tía Caroline── Solo son unos regalos, no pasa nada.

Se quedaron en la casa hasta bien entrada la madrugada. En cuanto se marcharon al hotel, yo fui a la habitación. Fui guardando los regalos hasta que dí con el que me dió el padre de Oliver, era un sobre con cinco mil dólares. Me negué varias veces a aceptarlo, pero finalmente insistió mucho. Dijo que podía gastarlo en lo que quisiera, pero definitivamente yo lo ahorraría.
Me encontraba tumbado en mi cama, a oscuras y sin poder dormir. Fuera nevaba muchísimo.
Salí de mi habitación y fui a la de Alesandro. Cerré la puerta despacio, abrí su armario, tomé una de sus sudaderas, me la puse y me acerqué a la cama. Me tumbé con cuidado y pasé las sábanas por encima de mí.

── Solo hace unos minutos que me acosté ──Me sobresalté al escucharlo── No es como si me durmiera tan rápido. ¿No podías dormir?

── En mi habitación siempre me siento solo cuando estoy a oscuras.

── Yo respeto tu espacio pero tú el mío no.

Sentí mis mejillas arder por la vergüenza.

── Yo...es cierto, disculpa ──Iba a bajarme de su cama, pero me acercó a él y se rió. Fruncí el ceño.

── Es broma gatito, solo recordaba lo que habías dicho cuando estaban mis padres. Sabes que puedes dormir aquí siempre que quieres, no tienes que darme ninguna explicación ──Lo empujé separándolo de mí y encendí la lámpara de noche.

── Eres un idiota, de verdad creí que te molesta que duerma aquí.

── Lo siento, no quise hacerte sentir así. Te prometo que no me molesta, tampoco me molesta que uses mis sudaderas, de hecho, te hacen ver muy tierno porque te quedan grandes ──Me miró mientras mordía su labio sin ningún disimulo.

── Estoy enojado, deja de estar ligando conmigo ──Lo golpee una vez más y me giré dándole la espada para luego apagar la luz.

── Cariño, no creí que te ibas a molestar así. Lo siento ──Se pegó a mí y me abrazó por detrás. Yo me removí── Estás muy cerca de la orilla, si sigues moviéndote así, te caerás ──Me quedé quieto── Perdóname.

No dije nada.

── Feliz Navidad gatito ──Susurró en mi oído. Mordí mi labio sonriendo.

Narra Alesandro

Mis padres se fueron un día después de Año Nuevo porque mi padre tenía que regresar a su empresa. Obviamente antes de irse, le dijeron a Oliver que si yo intentaba algo, se los hiciera saber.

── Tan exagerados que son, si supieran que tú solito te metes en mi cama todas las noches dejarían de verte como un angelito.

── Cállate ──Dijo rojo y me pegó en el pecho── Ya sabes porqué lo hago.

── Sí, seguro. Yo creo que en realidad te gusta estar cerca de mí, te gusto, admítelo.

── Más quisieras.

Me reí. Saqué mi móvil del bolsillo y contesté la llamada.
Al colgar, suspiré.

── Era la señora Leti, continuará sin venir unos días porque le han surgido unos problemas. Así que yo limpiaré y cocinaré mientras ella no está ──Miré la hora, eran las tres de la tarde, en media hora tenía que estar en el hospital. Luego miré la casa, hecha un desastre y con las cajas de los regalos por aquí y por allá. La cocina estaba peor, había trastes sucios── Tengo que irme a trabajar, regreso sobre las once de la noche. A esa hora haré de cenar, mientras, tú no hagas nada, quiero mucho mi casa como para quedarme sin techo.

── Eres un exagerado ──Se cruzó de brazos.

── Oliver, estoy hablando en serio. Te quiero, pero también quiero mi casa, así que mantén tus manitas lejos del fuego y de las cosas que se puedan romper para que nos llevemos bien.

── Sí señor ──Rodó los ojos y volvió a mirar la televisión.
Yo cogí mis cosas de trabajar. Me acerqué a él y despeiné su pelo.

── Nos vemos en la noche, no te duermas sin cenar, así que espera a que llegue.

── Sí, descuida.

Fue un turno muy ajetreado. Habían llegado varias personas accidentadas, algunas tristemente murieron. Estas fechas son las peores, siempre se nos amontonan accidentados. La gente irresponsable toma alcohol y luego conduce como si nada.
Apagué el coche y apoyé mi frente en el volante de este. Estaba sumamente cansado.

── Joder ──Suspiré. Sólo el hecho de pensar en que tenía que hacer la cena y limpiar, me cansó más. Tendría que haber comprado una pizza o algo así.
Subí a casa, nada más abrir la puerta, me llegó un delicioso olor a comida y la casa se veía limpia.

A lo mejor la señora Leti sí pudo venir después de todo.

Pensé mientras iba al salón a paso lento, este se encontraba completamente limpio y ordenado, ya no estaban esas jodidas cajas de los regalos que ya me tenían estresado. Incluso olía a limpio. Se me hizo la boca agua cuando me centré nuevamente en el olor a comida. Me deshice de la chaqueta, del bolso de trabajo y fui a la cocina.
Mi mandíbula casi llega al suelo cuando ví a Oliver cocinar. Estaba de espalda a mí, con un pantalón de pijama y una de mis sudaderas puesta.

── Oliver ──Se sobresaltó al escucharme, luego se giró a verme con una pequeña sonrisa── ¿Tú has limpiado? ──Asintió. Me acerqué y observé lo que estaba cocinando. Era pasta, y se veía muy bien, lo miré sorprendido── ¿De qué me perdí? Tú no sabías hacer nada.

── La señora Leti me ha estado enseñando, por eso la perseguía por todas partes. Espero que no te moleste.

── ¿Molestarme? ¿Hablas en serio? Vengo muy cansado de trabajar, que te hayas ocupado de la casa y de hacer de cenar para mí es un enorme regalo. Estoy muy orgulloso de ti, debiste decirme que la perseguías porque estabas aprendiendo. Y joder, esto huele muy bien ──Intenté quitarle el cucharón para poder probar, pero me pegó en la mano, lo miré con el ceño fruncido.

── Primero date una ducha, aún no he terminado.

── Tú mandas gatito ──Dije sonriendo.

Mordí mi labio con una sonrisa cuando entré a mi habitación, había arreglado la cama y recogido el desorden que yo tenía ahí.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora