Capítulo 32

76 9 8
                                    

Narra Alesandro

── Arthur ──Hablé.

── Te he llamado un montón de veces.

── Te escribí diciéndote que estaba ocupado.

── ¿Ocupado con él? ¡Venga ya! Es un niño.

── Es mayor de edad y eso a ti no te importa. Antes de acostarme contigo te dije claramente que estoy enamorado y que solo lo hacía por despecho.

── ¿Por él es que ni siquiera te has atrevido a acostarte conmigo en tu cama? ──Habló molesto.

── Exactamente. Mi cama es su cama y ahí no meteré a nadie más. Ya no volveré a acostarme contigo.

── Claro, como ahora ya te hace caso pasas de mí.

── Te advertí que esto pasaría, te dije que estoy enamorado y que posiblemente empezaría una relación, dijiste claramente que no te importaba, que solo querías sexo, así que ahora no me vengas con tonterías.

── ¿Sabes qué? Que te den ──Dijo molesto y bajó por las escaleras.
Resoplé y cerré mi puerta.
Fui a la habitación de Oliver y abrí su puerta despacio. Estaba tumbado en su cama con un brazo tapando sus ojos.
Me acerqué, en cuanto me puse encima suyo, me miró. Me dolió verlo llorando.

── No llores ──Acaricié su mejilla.

── ¿No te vas a ir con él?

── Por supuesto que no ──Sentí como su cuerpo se relajó debajo del mío. Me abrazó por el cuello. Sonreí.
Me separé un poco para verlo── ¿Puedo saber qué haces aquí? Tu habitación es mi habitación.

Se rió aún con las mejillas húmedas y la punta de la naríz roja. Sonreí.

── Sí, ¿verdad? Duermo contigo todos los días, así que esa es prácticamente mi habitación.

── Exactamente ──Le dí un beso pequeño y limpié sus mejillas para luego quitarme de encima── Coge el pijama y vamos.

Una vez en mi habitación, entré primero  a la ducha.
Me sobresalté cuando me abrazó por detrás, me giré a verlo, estaba desnudo delante de mí, con las mejillas rojas.

── Solo nos vamos a duchar ──Me advirtió por mi forma de mirarlo. Mordí mi labio sonriendo a la vez que asentía con la cabeza.
Era un paso muy grande ese que estaba dando.
Me quitó la esponja y la pasó por mi pecho. Yo lo miraba atentamente. La fue bajando por mi abdomen. Se detuvo justo antes de llegar a mi pene, se quedó mirándome ahí atentamente, con su cara de sorpresa mezclada con miedo. Divertido, bajé más su mano, me miró, estaba aún más rojo.

── Lavame bien ──Nos quedamos mirando hasta que empecé a reírme.

── Idiota ──Me pegó en el pecho y me apartó para ponerse delante del chorro de agua, justo dándome la espalda. Miré su precioso trasero.

── Gatito, no sé yo si es una buena idea que me estés dando la espalda cuando estas completamente desnudo.

── ¡Alesandro! ──Se giró a verme y volvió a golpearme. Yo me reí nuevamente── Mejor me salgo de aquí.

── De eso ni hablar ──Lo abracé a mí── Ahora me toca a mí lavarte.

── Alesandro ──Dijo muy serio. Sonreí y acaricié su mejilla.

── No te tocaré de más, para que eso pase tendrás que suplicármelo. Lavaré tu pelo, tu pecho y tu espalda, lo prometo.

── Lo estás prometiendo, eh.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora