Capítulo 45

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Narra Oliver

Desperté con Alesandro prácticamente encima de mí. Tenía su cara escondida en mi cuello, su mano metida en mi sudadera y una de sus piernas en medio de las mías.
Sonreí y acaricié su pelo.
Anoche nos acostamos tarde porque estaba muy mimoso. No dejaba de abrazarme y darme besos por toda la cara, se justificó diciendo que no me había dado cariño los días anteriores.
Así como él me da cariño, yo también tengo que darle a él. Reconozco que Alesandro es más detallista y cariñoso que yo, así que ahora le voy a demostrar lo cariñoso que puedo llegar a ser.
Como pude, lo moví quitándolo de encima de mí, quedó de lado. Le dí un beso pequeño. Justo cuando iba a bajarme de la cama, tiró de mi brazo y me abrazó a él.

── ¿A dónde vas tan temprano?

── Amor, son las diez. Voy a preparar el desayuno y lo traeré. Luego quiero que salgamos para que me muestres Múnich.

── Está bien ──Me soltó.

Bajé, me encontré con la tía Caroline y su hermana, que estaban hablando mientras tomaban un café. Hablamos un momento y luego fui a la cocina.
Cogí todo lo necesario y me puse manos a la obra.

── Hola ──Lo miré. Estaba sudado y con la respiración agitada.

── Hola.

── ¿Te gusta hacer deporte? La próxima vez puedes venir conmigo.

── No, a Alesandro sí le gusta, pero muchas gracias igual.

── Está bien. ¿Qué harás luego?

── Salir con Alesandro.

── Entiendo. Que la pasen bien ──salió de la cocina dejándome solo. Cuando terminé, lo puse todo en una bandeja y subí. Alesandro estaba durmiendo otra vez.
Dejé la bandeja en la mesa de noche y me subí a la cama.

── Amor de mi vida ──Le dí varios besos en la mejilla.

── Mmm...

── He traído el desayuno, despierta, vamos.

Le costó un poco pero finalmente se sentó, me abrazó y me dió varios besos por la cara.

── Buenos días bebé.

── Buenos días amor.

Desayunamos mientras me explicaba la ruta que íbamos a hacer.

── Muchas gracias, ha sido un detalle de tu parte ──sonreí.

── Lo hice encantado ──Le dí un beso pequeño y me bajé de la cama── Voy a darme una ducha.

── Vale.

Entré al baño, que por suerte él tiene uno en la habitación.
Cuando llevaba un rato duchándome, sonreí porque me abrazó por detrás.

── Espera ──Dije sonriendo cuando empezó a besar mi cuello. Tenía mi cara con espuma, así que me acerqué a la ducha.

── ¡Oliver! ──Me asusté por su grito. Abrí los ojos haciendo que me entrara jabón en estos, me llevé una sorpresa cuando ví cómo sacaba a su primo de la ducha, que estaba desnudo.

── Pero ¿qué coño estabas haciendo? ──Pregunté molestó. Me enrrollé la toalla en la cintura y los seguí a las prisas. Alesandro lo sacó al pasillo desnudo y lo golpeó en la cara. Yo seguía en shock. Ese inútil me había abrazado y besado el cuello.

── ¡No vuelvas a acercarte a él!

── ¡Alesandro! ──gritó la tía Caroline, que se acercaba corriendo asustada. Tiré del brazo de él para alejarlo de su primo── ¡¿Qué está pasando?!

── ¡Pasa que tu sobrino no sabe respetar! ──Gritó molesto. Lo sujeté más fuerte porque intentó acercarse nuevamente. La madre de Diego se acercó asustada.

── ¿Qué ha pasado?

── Tía, controla a tu hijo, como vuelva a acercarse a mi novio, será peor ──La forma en la que lo dijo, me dió miedo hasta a mí. Diego estaba sangrando por la nariz tirado en el suelo completamente desnudo── Entra dentro ──Lo miré unos segundos y entré. Él lo hizo segundos después, tras entrar, cerró con seguro. Se le notaba lo enojado que estaba. Se acercó a mí con el ceño fruncido. Yo me quedé quieto. Me tomó por la barbilla y giró un poco mi cara── Puta mierda ──Resopló. Entró al baño y cerró de un portazo. Me acerqué rápido al espejo y comprobé mi cuello.

── Ese maldito imbécil me ha dejado una marca ──susurré molesto. Nervioso, logré cambiarme.
Me moví por la habitación de un lugar al otro esperando a que saliera, estaba tardando mucho── Alesandro ──hablé cuando por fin salió── Yo creí que eras tú.

── Lo sé ──Dijo sin mirarme mientra cogía ropa de su maleta. Su tono de voz seguía igual, fría y cortante.

── ¿Dónde estabas tú? ¿Cómo él logró entrar en la habitación?

── Había bajado a llevar la bandeja del desayuno ──Me miró── ¿Se besaron?

── No.

Asintió.

Se vistió en completo silencio. Yo estaba que iba a morir en cualquier momento por culpa de los nervios. Y tampoco entiendo por qué, yo no sabía que era ese imbécil, de lo contrario, le hubiese pateado el culo.
Cuando pasó por mi lado, lo sujeté del brazo y me puse delante suyo para luego abrazarlo por la cintura.

── No estés enojado conmigo, por favor.

Miró mi cuello, ese jodido chupón le estaba sacando lo peor. Giré un poco mi cabeza para que no lo mirara.

── No estoy enojado contigo.

Fruncí el ceño y me separé de él.

── ¿Ah, no? Me estás mirando de una forma muy fea ──Cerré los ojos, suspiré y luego lo miré── Amor, yo no sabía que era ese puto idiota, todo el tiempo creí que eras tú. Entiendo perfectamente que estés enojado, yo también lo estoy, pero no pagues conmigo lo que hizo ese imbécil.

Nos quedamos mirando un momento. Finalmente entendí que seguiría con esa actitud.
Triste, fui hacia la puerta de la habitación. Justo cuando iba a salir, me abrazó por detrás y dejó su barbilla en mi hombro.

── Estoy enojado porque él se aprovechó de ti, me enoja ver esta puta marca que te dejó ──Soltó el aire de sus pulmones.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora