Capítulo 37

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Narra Alesandro

Despertamos por la alarma. Se abrazó más a mí mientras se quejaba.

── Bebé, se nos hará tarde, quiero pasar a dejarte a la universidad.

── No quiero que te vayas ──Pasó sus piernas por encima de las mías y me abrazó más fuerte.
Mordí mi labio sonriendo. Giré quedando encima suyo, enseguida me rodeo con sus piernas y brazos.

── ¿A caso crees que yo quiero irme? ──Acaricié su mejilla── No tenemos de otra. Te haré videollamadas para verte y nos quedaremos hablando hasta que te duermas.

── Por eso me quedaré un poco más tranquilo ──Tiró de mí dejando mi cara en su cuello, me reí y le besé este.
Luego de una ducha y desayunar, salimos de casa.

Bajó del coche y se acercó haciendo pucheros. Me abrazó y levantó la cara para verme.

── Me duele todavía más dejarte por esta carita que pones ──Le dí un beso pequeño── A la vuelta te compensaré.

── Más te vale.

Tomé su cara con ambas manos y lo besé.

── Te quiero ──Le dije. Nos quedamos mirando en silencio, pero nuestras miradas lo decían todo. Por sus ojos llenos de lágrimas, sé que él también me quiere.
Apoyé mi frente en la suya, subió su mano hasta mi nuca y la acarició.
Suspiró cuando escuchamos un aclaramiento de garganta.

── Que pesado es ──Susurró sonriendo. Sonreí y me separé para mirar a Patrick.

── Cuídalo, ¿sí? No dejes que se deprima ──pedí.

── Eso está hecho.

Cuando Oliver me miró, peiné su pelo y acaricié su mejilla.

── Nos veremos pronto.

Asintió.

Me alejé y fui hacia el coche. Me detuve cuando me abrazó por detrás. En cuanto me giré a verlo, tiró de mi abrigo para que me agachara y me besó. Pasé mis manos por su cintura y lo abracé a mí.

── Ahora sí, vete ──Habló con la mejillas rojas. Sonreí y le dí un beso rápido para luego alejarme.

Narra Oliver

─ Mira la foto que os he hecho ──Patrick me mostró su móvil. Era justo el momento en que tiré de su abrigo para besarlo── Salen muy tiernos, me derrito.

── Pásame la foto ──pasé por su lado con la cara caliente y con la mirada de muchos de los estudiantes puesta en mí. Era incómodo pero me daba igual.

Esa noche, metido en la cama, le mandé la foto a Alesandro. Me llamó enseguida por videollamada. Me dijo que imprimiría esa foto y estuvimos hablando durante horas hasta que me dormí, que fue sobre las tres de la mañana.
Al día siguiente fue raro despertar sin él al lado.
Logré arreglarme e ir a la universidad.

Por fin era miércoles, Alesandro vendría el día siguiente por la tarde. Hemos estado hablando por videollamada por las noches y durante el día nos enviamos mensajes.

Estaba estudiando para un exámen cuando tocaron el timbre. Fruncí el ceño y fui.

── Lo que me faltaba ──Suspiré. Me miró mal de arriba a abajo.

── Vengo a ver a Alesandro, no a ti, así que quítate ──Me apartó y pasó dentro.

── Mi novio no está ──recalcé para que le quedara más claro.
Se giró a verme con una ceja levantada.

── No me hagas reír, por favor, tú ni siquiera eres gay, tienes a Alesandro confundido.

── Pues resulta que sí lo soy, solo que no quería aceptarlo. Yo no tengo que darte ninguna explicación Arthur, y creo que Alesandro ya te ha dejado claro que no quiere nada contigo, así que vete, por favor.

Se rió de una forma muy sádica, luego paró de repente y me empujó, choqué con la pared que tenía detrás, me hice daño en la espalda.
Enojado, me acerqué y le dí un puñetazo, se tambaleó pero logró recuperarse enseguida, así que me devolvió el golpe. Yo también lo golpee. Ambos caigamos al suelo mientras nos golpeábamos.

── ¡Basta! ──Alguien me quitó de encima suyo y se puso delante de mí para impedir que ese loco se acercara a mí nuevamente. Solo podía verle la espalda. Con el ceño fruncido, limpié con el dorso de mi mano la sangre que bajaba de mi nariz── Arthur, la acabas de liar parda, cuando Alesandro sepa que te metiste en su casa y golpeaste a su chico, estarás acabado.

── Eres un maldito gilipollas igual que Alesandro ──Me miró a mí por encima del hombro de la persona que tenía delante── Y tú, bájate de la nube en la que estás. Alesandro es un experto en el sexo, cuando te pruebe y vea que no eres capaz de darle lo que yo sí, te dejará, eres un niño sin ninguna experiencia. Te dejaré en paz porque sé que volverá a mí.

Me dedicó una mirada más y salió de casa.
El hombre que tenía delante se giró a verme por fin.
La misma estatura y cuerpo de Alesandro, pero con un poco de barba que le sienta muy bien.

── ¿Quién eres tú?

── Yo soy Jeffrey, amigo de Alesandro ──Me extendió la mano, no muy convencido, la acepté.

── Alesandro no está aquí ──Sonrió.

── Lo sé, está en una asamblea, regresa mañana, él me pidió que pasara a ver si estabas bien, y por lo visto, hizo bien en llamarme, no quiero saber lo que hubiese pasado si no llego.

Más relajado por la información que me había dado de Alesandro, suspiré y me senté.

── Tú eres el amigo con el que se va a beber, ¿no?

── Así es ──Se fue por el pasillo, no le dí importancia y recosté la cabeza en el sofá para detener un poco la sangre── Aunque desde que está colado por ti, me ha dejado tirado ──Sonreí. Sentí que sentó a mi lado── Ahora el soltero soy yo, ya no quiere ligar con nadie ──Lo miré.

── Más le vale, porque como me entere de que anda haciendo de las suyas, le corto el pene ──Se rió.

── Sin duda, Alesandro necesitaba a alguien como tú en su vida ──abrió el maletín de primeros auxilios y cogió algodón y un líquido raro.

── Puedo yo solo.

── Ni hablar, me ha mandado a cuidarte, no quiero que mañana me corte la cabeza.

Me limpió la sangre de la nariz, del labio y de la mejilla, en esta última me puso una tirita porque como dijo él, Arthur me hizo un pequeño corte ahí.
Sacó su móvil cuando empezó a sonar.

── Mira, hablando del rey de Roma ──me puse nervioso cuando leí en su pantalla Alesandro.

── No le digas lo que acaba de pasar ──Frunció el ceño.

── ¿Por qué no? Si no le decimos ahora, se enojará.

── No quiero que esté estresado y preocupado por mí, ya nos veremos mañana, yo cargaré con la culpa. No le digas nada...Por favor.

── No estoy de acuerdo, pero bueno, es lo que tú quieres ──Aclaró su garganta y luego contestó la llamama.

── Sí, sí, aquí estoy con tu novio, nos estamos conociendo ──Me miró de reojo y negó con la cabeza. Sabía que al día siguiente me esperaba lo peor cuando Alesandro regresara.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora