Capítulo 13

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Narra Alesandro

Llegué a casa en la noche. Fuera llovía muy feo y hacía un frío de muerte.
Fruncí el ceño, por algún lado estaba entrando frío y se escuchaba como si la lluvia estuviese cayendo aquí dentro. Luego de revisar las ventanas, terminé en la habitación de Oliver, había dejado la ventana abierta, su cama que estaba cerca de esta, se había mojado más de la mitad al igual que el suelo. Por suerte, el escritorio juntos con sus libros y su portátil quedaban lejos de la ventana, así que eso estaba bien.
Busqué la fregona y fui a su habitación. Mientras secaba el piso, lo escuché cerrar la puerta de la entrada.

── No jodas ──Me giré a verlo.

── Dejaste la ventana abierta.

── Mierda ──Suspiró. Se acercó y comprobó su cama── Genial, está empapada.

── ¿Viniste en taxi?

── No, me trajo la madre de Patrick. Ya termino yo, estás muy cansado ──Cogió la fregona── Gracias.

Salí y fui a darme una ducha. Hace frío a pesar de que estén las calefacciones encendidas, lo que es normal, ya que Oliver dejó su ventana abierta toda la tarde.
Me puse el pijama.

── ¿Cenaste?

── Sí.

Como él ya había cenado, simplemente decidí prepararme un sándwich para mí.
Estaba cansado, así que luego me fui a mi habitación.
Tenía la televisión encendida y me estaba quedando dormido cuando pensé en él.
Me bajé de la cama y salí. Lo encontré tumbado en el sofá tapado con mantas.

── Si te quedas a dormir ahí, mañana te dolerá todo. Ven conmigo, no me importa compartir mi cama.

── Claro que no te importa, tu deseas violarme.

Hice una sonrisa pequeña.

── Prometo que no te molestaré, estoy bastante cansado la verdad. Si quieres pones almohadas en medio de los dos.

Se quedó mirándome un momento.

── Bueno...

Cuando pasó por mi lado para ir a mi habitación, lo seguí luego de apagar las luces.
Se tumbó en el lado libre de la cama después de que yo me tumbé. Puso las almohadas en medio, cosa que sabía que haría.

── Toma ──Le extendí el mando de la televisión── Mañana no viene Leti, no trabaja los domingo y yo me voy a levantar tarde, mañana no trabajo, necesito descansar. Así que te tocará hacer tu desayuno.

── Está bien.

Narra Oliver

Mientras veía su televisión, me encontraba tiritando de frío, debí ponerme una de las sudaderas que siempre me pongo. Por alguna razón estaba haciendo más frío de lo normal. Él dormía plácidamente dándome la espalda, era como si ni siquiera notara el frío.
Me estuve aguantando hasta que sobre la una y media no lo soporté más, si no conseguía algo de calor, no lograría dormir en toda la noche.

── Alesandro.

Lo llamé varias veces y nada. Finalmente aparté varias almohadas y lo moví, ese jodido tenía puesta una sudadera, con razón dormía tan tranquilamente.

── ¿Qué? ¿Ya es de día? ──Habló con su voz ronca. Sonreí.

── No, a penas son la una y media.

── ¿Entonces qué pasa? ──Se giró un poco para verme.

── Estoy muriendo de frío ──Se giró completamente hacia mí, tocó uno de mis brazos.

── Efectivamente, estás frío. ¿Por qué esta noche no te pusiste sudadera? Siempre lo haces.

── Se me olvidó. Iré a buscar una, ¿puedes aumentar la calefacción?

── Sí, no te levantes.

Se bajó de la cama, de su armario sacó una sudadera y me lanzó para luego salir de la habitación. Miré su sudadera durante un momento y por alguna extraña razón la olí.

── No huele mal ──Mis mejillas se pusieron rojas── Está lavada ──Cerró la puerta y se acercó── Pero si no te la quieres poner, entederé.

── Huele muy bien ──Sonrió y se tumbó en la cama. En cuanto me la puse, me sentí cómodo, me quedaba grande, lo que agradecía.

── Está nevando, por eso hace tanto frío ──Terminó de apartar las almohadas, se acercó a mí y me abrazó dejando su cara en mi cuello. Yo me puse tenso── Por la tontería de que yo no esté cerca de ti eres capaz de quedarte tieso por el frío. Sólo vamos a dormir abrazados, deja de estar así.

Dió un beso pequeño en mi cuello. Una corriente subió por toda mi columna vertebral poniendo mis pelos de punta.

── Alesandro ──Lo regañé.

── Solo era el beso de buenas noches.

Habían pasado más o menos diez minutos.

── ¿Te dormiste? ──No dijo nada. Suspiré y lo redee con mis brazos lentamente── Siento haberte despertado, debes estar muerto del cansancio ──Susurré.

── No pasa nada ──Habló. Enseguida aparté mis brazos. Se suponía que estaba durmiendo── Tu corazón late tan rápido que parece una música, por eso no me he dormido. Eres muy tierno nervioso, pero ya relájate y vuelve a abrazarme ──Controlé mi respiración. Era cierto lo de mi corazón, parecía que saldría en cualquier momento de mi cuerpo. Volví a abrazarlo solo que esta vez más moderado.
Más tarde, cuando por fin noté que se había dormido por su respiración más tranquila, me relajé al completo y lo abracé bien. El calor que me brindaba era muy agradable.
Estuve viendo la televisión hasta que me dió sueño.

Narra Alesandro

Desperté porque tenía ganas de hacer pis. Yo estaba durmiendo boca abajo y él de lado hacia mí. Me bajé con cuidado para no despertarlo y entré al baño, cerré la puerta, hice pis y salí otra vez. Supe que a penas eran las siete por el reloj que había en la mesa de noche.
Me tumbé a su lado, levanté su brazo lentamente y me metí en estos. Metí mí mano por dentro de su ropa y acaricié su piel caliente. Se movió un poco, pero solo eso. Sonreí y lo observé un momento para finalmente darle un beso pequeño.

Narra Oliver

Cuando desperté, tenía a Alesandro abrazado a mí. Lo observé detenidamente. Es muy guapo puede tener a cualquiera, entonces, ¿por qué insiste tanto conmigo si no soy gay?
Me separé con cuidado y salí de su habitación. Luego de usar el baño, fui a la cocina a hacerme un sándwich. Cogí mis cosas de la universidad y me senté en el salón.
Sobre la hora de comer, alguien llamó al timbre. Fui hacia allí mientras me comía una manzana y veía mi móvil.

── Hola guapo ──Dijo con una sonrisa asquerosa. Yo dejé de masticar la manzana. No debí abrir.

Aceptando lo que sentimos (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora