Un año después.
Una vez leí que la mejor manera de conocer a una persona es viendo la manera en que trata a los demás. Si eso es cierto, yo soy una mierda de persona.
Aprieto los labios mientras veo como Abby empuja a la pobre morena —cuyo nombre desconozco— contra una de las mesas de la cafetería. La chica hace una mueca de dolor y toma todo de mí no imitarla.
Mientras tanto, Dani ríe y le grita insultos que harían que a su madre le diera un infarto, al mismo tiempo que graba la escena con su teléfono.
Yo observo todo a unos metros de distancia con una máscara de frialdad en el rostro. La verdad es que quiero gritarles que se detengan pero eso no sería bien visto. ¿Emilie Ainsworth ayudando a la chica que se acostó con el novio —ahora ex— de su mejor amiga? Imposible.
Escucho un grito. Es la profesora de educación física. Inmediatamente, Abby se aparta y pone su carita de niña buena. Dani deja de grabar y guarda el teléfono a toda velocidad. Es como si nada hubiera pasado. Pero sí pasó, y la prueba viviente intenta ponerse de pie con lágrimas en los ojos y una mancha morada en su pómulo derecho.
Trago saliva.
«No tiene porqué importarte. Se lo merece. Por su culpa Jackson y Abby terminaron. Merece sufrir».
—¿Se puede saber qué demonios está sucediendo aquí? —espeta la profesora, creo recordar que su nombre era Christina.
—No es nada. —Se apresura a decir la morena tras mirar de reojo a Abby—. Me tropecé.
Es obvio que la profesora no le cree. Nadie lo haría.
—Te tropezaste —repite con incredulidad la profesora—. Claro, te tropezaste y caíste sobre el puño de Abigail Brooks. —Sacude la cabeza—. Es una vergüenza. Tres contra una. ¿Les parece justo, señoritas? —Nadie responde—. A dirección, todas. Y tú —señala a la morena—, ve a la enfermería a que te revisen ese ojo.
Abby intenta hablar pero basta una sola mirada de la profesora para callarla y lograr que las tres comencemos a caminar detrás de ella rumbo a la oficina del director.
Al llegar, el señor Greenstone nos hace pasar y la profesora le cuenta lo sucedido. Se ve cansado, los años y el estrés que conlleva ser director comienzan a pasarle factura. Casi me siento culpable por causarle más problemas.
—No me esperaba verlas aquí tan pronto. —Se acomoda las gafas y suspira—. Saben que debo castigarlas, ¿no?
—Señor, con todo respeto —comienza Abby—, no creo que a mi madre le guste saber que me castigó. ¿Por qué no hacemos como si nada hubiera pasado y…?
—Pero pasó y, sinceramente, señorita Brooks, poco me interesa lo que le guste a su madre. Así que usted y la señorita Brown ayudarán a la profesora de música y la señorita Ainsworth a la de arte. Todas al finalizar las clases hoy. ¿Me entendieron?
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Hasta que las estrellas dejen de brillar
RomancePara todo el que la mire, Emilie Ainsworth es perfecta. Pero Emilie odia todo sobre ella, así que finge. Finge que no le duele que su madre nunca vea nada bueno en ella. Finge que ama a su novio. Finge que ya no le gusta el arte. Finge que no está m...