Mentiría si dijera que todo volvió a la normalidad. Que no siento como si me hubieran arrancado una parte vital de mí. Que no me duele el pecho cada vez que pienso en él.
Estas últimas semanas han sido horribles. Nada me emociona. Nada me causa placer. Ni siquiera pintar.
He bajado de peso porque he perdido el apetito y la idea de bajar a comer con mi madre me enferma. He comenzado a salir a correr todas las mañanas antes de ir a clases y todas las tardes porque al menos mientras lo hago no pienso en nada que no sea el cansancio en mi cuerpo. Prácticamente he dejado de dormir porque el insomnio no me permite hacerlo más de tres horas seguidas. He llorado hasta quedarme seca. He dejado de reír y me he sentido más sola que nunca.
Estoy tan cansada.
Fingir que todo está bien es cada día más agotador. Fingir que no me desmorono poco a poco está acabando conmigo.
Estoy harta de fingir. Estoy harta de ocultarme. Pero tengo demasiado miedo como para enfrentar a mi madre. No quiero seguir decepcionándola.
Así que finjo que esa luz en mi interior no se apagó. Finjo que aún brillo como la más luminosa de las estrellas. Como Sirio.
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Hasta que las estrellas dejen de brillar
Lãng mạnPara todo el que la mire, Emilie Ainsworth es perfecta. Pero Emilie odia todo sobre ella, así que finge. Finge que no le duele que su madre nunca vea nada bueno en ella. Finge que ama a su novio. Finge que ya no le gusta el arte. Finge que no está m...