-Capítulo 7-

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DOS DÍAS ANTES DEL COMIENZO DE LOS JUEGOS

ABNER

Abner odiaba aquellos días. Odiaba tener que aguantar las charlas de su familia, odiaba estar rodeado de personas que no lo comprendían y, sobre todo, odiaba que el tema principal de todas las comidas familiares fuera algo relacionado con su hermano. El increíble Damen Astaseul siempre aparecía cuando la familia se reunía. Pero aquel día Abner lo odiaba incluso más, y todo porque los últimos juegos los había ganado Damen. Toda la familia hablaría de él, de su gran fuerza de voluntad y de la increíble forma en la que ganó. Abner, en el fondo, había estado orgulloso de él, su hermano había ganado y gracias a eso Abner ganó inmunidad ante cualquier persona que se planteara meterse con él. Ya nadie se metía con él por sentirse atraído por hombres, nadie le decía absolutamente nada. Además, su reino Aexisan, había obtenido el poder máximo y, si Aexisan tomaba una decisión, los demás reinos debían obedecer. Pero aquello acabaría pronto ya que faltaba poco para empezar los próximos juegos. Si Aexisan perdía Damen dejaría de ser el centro de atención y Abner ya no tendría que soportar esa horrible sensación de no ser suficiente para nadie.

El joven llega el último a la gran mesa. Nota como todos los ojos naranjas están sobre él hasta que se sienta en su asiento y procede a esperar a que alguien hable.

La mesa tiene cuatro sillas a cada lado y una en cada extremo. Sus padres, Raziel y Haniel, están situados uno a cada extremo, siendo así los anfitriones. Damen y Abner se encuentran enfrentados en las dos sillas más cercanas a la de su padre. Al lado de Damen está el tío, la prima mayor y la abuela de los jóvenes respectivamente, mientras que al lado de Abner se encuentran la tía, el primo pequeño y el abuelo.

Todos hablan de varios temas y, como siempre, acaban hablando de Damen. Abner no presta mucha atención hasta que escucha a su hermano nombrarle.

-Abner, ¿no te gustaría participar?

-¿Participar en qué?

-En los juegos. No hay aún ningún candidato para ir y ya que yo gané los anteriores sería algo muy gratificante que fueras tú, ganaras y demostraras que Aexisan, el reino de los ángeles, es imparable.

-¿Prefieres que te sea sincero o que te diga lo que quieres escuchar?

-Sé sincero.

-No pienso participar en esa mierda.

Todos los presentes se sorprenden y sueltan algún suspiro de decepción. Razel mira a su hijo y le lanza una mirada de desaprobación. Abner mira a cada uno de los integrantes de su familia, todos con el mismo tono pelirrojo en sus cabellos, y espera a que alguno de ellos diga algo en contra suya. Pero eso no llega a pasar. Abner decide centrarse en su comida y muerde su trozo de pan.

-Vas a ir.

Razel no le da opción a su hijo.

-Papá, no voy a ir para morir.

-No vas a morir porque eres un integrante de la familia Astaseul, y nosotros siempre ganamos.

Abner entiende que va a ser imposible convencer a su padre asique prueba con su madre.

-Mamá, dime que tú no estás de acuerdo.

Haniel mira a Abner y, con una mirada cargada de miedo y arrepentimiento, contesta.

-Haz lo que tú padre dice. Si hay alguien que siempre tiene razón es él. Confiamos todos en ti.

Abner pega un golpe a la mesa y se levanta para luego salir de la casa. Camina sin mirar atrás hasta llegar a una gran explanada desde donde se ven los demás reinos.

Como Aexisan está situado sobre las montañas, las vistas desde cualquier punto del reino son espectaculares.

El chico grita, cansado de siempre tener que obedecer y nunca poder decidir por si mismo.

-Abner...

El chico, sentado en el suelo de rodillas, gira la cabeza y se encuentra con su hermano caminando hacia él.

-Vete, no quiero saber nada de vosotros.

-¿Sabes que no tienes opción no?

-Sólo se una cosa y es que voy a conseguir morir el primero para que así no tengáis otra vez el poder.

-Nunca aprenderás hermanito...

-Damen, nadie sabe como ganaste realmente, ¿algún día contarás la verdadera historia?

-Lo que conté es la verdad.

-Yo no estoy tan seguro de eso. Yo me creo más la versión en la que tú te aprovechaste de todos los participantes y luego los traicionaste. Si contaras esa versión nadie pensaría que eres una buena persona.

-Abner, gané porque el último participante murió para dejarme ganar, yo no le traicioné.

-Me sigue sin cuadrar, pero no me importa. Las mentiras al final acaban saliendo a la luz. -Abner se levanta y se coloca frente a Damen.- Te juro que conseguiré que Aexisan pierda sólo para que nuestra increíble familia dejé de tener tanta fama, la cuál se ha construido a base de una mentira que salió de tu boca.

-Hermanito, quiero que sepas que yo no busco estar mal contigo. Haz que papá y mamá se sientan orgullosos de ti y consigue que la gente te tenga respeto por lo que eres, no por tenerme a mi como hermano. Te dejaré mi ballesta, te dará suerte. Gracias a ella gané.

-No quiero tu sucia ballesta, usaré la mía.

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