UN DÍA ANTES DEL COMIENZO DE LOS JUEGOS
ABIGAIL
La herida le ardía. Abigail no se había percatado del dolor que llevaba acumulado hasta que por fin acabó el entrenamiento con su padre. Al llegar a su habitación Sarah la esperaba con un paño y un bol de agua, preparada para curar heridas menores, pero nunca imaginó que Abigail llegaría con un gran corte en el muslo, otro en el brazo y un arañazo en la mejilla.
-¿Le duele mucho señorita?
Sarah había acabado ya de limpiarle la herida del muslo y ahora estaba centrada en curar la del brazo con una delicadeza máxima.
-Lo puedo aguantar.
-Señorita, eres muy fuerte.
Abigail nota como una pequeña gota de sangre sale de la herida de su mejilla y se limpia con el dedo.
-Sarah, te he dicho muchas veces que me llames Abigail. Quiero que me trates como una amiga, no como una persona superior a ti.
-Pero señorita, digo, Abigail. Eres superior a mi. Eres hija de dos dioses los cuales son los reyes de Douryn. Yo trabajo para ti, no puedo ser tu amiga.
-Bueno, pues ya que trabajas para mi, quiero que a partir de ahora seas mi amiga.
Sarah mira a la joven y le sonríe.
-Gracias Abigail. Nunca he tenido una amiga, así que si hago algo mal dímelo.
-Solamente tienes que ser tú misma. -Sarah limpia el paño lleno de sangre y al tenerlo medianamente decente para seguir limpiando heridas pasa a la de la mejilla.- No me duele, no hace falta que lo hagas despacio.
-Pero es que no quiero hacerte pasar un mal momento.
-Tranquila, puedo soportarlo.
Sarah limpia la herida y luego se dispone a tapar todas las heridas con vendas.
Abigail llevaba toda la mañana entrenando. Su padre sabía que iba a necesitar ayuda para manejar la espada así que había decidido luchar contra ella para enseñarle algunas técnicas. Hasta ese punto a Abigail le había parecido una buena idea, pero al llegar al descampado en el que iba a entrenar, entendió que su padre no iba a enseñarle prácticamente nada. Él solamente quería hacerle sufrir y que ella aprendiera lo que era el verdadero dolor. En el instante en el que la joven había empuñado su espada, su padre había empezado a atacar lanzando espadazos sin tener ningún tipo de medida, haciendo que la espada terminara por cortarle el muslo. El hombre no esperó ni a que su hija se preparara para empezar. Eso había conseguido hacer que Abigail entendiera la situación y se puso a luchar de la única manera que sabía, atacar y atacar sin saber como iba a acabar aquello. Hefesto esquivaba todos los ataques de su hija y poco a poco iba ganando el combate. Al final Abigail acabó tendida en el suelo, con la pierna destrozada y el brazo chorreando sangre. Pero el dolor no acabó ahí. Abigail fue a su habitación y se metió en la bañera. Se limpió entera y al salir dejó que Sarah le curara. Luego fue a comer con sus padres, como si justo antes no hubiera estado a punto de morir a manos de su padre. Tras terminarse su comida había salido corriendo de la sala, pero su padre le tenía preparado otro combate. Todo igual que antes. La herida de la pierna le volvió a sangrar, el corte del brazo no tardó en abrirse y otra nueva herida apareció, esta vez en la mejilla. Cuando al fin todo aquello acabó volvió a su habitación deseando que a su padre le ocurriera lo peor.
-Ya está. Espero que las heridas se mejoren antes de mañana. No me gustaría que empezaras los juegos con desventaja.
Abigail se acerca a la única ventana que tiene su habitación y desde allí ve el gran descampado que ahora tenía algunas manchas con su sangre.
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Only One ✅
FantasyDouryn, Duthia, Briweth, Alavipan, Slitha, Vraeyikha, Aexisan y Hazecuria. Ocho reinos que luchan por obtener el poder absoluto. Unos juegos organizados cada cinco años para saber quién reinará en los años siguientes. Abigail, Blake, Wanney, Grette...