-Capítulo 43-

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DÍA 4
···
LAGO DE BRIWETH

WANNEY

No podía soportar el peso de culpa. Ella sabía que podría haber matado a la chica, pero ella no era así. Sintió una confianza maravillosa y algo en su interior le gritó que no acabara con ella, que habían otros participantes que sí merecían morir.

Wanney salió de Douryn y pasó el resto del día por los alrededores del lago. Alguien debía de pasar por allí, estaba segura. Por la noche durmió junto a un árbol y a la mañana siguiente fue a buscar algunos frutos para alimentarse.

En los juegos no es algo prioritario comer porque la mayoría de gente piensa que van a morir y que no vale la pena ingerir alimentos para luego desaparecer, pero al estar en el penúltimo día el hambre ya empezaba a aparecer. Wanney piensa en que, por ejemplo, el participante de Vraeyikha no tendrá que alimentarse tan rápido porque tiene un gran rango de aguante debido a que sus fuerzas las saca de la sangre, y eso es una gran ventaja, pero los demás sí deberán de empezar a sentirse como ella.

Wanney agarra unos frutos de un árbol y se los come. Son dulces y tienen un sabor muy apetecible, algo que le hacía falta.

Cuando termina camina hasta el lago, deseando que haya alguien allí, y en efecto hay alguien. Una chica de pelo castaño está repleta de sangre y se está lavando en el agua del lago. Es la oportunidad que Wanney necesitaba.

La chica de pelo rizado se acerca lentamente sin que la desconocida la vea y cuando la tiene a unos pocos metros se lanza a por ella. A la chica no le da tiempo a reaccionar, por lo que cae al agua siendo aplastada por Wanney. La bruja hunde la cabeza de su contrincante en el agua esperando que se quede sin aire y así muera, pero de alguna forma se consigue liberar y tira a Wanney contra la arena. Se acerca amenazante hacia ella y, con su daga, intenta matarla, pero Wanney lo esquiva y, luego de levantarse empuja a la chica y ahora es ella la que cae. La chica de pelo rizado se tira encima de la otra chica y le da unos puñetazos en el rostro, haciendo que tanto el labio como la nariz le empiecen a sangrar. La chica herida se defiende lanzando unos ataques que consiguen penetrar en el cuerpo de Wanney, pero eso no le detiene porque ella sigue sujetando a la chica contra el suelo. Cuando menos se lo espera, una patada la aparta del cuerpo de la joven y la deja tirada de lado sobre la arena. La chica se le lanza y ahora es ella la que se debe de liberar si quiere salir viva. Araña la piel de su contrincante repetidas veces, pero no parece tener ningún efecto por lo que decide reunir todas sus fuerzas y, sin saber cómo, lanza a la chica hacia el lado. Se coloca de pie y, ahora sí, agarra su hacha preparada para acabar con aquella chica. La desconocida empuña con más fuerza su pequeña daga, en comparación con el hacha de Wanney, y no se rinde porque vuelve a intentar clavársela a Wanney, pero ella una vez más la esquiva. La bruja agarra a su contrincante y la lanza al agua, volviendo de nuevo al momento en el que hundía la cabeza de la joven para intentar ahogarla. Siente arañazos por sus brazos, pero eso no le para porque en ningún momento deja de hacer lo que debe hacer. De repente siente un gran dolor en el abdomen y eso sí que le hace retroceder. La chica la empuja y la vuelve a tirar al suelo, pero esta vez no se logra levantar y se retuerce de dolor. La herida es más profunda de lo que imaginaba en un principio y maldice a la desconocida. Justo cuando la chica va a acabar con ella siente un último golpe de fuerzas y consigue tirar a la chica lejos de ella, pero no la logra dejar tirada en el suelo. Wanney se levanta sin apartar su mano de la herida y se acerca hasta la desconocida con el hacha en su mano libre y entonces ocurre. Wanney clava su hacha en el cuerpo de la chica y ésta cae. Toda la arena se tiñe de rojo y Wanney sonríe. Por fin lo ha hecho, ha conseguido su primera muerte.

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