Sirenas y tritones

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Me escabullí por el cuadro de la señora gorda, la cual entre ronquidos susurró un par de palabras que no logré comprender. Recorrí los pasillos hasta llegar a la puerta de la torre de astronomía, y comencé a subir las escaleras. Llegué a le cima sintiéndome fatigada, y ,tratando de recuperar el aliento subí los últimos escalones que me separaban de lo más alto. Draco ya se encontraba ahí. No tenía puesta la típica túnica verde y negra. Llevaba un jersey negro, acompañado de unos vaqueros azules y la conocida bufanda de Slytherin.

Su mirada estaba fija en la entrada de la escalera de caracol, como esperando mi llegada.

-Hola- dije aún con un amago de fatiga. Draco no me miró. Me acerqué a la barandilla de la torre y apoyé mis codos en ella. El sol ya había caído y solamente se podía divisar un leve tono violeta aparecer entre las densas nubes.- Para que me querías aquí.

El rubio se mantuvo en silencio durante unos cuantos segundos antes de decir algo que me impactó.

-Laura, te voy a ser totalmente sincero- dijo dándose la vuelta hasta quedar frente por frente a mi.- Creo que me gustas- soltó.

-¿Te gusto?- pregunté asegurándome de haber escuchado bien.

-Si Potter, me gustas. En verdad, me vuelves loco- se llevó las manos a la cabeza.- En teoría te tendría que odiar, justo como odio a tu hermano. Justo como odio a todos tus amigos. Pero a ti no.- Inconscientemente me acerqué más a su cuerpo y apoyé una mano en su mejilla.

-Draco...

-Y por esa misma razón tenemos que dejar de hablarnos. Cortar cualquier tipo de relación.- mi pulgar dejó de acariciar su rostro. Era como si me hubiesen tirado un cubo de agua helada encima.

-¿Dejar de hablarme?¿Porque?- sentí el nudo en mi garganta.

-No puedo decirte Laura.

-Estas siendo un completo egoísta Malfoy- grité al borde del llanto.- No puedes decirme que te gusto y luego querer dejar de hablarme. ¿Y yo? ¿Acaso mis sentimientos no importan?

-Claro que importan. Me importan.

-Tu también me gustas Malfoy, y no puedes marcharte de esa manera de mi vida. No puedes comportarte de  forma tan imbécil.- Malfoy me miraba perplejo.

-No puedo gustarte Potter- escucharle mencionar mi apellido me transmitió un incómodo sentimiento de lejanía.- No es bueno para ti.

-¿Ahora te preocupas que es bueno para mi?- aseguré molesta.

-No te enfades conmigo, por favor te lo pido.

-Draco...- junté sus manos con las mías y le miré a los ojos- si tus padres tienen algo que ver en esto... podemos...podemos buscar una solución o algo...

-No podemos buscar nada Potter- su voz sonaba más fría que de costumbre. Soltó sus manos bruscamente de las mías y me dio la espalda rápidamente, dirigiéndose a las escaleras.- Será mejor que te olvides de cualquier tipo de contacto que hayamos tenido en nuestros años.- dijo antes de bajar las escaleras, y dejarme allí tirada, prácticamente llorando, sola, triste y con el corazón roto.

*Draco POV*

-¿Lo hiciste?- fue lo primero que preguntó Blaise al verme entrar por la sala común de Slytherin.

-Si- suspiré tirándome al sofá junto a el.

-¿Como está ella?- dijo el chico un poco preocupado por Laura.

-No lo se. La dejé sola en la torre de astronomía. Sentía que si seguía ahí me derrumbaría y le diría que todo era mentira.

-Sabes Malfoy, nunca te había visto así con nadie. Nunca. Ni con Parkinson te precupabas tanto huroncín.

Los hermanos PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora