3. ¿Amiga o enemiga?

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 If I'm crazy, I'm on my own

If I'm waitin', it's on my throneIf

 I sound lazy, just ignore my tone'

Cause I'm always gonna answer when you call my phone

Cause I'm always gonna answer when you call my phone

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3. Friend or enemy?

Las imágenes pasaban a una velocidad exorbitantes, sin darle tiempo a respirar correctamente. Primero su gran sonrisa, perfectos salto, chistes de hermanas, una armonía perfecta, pero de repente fueron reemplazadas por colmillos saliéndose de control, una explosión, chispas, una carrera de vida o muerte, disparos, debilidad, un último aullido, una luz roja y luego... todo se volvió negro.

Se sentía como estar hundiéndose en medio de un lago helado, en donde la superficie quedaba cada vez más lejos. No importaba cuanto luchara por subir, no había fuerza que la rescatará... o eso creía.

De repente, subió.
De repente, pudo abrir los ojos.
De repente, no estaba tan mal.
De repente, unas miradas curiosas estaban sobre ella.

—¿Quienes son ustedes? —preguntó con debilidad, intentando levantarse.

—No te recomiendo moverte —le dijo una chica desconocida al notar su cara adolorida 

—Y esa pregunta deberíamos hacer nosotros ¿Quién eres? —Ahora habló un chico, quien parecía querer matarla y a la vez protegerla con la mirada.

Ella sabía que su llegada causaría dudas, pero, en aquel momento, no se sentía con la fuerzas para soportar a nadie.

—No responderé nada a nadie, a excepción de la alfa. Así que aléjense de mí —soltó, brusca.

—Yo soy el alfa, así que te recomiendo que me bajes un tono.

Ella miro incrédula a la loba, quien asintió confirmándole que era cierto.

—Tenía entendido que era una mujer... lo siento —murmuró en un tono casi inaudible—. Soy Jessica.

Sabía que esa respuesta no bastaría, pero estaba débil para responder lo que querían... o inventar algo que pareciera creíble.

—Te preguntè quien eres, no tu nombre —repitió el alfa.

—Ya tuve mi clase de filosofía en el pasado, no quiero volver a ella —refutó, intentando recuperar fuerzas—. Soy una mujer lobo, esa respuesta debe conformarte.

Intentó ignorar las miradas disconformes de aquellos lobos y, con un poco menos de dolor, se incorporó para quedar sentada, dándose cuenta que no tenía su ropa.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora