𝑨𝒏𝒅 𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒏𝒂 𝒌𝒊𝒔𝒔 𝒚𝒐𝒖, 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕
𝑰'𝒎 𝒋𝒖𝒔𝒕 𝒔𝒐 𝒕𝒊𝒓𝒆𝒅 𝒕𝒐 𝒔𝒉𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕𝒔
Los lobos en Seabrook viven bajo el lema "Lobos unidos", pero ¿Seguirá en pie cuando una extraña loba apa...
*Inhala y aguanta la respiración para que el capítulo de suba bien. Si tengo suerte y están leyendo esto es porque Wattpad dejó la demencia a un lado. Aprovecho para avisar que la traducción de la canciones estará en comentarios*
*
*
*
*
Forever is a long time, but I,
I wouldn't mind spending it by your side...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
44.2. You deserve everything
Wynter y Jessica controlaban que cualquier mínimo detalle estuviera perfecto mientras los invitados iban llegando. Algunos lobos la ayudaban a terminar de decorar el muelle, otros preparaban la fogata y otros controlaban que no se acabaran toda la comida.
Ween y Will estaban apartados del resto, terminando de preparar sus regalos. Se les había complicado la parte de envolver las cosas.
—¿Qué hacen ellos aquí? —cuestionó Jessica al ver a los azulados, terminando de colgar las luces.
—Yo los invité —respondió Wynter con tranquilidad—. No te atrevas a lanzarme una de tus miradas. Invitamos a casi todos está noche, imagina que ellos decidían hacer algo.
Jessica no dijo nada, observó cómo los extraterrestres hablaban con Zed, analizando el lugar. El zombie seguía nervioso por la universidad y se pasaba horas frente al espejo ensayando su presentación para la reclutadora, pero si tenía alguna duda corría por los aliens y no por alguno de sus amigos. Jessica sabía que no debía preocuparse por eso, Zed era su amigo y sólo se dejaba controlas por la ansiedad y presión, solo eso.
—Es un buen plan, debo admitirlo.
—Jessica, aquí está —Una de la manada le entrego una enorme caja de regalos, estaba completamente agitada.
—Muchas gracias, te debo una —tomó el regalo entre sus manos y lo analizó, aún tenía muchas dudas, pero ya no había nada que hacer ¿Verdad? —. Pídeme lo que sea y cuando quieras.
La loba sonrió antes de perderse entre los invitados, mientras que Jessica dejó el regalo a un lado y empezó a observar el suelo, controlando que sus piedras estuvieran perfectamente posicionadas.
—¿Cuánto falta? —preguntó Wynter.
—Diez minutos —murmuró, observando su celular—. Ween, Will, es hora —avisó y los niños asintieron con determinación.
