21. Pequeña Ween.

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Todo vuelve, la vida te lo devuelve.

Todo vuelve, la vida te lo devuelve

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21. Little Ween. 

Ambos habían acordado que, al llegar a la cueva, él sería el encargado de decirle la verdad a su hermana. En realidad, él solo había tomado la decisión y no le dio oportunidad a Jessica de replicar. Literalmente, se sentó en medio de las montañas y no se levantó hasta que ella dijo sí.

Llegaron a la madrugada y entraron directo a la habitación de Willa, quien ya los estaba esperando. Ella pudo intuir que algo pasaba entre ellos, pero cuando su hermano empezó a hablar, supo que nada de lo que ella había imaginado era la realidad. Le costaba creer lo que él decía, no existía lógica en sus palabras.

—Tras salvarnos, nos resguardamos en una cueva y nada más pasó.

Supo que mentía, que algo más si había pasado, pues él había mirado a Jessica con unos ojos que no supo entender. Supuso que no era importante en la conversación.

—Pruébalo —ordenó.

Jessica acercó su mano hasta la lámpara de la mesita de luz. Willa dio un paso atrás al ver sus ojos azules y tragó saliva cuando el foco explotó.

—Me debes una lámpara —atinó a decir—. ¿Desde cuándo sabes que eres... lo que sea que eres?

—Soy una mujer lobo, Willa —aclaró—. Solo que mejor, pues tengo algo de magia en mi sangre. Y descubrí mis poderes de muy chica.

Willa estaba sentada en su cama con los brazos sobre su rodilla. Intentando procesar aquella información. Sabía perfectamente que Jessica ocultaba cosas importantes, quizá por eso no se sorprendió mucho que ella ocultase una parte importante de ella.

—Ve a dormir, mañana le diremos al resto de la manada. Prepárate para las miradas y preguntas curiosas —dijo ella, tomando un poco de agua.

Jessica la miró confundida, creyendo que no había escuchado bien, pero Willa no parecía tener intención en decir algo más. Miró a Wyatt, quien estaba igual de confundido que ella.

—Okey... hasta mañana, supongo —Aun confundida, se dirigió a su cuarto.

—Bueno, se fue —habló Wyatt—. Dime que te ocurre.

—¿Por qué me pasaría algo?

—La dejaste ir, así como así, sin siquiera cuestionarle por qué mintió.

—¿Qué quieres que haga, Wyatt? ¿Contratar a un científico y que le saque lo que sea que le haga tener esos poderes?

—Sabes que no me refiero a eso. Entiéndeme que es difícil imaginarme que te hayas tomado de buena manera esto cuando antes ambas tuvieron un enfrentamiento donde ella salió herida.

Willa apretó los labios al recordarlo. La verdad, se arrepentía de haber perdido el control, de haberla herido de tal manera.

—Es hora de dormir, Wyatt —dijo, dándole la espalda.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora