19. Abre los ojos

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"I just want you to know Who I am".

"I just want you to know Who I am"

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19. Open your eyes.

Se suponía que el viaje debía ser tranquilo. Lo único que debía preocuparle era los animales salvajes, los riscos riesgosos, los ríos que debían cruzar. Debía preocuparle que Wyatt no pudiera con esto, pero, en realidad, se sorprendió gratamente. Aquel lobo era mucho más ágil de lo que pensó, le seguía el paso con mera tranquilidad. Sin embargo, su gran agilidad no quitaba su preocupación.

—Sé que esto fue difícil para ti, pero debo admitir que me gusta —confesó él, saltando de una piedra a otra en el medio de un río.

Habían pasado más de doce horas caminando, solo habían descansado dos veces y el Lykensen parecía un niño en dulcería, pero Jessica no estaba tan alegre. Su mirada no se despegaba del cielo gris que los estaba rodeando.

—Entonces, usa esa felicidad y acelera el paso —dijo, estremeciéndose con la brisa fresca que la golpeaba. No le gustaba nada.

—Debo preguntar ¿No es más fácil ir en algún vehículo?

—¿Te parece que algún vehículo cruzaría por aquí? —cuestionó, atenta a los flashes del cielo—. Por favor, vamos más rápido.

Sin embargo, como si el mundo estuviera en su contra, un fuerte trueno se escuchó, sobresaltando al Lykensen, quien perdió el equilibrio y cayó al agua.

—¡Mierda, Wyatt! —se quejó, extendiéndole la mano—. Te dije que te apuraras, no que nadaras.

—¿Por qué estás tan nerviosa? —cuestionó él—. Literalmente peleaste con mi hermana cuando apenas tenías fuerzas para mantenerte de pie, creí que esto no sería nada.

—Porque ahí podía controlar la situación, ahora no —explicó, sintiendo como gotas de lluvia la mojaban.

—¿A qué te refieres?

—Aunque lo desearía, no controlo la naturaleza... Y a veces es más fuerte que yo.

Ahí fue cuando Wyatt comprendió. Altas nubes negras los estaban cubriendo, sentía una especie de cosquilleo, no pasaban más de diez segundos entre relámpago y rayo. Todo aquello significaba que se acercaba una gran tormenta eléctrica, si es que no estaba sobre ellos ya.

—Oh, mierda —exclamó, sintiendo que los nervios lo dominaban—. ¿Es lo que creo que es?

—No te responderé hasta que te calmes

—¿Calmarme? Jessica ¡Nunca estuve en medio de la nada bajo una tormenta! —caminaba de un lado a otro—. Creo que vi una cueva a uno cuantos kilómetros, si corremos estaremos a salvo.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora