Capítulo 43

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43. Ween's Fear.

Él quería huir de allí, no porque les tuviera miedo, sino porque temía que ella los pudiera herirlos. Sin embargo, ese día lo que él quería iba a quedar en la basura, pues ella avanzaba con una determinación impresionante. Se había cansado de estar al margen, era hora de que la conocieran.

Caminó hasta la mesa donde ellos estaban y frenó frente al líder. Este no tragó saliva como lo hacían los demás cuando ella los miraba con los ojos entrecerrados.

—¡Pero qué ser tan, tan, tan...! —A-spen no encontraba las palabras justas para describir lo que le causaba aquella loba que estaba frente a A-lan.

—Desagradable —susurró A-li.

—¡Tierno! —soltó A-lan.

Y entonces Will abrazó a su amiga para evitar que se abalanzara hacia el de cabello azul. Los adolescentes mayores iban a interferir, pero se dieron cuenta que eso era algo que los extraterrestres debían experimentar para ser parte de Seabrook.

—¡Tierno tu abuela, est...!

—¡Ween! —advirtió Jessica, quien pasaba junto a Wynter por allí con muchas cajas, al parecer estaban organizando algo, pues ni frenaron a controlar la situación.

La niña bufó y se bajó de la mesa.

—Te salvaste —murmuró, volviendo a ponerse su zapato—. Pero para la próxima no me contendré.

—¿Entendido...? —susurró el alíen desentendido.

—Y bien... —Ween inhaló profundo—. Seré directa.

—Ween, no vayas a hacer nada que pueda suponer un castigo de Jessica —aconsejó Wyatt sentado junto a Zed a unas mesas de ellos—. Y tampoco metas en problemas a Will.

—Ahg, está bien —se cruzó de brazos, frustrada. Sus pies colgados de la silla se movían de adelante hacía atrás y su rostro estaba completamente serio. Le robó una papa del plato de Bucky, quien se estaba quejando de algo en particular, y trató de encontrar algo con lo que divertirse, sin darse cuenta que era observada por todos allí.

—Muy bien creo que yo puedo seguir con lo que estaba dicien...—Bucky no pudo terminar de hablar, pues una papa cayó en su cara.

—¡Ya sé! —Ween se levantó de un salto—. Hablemos como seres razonables. Si no me entendieron, quiero que interactuemos y que ninguno se comporte como el camarón que brinca ¿Va?

—Yo supongo que podemos hacerlo —aceptó A-lan, mirando a A-spen, quien sonreía con emoción, y a A-li, quien tenía una mueca de desagrado.

—Bien, vamos a lo importante ¿Conocen a E.T? —preguntó con emoción.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora