Capítulo 36

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"I'm falling in love with you
Over and over again"

"I'm falling in love with youOver and over again"

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36. The perfect date.

Las semanas seguían pasando y los entrenamientos de animadoras se intensificaban debido a una competencia cercana. Jessica no planeaba faltar a ninguno, ni los del equipo ni los individuales, pero claro, no contó con que tuviera a la persona más floja y convincente a su lado.

Era sábado y tras volver del entrenamiento de los niños, decidió darse una ducha, desayunar y empezar con su ya típico entrenamiento individual, pero solo pudo ducharse, pues alguien la raptó y le contagio la vagancia.

Hablaban de cualquier cosa y, cuando menos lo esperaba, Wyatt empezó a acariciar su brazo. Recorrió aquellas cicatrices que sus poderes le provocaron, lo hacía con tanta delicadeza que Jessica olvidó el dolor que sintió cuando se formaron. Luego recorrió aquellas cadenas de espina que se extendían a lo largo de su brazo.

—Puma, diez años —murmuró Wyatt, acariciando la marca más delgada, recorrió cada centímetro hasta pasar a la siguiente, una de las más larga y notoria—. Tu padre —susurró y ella asintió—. Ween y Will dicen que fue una batalla tan intensa que sentiría vergüenza si la comparo con la mía.

—¿Digo la verdad o miento?

—Mejor no digas nada, prefiero no saberlo. —Sonrío y siguió con las caricias. Contorneó la más recientes—. ¿Tú victoria contra mí?

Ella asintió.

—Y la más sencilla.

Rio cuando el Lykensen pellizcó su cintura con cuidado.

—Que haya sido la más sencilla, no significa que hayas sido el rival más débil —agregó, girando para quedar frente a frente. Acercó una de sus manos al mechón blanco de Wyatt y empezó a jugar con él—. Venía de meses de una agonía por carecer de energía, anhelando volver a sentirme yo y con una bronca porque ustedes no querían quitarle la piedra a una humana. Hubiera ganado con la misma facilidad aun así me hubiesen enfrentado a un dinosaurio.

Wyatt analizó sus palabras y continuó con las caricias. Centrándose en aquella que nunca contó en como la consiguió. La había analizado tantas veces que no necesitó desconectar sus ojos de los de Jessica para poder contornearla.

—¿Humanos? —cuestionó luego de unos segundos.

—Creí que nunca un humano me haría conseguir una, pero entonces me di cuenta cuan equivocada estaba. Todos mis rivales estaban a mí mismo nivel, pero nunca antes había atacado con tan poca energía. Es la única de mis marcas en la que manché mis manos con sangre.

—¿Cómo conseguiste librarte de ellos?

—Luego de salir de la casa de mi padrino, seguí corriendo y ellos seguían tras de mí. No tenía energía, literalmente se me acababa más con cada kilómetro que recorría. Entonces, supe que no podía dejar que ellos siguieran tras de mí, debía estar muerta para que ellos me dejaran o, de lo contrario, pondría en riesgo a cualquier manada.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora