𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt Lykensen

6. La decisión.

Did you have to do this?
I was thinking that you could be trusted

6. The Decision

Perdió la cuenta de la cantidad de veces que había rodado los ojos y suspirado.

 ¿Así de cansador era él cuando algo se le metía a la cabeza?

Subía y bajaba la voz constantemente, hasta había recitado a diferentes citas de películas y libros con tal de tener una conversación razonable. En el pasado, hubiera aceptado de una vez lo que su hermana dijera, pero esta vez no podía. La vida de una loba que pertenecía a la manada —aunque no le gustara mucho esa idea— corría peligro. Peligro que ellos podrían ponerle fin.

Sabía perfectamente que esa chica tenía mil y un secretos que se negaba a compartir, los cuales justificaban su desconfianza. Sin embargo, también había visto como entendió a su hermana, como reprimía sonrisas ante algunas acciones de Wynter y la había visto fingir ser fuerte cuando el malestar la atormentaba. Esas acciones, mantenían una leve chispa de confianza hacia ella. 

—Por favor, Willa. No puedes comportarte así.

—No estoy de humor para esto, Wyatt —dijo, pasando de él.

—Y yo no estaba de humor hace dos días, cuando mi hermana atacó aun miembro de la manada con plata.

Willa se frenó en seco, allí en medio del bosque, donde ningún hombre lobo los escuchaba. Esos dos días, ella no había dejado de pensar en lo que había hecho y le dolía reconocer que estaba mal, no había justificación que respaldara su accionar.

Pero no podía admitirlo. Cuando intentaba decirlo, las palabras quedaban atascadas en su garganta, dejando salir solo témpanos de hielo. Wyatt la conocía bien, sabía que se arrepentía. Sin embargo, como Alfa, no podía ignorar todo lo que pasaba a su alrededor.

—Estuviste mal, Willa —soltó, mirándola fijamente—. Y haces peor en simular que no tenemos una lucha contra el reloj.

—No hay lucha, la decisión está tomada.

Él enarcó una ceja, pensando seriamente si hablaba en serio, pues si lo había dicho de verdad, aquella frase no le había hecho ni un toque de gracia.

—¿En serio? Porque no recuerdo haber opinado al respecto.

—Wyatt, por favor ¿Volveremos a tener esta charla?

—Nunca tuvimos una «charla», tu simplemente decretaste lo que querías y yo no.

—¿Quieres ayudarla? Es una completa desconocida que atenta contra nuestra manada.

—¿Ella atenta? —preguntó, serio—. Ella no atacó con plata a un lobo.

Odiaba decir aquellas palabras sin escrúpulos, sin importar los sentimientos de la otra persona. Odiaba decírselas a su hermana. Odiaba salir a favor de alguien nueva que en su familia. Pero sentía que era algo que debía de hacer.