29. Eres increíble, Wolfmeyer

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"I just wanna, I just wanna

I just wanna wake up where you are".

I just wanna wake up where you are"

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29. You're amazing, Wolfmeyer.

Estaba rara.

Él no se dio cuenta al inició. Se había dejado cegar por la emoción de volver a ser ellos, que no se daba cuenta de la actitud.

Creyó que su intensa preocupación en entrenar, en levantarse tan temprano y dormirse tan tarde, tenía que ver con la distancia que ambos tuvieron. Se sintió egoísta al darse cuenta de que no fue así, pues tras regresar notó que no solo entrenaba con mucha más frecuencia, sino que su actitud no era la misma por mucho que intentaba disimularlo.

Mientras los días pasaban, ella se vía menos concentrada en su entorno y se perdía en sus pensamientos. Le alegraba que, al menos, con Ween actuaba como ella misma, pues incluso en los días que dormía con él, ella se quedaba viendo un largo rato el techo.

—Después ella y yo iremos por un froyo —comentó la niña, observando a Jessica repasar la rutina con sus compañeros.

—No, iré yo con ella —dijo Wynter.

—A ustedes siempre le compran froyos gratis, me toca a mí —intervino Zed.

—Tienes entrenamiento —recordó Wyatt.

—Cierto, igual quiero un froyo gratis ¿Me invitas uno?

—Sí, claro. Ya mismo voy, me entusiasma la mera idea de consentir a mi amigo. 

—¡Sabía que serías un gran amig...! Es sarcasmo ¿Verdad?

—Jessica irá conmigo —ignoró completamente a su amigo.

—No, no, no y no —saltó Ween—. Teníamos un trato.

—Tú creaste eso y no me diste chance a oponerme.

—Pues Jessica no se quejó. —Se encogió de hombros mientras Zed se reía de Wyatt—. Aparte, tú duermes con ella.

—Pero porque su habitación y su cama se llenó de abejas por cierta loba.

—Nuestra habitación está lista hace una semana —intervino Wynter.

—¡Ves! Ella, por alguna extraña razón, decide pasarla al y dormir con alguien tan molesto como tú —dijo Ween—. Quizá sea masoquista, algún defecto tenía que tener.

—Ween, déjame recordarte que soy tú alfa... Debes respetarme.

—Pues, lo siento, pero es la verdad —Se cruzó de brazos—. Así que irá conmigo a tomar un froyo.

—¿Por qué tiene que ser así? Soy tu alfa, puedo prohibirte ir con ella y ya —contraatacó.

—Ella también es un alfa —exclamó—. Si quiere puede ir conmigo y ya.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora