Capítulo 45

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You are playing with a fiery mind

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45.  Hunting Night

Sabían que era ahora o nunca, pues los lobos se veían muy tranquilos entre ellos y los alfas estaban tan inmersos en aquella festividad que ni se darían cuenta de nada.

—Zed ya está en la nave —informó A-lan.

—¿Aceptó sin más a estas horas? —cuestionó A-li—. Aun no entiendo porque seguimos llamándolo.

—Su entrevista está muy cerca, quiere nuestra ayuda y nosotros necesitamos saberlo todo de Seabrook.

—Sí, exactamente por eso. No hay ningún otro motivo en particular —murmuró A-spen, escondiéndose detrás de un árbol al ver a una mujer lobo salir de la tienda de froyos.

—Puedo leer tu mente, A-spen —A-li rodó los ojos—. Y no sé porque te escondes, si podemos hacer esto. —Camino hasta la loba, al quedar a su espalda, la mujer se dio vuelta dispuesta a enfrentarla, pero A-li apuntó con su lente a su ojo—. No recordará que nos vio aquí —Sonrió, dejando ir a la mujer.

Con toda la confianza del mundo, se acercaron a la fuente de energía de los lobos, sin percatarse que ésta sí que estaba protegida, y algo hizo frenar a A-lan

—Hay un campo de fuerza alrededor —informó, un poco obvio—. Que definitivamente vi venir.

Usando su lente luma, A-spen se encargó de cortar el campo de fuerza.

—No más campo —Sonrió y empezó a escanear la piedra lunar.

—Esto es impresionante —comentó A-li, mientras comía el yogurt helado que le había sacado a la loba.

—Sí, la formación cristalina de la piedra tiene potencial para contener las coordenadas de la piedra lunar —explicó A-spen, sin darse cuenta que su amiga no estaba tan concentrada.

—Me refería a lo impresionante de este froyo —admitió al recibir una mirada reprendedora de A-lan—. Lo siento.

—¡Escaneo completo! —exclamó—. Las coordenadas son...no están aquí... Misión fallida —murmuró, sintiéndose pésimo.

—Imposible, escaneamos la mente de todos aquí por horas, los zombies existen gracias a la piedra, los lobos viven por ella... Seguro que esa lob...¡¡A-lan no!! —gritó al ver sus intenciones.

A-lan, cautivado por volver a ver una fuente de energía tan poderosa, acercó su mano a ella. Era claro que este alienígena no conocía el dicho de que la curiosidad mato al gato.

Con solo tocar uno de los fierros, una descarga poderosa lo invadió.

No dolió mucho. —Pero era mentira, aquello había sido el triple de doloroso que unir las manos con Jessica. Había sido horrible—. Auchmomo —lloriqueó, agarrándose el dedo.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora