Capítulo 54. Parte 1

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Look, don't get me wrong

I know there is no tomorrow

All I ask is

If this is my last night with you

Hold me like I'm more than just a friend

Give me a memory I can use

Give me a memory I can use

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54.1. Inhale, hold on.

Los alienígenas estuvieron doce horas tratando de arreglar la nave con todos los medios alienígenas y humanos posibles, pero nada había resultado. Por el lado de la manada, Jessica había ordenado que la piedra se entregaría al caer el sol y, si no estaban de acuerdo, ella no tenía problemas para enfrentarse a otro duelo... los hermanos sabían que eso no sería nada grato. Tal vez Jessica decidió aquello por alguna razón lógica o tal vez solo quería que ellos sintieran la misma agonía que sintió ella durante meses, nadie lo supo.

Doce horas.

Doce horas habían pasado y ella no le dirigía la palabra a él... ni siquiera habían conectado sus miradas una sola vez.

Y es que, en el corto lapso de tiempo que hablaron, no había logrado identificar si ella estaba triste, feliz, enojada o decepcionada. Sin embargo, por mucho que quería correr a su lado y terminar con todo ese mal sabor de boca, no pudo hacerlo, tenía que quedarse y hablar con la manada.

Pero no podía dejado de mirarla todo el rato. Luego de cambiarse la ropa, ella no se acercó a él. No escuchó ni opinó de lo que harían junto a la manada, tan solo volvió a la orilla del lago junto a Nicolás, quien le decía unas cuantas cosas, mostrándoles imágenes creadas por sus poderes y ella lo escuchaba. Trató de descifrar el tema d su charla, pero Nicolás no era tan tonto para hablar con su ahijada y dejar que otros escuchaban.

Sin embargo, Wyatt podía sentir los latidos de su corazón. Aunque Jessica se veía calmada escribiendo algunas cosas, ese órgano palpitante le revelaba que no estaba nada calmada.

—¡Es hora! —anunció él y todos se acercaron para ir juntos a la ciudad.

Vio cómo su novia miró al cielo por última vez y se levantó del suelo. Antes de acercarse a él, su padrino le paso una pequeña mochila y ella guardó una libreta.

—Me ocupé de conseguir que aguantaran otra media hora más —informó Jessica.

—Y con ocupar significa que me mandó a provocar que una maleta de cierta humana que se hace llamar alienígena se perdiera —Sonrió Nicolás—. ¿Sabían que la alcaldesa también tiene el pelo diferente? Yo no soy padre, pero definitivamente sería mejor que ella.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora