16. No me conoces.

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I'm losing all control
'Cause there's magic in my bones

I'm losing all control'Cause there's magic in my bones

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16. You don't know me.

La cabeza le ardía, sentía como rayos torturaban su interior. Quería salir corriendo de allí, usar sus poderes hasta desahogarse, quería explotar de una puta vez y que nada le importara.

Creyó estar lista para rehacer su vida, creyó en que podría pasar inadvertida y pasarla bien con los lobos. Creyó erróneamente que podría aguantar a los humanos, pero toda esa situación le era insoportable. Recordar su pasado le era desgarrador y estar ahí sentada, fingiendo que nada pasó con humanos insignificante, le era horrible e hipócrita.

El clima acompañaba su estado de ánimo. El cielo gris se iluminaba con pequeños flashes, en cualquier momento la lluvia se desencadenaría, pero no le importó.

—¡Jessica!

Quería arrancarse el corazón y electrocutarlo con sus poderes hasta que dejara de reaccionar así ante esa voz. Quería gritarle una y otra vez que no podía permitirse reaccionar así. Quería recordarle a quien pertenecía y como debía actuar... pero siempre fue un órgano traicionero.

No frenó su paso ni aunque el viento se lo complicara.

—Si me pides que regrese y sonría, te atacaré y no frenaré hasta verte desmayado.

—Sabes que no harías eso.

Tenía razón, pero prefería intimidarlo y sacárselo de encima...pero sus palabras hirientes ya no tenían mucho efecto en él.

—¿No puedes ir a molestar a tu novia zombie y dejarme en paz? —dijo, al sentir sus pasos tras de ella —. O ve y conquista a otra u otro, pero déjame en paz.

—Ahora no me interesa estar con nadie más, Jessica.

—No estoy de humor, Lykensen. —contestó, sintiendo como un molesto nudo se formaba en el centro de su garganta. Las emociones encontradas la estaban dejando indefensa.

—Mucha gente no está de humor para enfrentar la vida, pero aun así lo hace. —Ella no frenó—. Salen a vivir la vida y no se esconden.

Rio con sarcasmo, sintiendo su interior arder. Debía alejarse de él, en cualquier momento explotaría y no quería que él la viera.

—No querer hablar con una humana que no conoce la realidad, no es esconderme.

Wyatt se dio cuenta de que ella no frenaría, que no derribaría su orgullo para voltear a verlo, pero no estaba dispuesto a dejarla ir así nomas. No estaba dispuesto a dejarla sola.

Los hombros de Jessica se tensaron al escucharlo silbar, pues sabía lo que pasaría. Sus lobos la rodearon, obligándola a frenar.

Ella giró, enfrentándolo. Apretó los labios, pero no dijo nada. Wyatt se arrepintió de haber llamado a sus lobos, porque no podía ver los ojos verdes de ella, no podía admirar su belleza, simplemente veía como su orgullo intentaba ocultar el dolor.

𝓜𝓲𝓮𝓷𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓛𝓪 𝓟𝓲𝓮𝓭𝓻𝓪 𝓢𝓲𝓰𝓪 𝓑𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓷𝓭𝓸 -Wyatt LykensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora